La víctima de Alves, a su amiga sobre la presunta violación: "Me ha hecho mucho daño"

Una amiga de la presunta víctima de Dani Alves ha relatado que la madrugada del 31 de diciembre de 2022 se encontró a la denunciante cerca del ropero de la discoteca Sutton "llorando desconsoladamente" y agarrándose sus partes íntimas. Según ella, sólo alcanzaba a decir:"Me ha hecho mucho daño, me ha hecho mucho daño". Estos serían los instantes inmediatamente posteriores a la presunta agresión sexual por la que el brasileño se enfrenta a una pena máxima de 12 años de prisión. 

La joven ha recordado que la noche del 30 de diciembre de 2022 la denunciante, la prima de ésta y ella fueron a cenar juntas a su casa. Después se tomaron una copa en el local Duplex, en la calle Tuset, y fue allí donde les regalaron una entrada gratis para la discoteca Sutton siempre y cuando accediesen antes de las 2.00. La joven ha relatado que estuvieron a punto de quedarse fuera de la sala porque llegaron tarde, entre las 2.15 y 2.30, por lo que tuvieron que negociar con el portero. 

Actitud "babosa" y "obsesiva"

Finalmente, lograron entrar a la parte general, donde estuvieron bailando un rato. Al poco tiempo, ha recordado, bajaron seis o siete mexicanos que estaban en un reservado y las invitaron. “Accedimos y fuimos con ellos a su zona. Estuvimos poco rato porque vino un camarero y nos dijo que en otra mesa nos querían invitar a una copa de cava. De entrada dijimos que no, pero volvió a insistir y fuimos allí”. 

Se trataba del VIP en el que se encontraba Dani Alves. La testigo ha expresado que, cuando llegaron, el exjugador del FC Barcelona intentó besarla y que ella apartó la cara. “Lo intentó otra vez”, ha reiterado, por lo que ella le agarró el rostro para separalo. La amiga de la víctima mantiene que la actitud del brasileño era “babosa”, que la hizo sentir tensa y que le puso la mano en la espalda. “Casi me toca el culo”, ha relatado.

Además, ha recordado entre lágrimas que su conducta con la denunciante era “obsesiva”. Aun así, en un momento dado él cruzó una puerta y la víctima fue tras él. “Los perdí de vista”, ha reconocido su amiga. Ella, que desconocía que la zona a la que se habían dirigido la denunciante y su presunto agresor sexual era un baño, quería ir al servicio y bajó a los ubicados en la parte general de la discoteca. Cuando estaba en el lavabo recibió un mensaje de la prima de la víctima diciendo que esta última "necesitaba irse". 

La víctima "se quería ir" sin denunciar

“Sabía que había pasado algo malo”, sostiene, por lo que salió a toda prisa del lavabo de la planta de abajo para volver al reservado. No llegó a la zona VIP porque se encontró a la víctima a mitad de camino, cerca del ropero, llorando desconsoladamente. “Nunca la había visto así en mi vida, y eso que la conozco desde los tres años. Se cogía las piernas y decía ‘Me ha hecho mucho daño, me ha hecho mucho daño’”.

En ese momento fue el personal de Sutton quien activó el protocolo previsto para estos casos y se las llevó a una sala apartada. “Llorábamos las tres. La denunciante estaba disociada de su cuerpo. Se quería ir”.

El impacto de la filtración

Según la amiga fue ella quien la convenció diciéndole: “Tú no te vas, tienes que denunciar esto”, porque la chica quería irse a su casa ante el temor a que no la creyesen o a que pensaran que pretendía sacar algún redito. Finalmente, fue trasladada en una ambulancia al Hospital Clínic, donde fue sometida a un reconocimiento médico. 

A raíz de estos hechos, según ha relatado la testigo, la denunciante ha perdido mucho peso, no sale de casa porque cree que la prensa la sigue y la fotografía y, además de atención psicológica, desde que la madre de Dani Alves filtró su identidad necesita también apoyo psiquiátrico.