No es la primera vez que sucede, pero no por ello deja de ser menos doloroso. El legado de un poeta se va, se esfuma mientras el mercado hace de las suyas con los bienes culturales de un país. Esta vez, de nuevo, ha pasado con la casa del catalán Gabriel Ferrater.
Una inmobiliaria ha puesto a la venta una de las míticas fincas donde el poeta pasó largas temporadas con su familia y que le sirvió de inspiración para tantas de sus poemas y obras. Lo hacen a un precio, además, de escándalo: menos de 700.000 euros por una finca de más de 160.000 metros cuadrados en la que hay una masía de 712 m2 repartidos en cuatro plantas.
Picarany, Ferrater, Pujol
Poco cuenta que sus antiguos propietarios, los Pujol, decidieran abrirla en 2010 para hacer unas charlas en homenaje al poeta. Tampoco que los nietos de estos hicieran todo lo posible para que el Ayuntamiento, la Diputación de Tarragona o la Generalitat se hicieran cargo de ella. La casa está en el mercado. Y sus intimidades se pueden ver en más de 80 fotos publicadas en Idealista.
La finca no tiene desperdicio. Está en perfecto estado. Después de que los Ferrater adquirieran la finca Picarany en 1935, hicieron un trabajo exhaustivo para insuflarle vida. Protegida por un gran pinar, aislado del mundanal ruido de la civilización, se erigen estas cuatro plantas llenas de rusticidad e historia.
Características de la casa
Picarany es una masía de 712 metros cuadrados que cuenta con 8 habitaciones, un amplio y luminoso salón con chimenea, un salón comedor con mesa de billar, 5 baños y una cocina office. Todo es espacio es muy diáfano, hay mucho armario empotrado y poco mueble decorativo que lo haga barroco. Es una sencilla casa rural, donde el buen gusto impera. Un hecho que recuerda a los textos de Ferrater.
No son pocos los biógrafos del poeta que aseguran que el sonido del viento que escuchaba desde su habitación, cada vez que pasaba una temporada con su familia, servía de inspiración al literato. Claro, que también había tiempo para relajarse en la piscina, que todavía se conserva, la amplía terraza a la que se entra por la suite o, simplemente, paseando por los 161.285 m2 de parcela.
El proyecto de los Pujol
La familia de Gabriel Ferrater se deshizo de la casa a mediados de los 50. La muerte del padre fue decisiva y otra saga de la zona, los Pujol se hicieron cargo de ella. A pesar de que la fama de Gabriel Ferrater y de su hermano Joan Ferraté, la familia mantuvo la casa cerrada. Fue por iniciativa privativa que en 2010 esa casa se reabrió por primera vez para homenajear al literato en la actividad Un vespre amb Ferrater al Picarany.
No se esperaban el éxito ni lo que dijo Carlos Pujol al terminar la velada. Su deseo era hacer de esa casa un Centre Ferrater que recordara la figura de los dos escritores y se convirtiera en lugar de estudio y recuerdo de sus obras. El llamamiento cayó en saco roto y se vendió un año después de ese acto y esa petición a las autoridades.
La Administración ignora, el mercado lucra
Poco se sabe de los propietarios que han estado allí durante la última década. El anuncio publicado por el que la casa sale a la venta por 690.000 euros lo único que constata es que nadie tiene la voluntad de hacer de ella un centro cultural, a menos de 7 kilómetros de Reus, ciudad natal del poeta.
Eso sí, quien quiera disfrutar de estas 8 habitaciones (seis de ellas suites), una casa con chimenea, calefacción a gasoil, armarios empotrados, un pinar enorme y una piscina de lujo y respirar la historia de los Ferrater sí van a poder hacerlo si pagan 690.000 euros. El mercado se impone a la cultura. Una vez más.