Cada semana los Mossos d'Esquadra llevan a cabo entre dos y tres operativos contra las mafias que cultivan y trafican con marihuana. Estos grupos hace ya años que se instalaron en Cataluña, haciendo del tráfico de estupefacientes su medio de vida. Desde entonces, el cuerpo autonómico destina buena parte de sus recursos a atajar este fenómeno delincuencial que ha acarreado, entre otros, la llegada de organizaciones criminales transnacionales, el aumento de la violencia entre clanes rivales y más presencia de armas de fuego en el territorio.
Los operativos son tan frecuentes que las instalaciones policiales no tienen capacidad logística para almacenar toda la marihuana que se incauta. Por eso, la policía catalana decidió construir un almacén central, ubicado en el distrito de Nou Barris de Barcelona, donde acopiar los kilos y kilos de marihuana que se decomisan cada semana y que no se pueden desechar hasta que lo ordene la autoridad judicial competente.
Un peligro para la salud
Sin embargo, este almacén no está inaugurado oficialmente y las comisarías catalanas siguen sufriendo las consecuencias de ir acumulando esta droga. Una vez más, los sindicatos de Mossos SAP-FEPOL y SME-FEPOL denuncian que las instalaciones policiales están completamente desbordadas debido a los kilos de marihuana que se amontonan en los aparcamientos y almacenes de las comisarías.
"Esta situación, pone en peligro la salud de los agentes, así como las condiciones ambientales y laborales de los centros de trabajo de los efectivos del cuerpo, que tienen que aguantar las malas olores provocadas por estas plantas, además de las humedades y la aparición de insectos", critican en un comunicado.
Crecimiento "alarmante" del tráfico de marihuana
Esta imagen, lamentan, "no deja de repetirse por todo el territorio". Los contadores que se instalaron en las comisarias con más decomisos ya están llenos y los agentes se ven obligados a depositar la droga en las zonas comunes.
"No tener un buen espacio genera problemas a los agentes, pero también a los vecinos de la zona. Por eso, es necesario que el Govern elabore un plan estratégico que permita mejorar esta situación, especialmente ante el crecimiento "alarmante" de los delitos contra la salud pública en Cataluña.
"Las comisarias catalanas no están habilitadas para almacenar todas estas sustancias estupefacientes y no podemos permitir que las consecuencias de inhalar el olor de las plantas termine afectando a los efectivos del cuerpo", rematan desde ambos sindicatos.
Otros episodios similares
De hecho, ya en octubre de 2022, SAP-FEPOL emitió un comunicado exigiendo soluciones urgentes para acabar con la acumulación de miles de plantas de marihuana en las comisarías. En ese momento, el comunicado se emitió después de que varios vecinos y comerciantes de Amposta (Tarragona) se quejaran del fuerte olor a marihuana que desprendía la comisaría, donde había almacenadas más de 3.000 plantas incautadas por la policía autonómica.
En el comunicado, el sindicato ya reclamaba “una solución global y transversal para solucionar el problema de la gestión de las plantas decomisadas”. En el mismo escrito, denunciaban que los agentes de los Mossos d’Esquadra tienen que hacer de “jardineros a tiempo parcial”, dado que se les pide que sean ellos quienes corten y trasladen las plantas incautadas hasta las dependencias policiales, donde se almacenan hasta su destrucción.