¿Qué no harían unos padres por ayudar a sus hijos? En la década de los 2000, unos estafadores consiguieron timar más de 100 millones de euros a personas mayores en Japón haciéndose pasar por sus hijos y pidiéndoles dinero que decían necesitar urgentemente para atender un imprevisto. Es lo que se conoció como Ore Ore Sagi (オレオレ詐欺) o la estafa del soy yo, soy yo: los suplantadores llamaban a sus víctimas y como la propia línea telefónica distorsionaba su voz, conseguían hacerse con grandes sumas de dinero en uno de los países más seguros del mundo, pero también más envejecido y con mayor tasa de ahorro.
Aunque algunos de sus responsables fueron detenidos y condenados, el fraude se acabó propagando a otros países. En España, ha llegado una versión más moderna, la del hijo en apuros que escribe a sus padres por Whatsapp. La Policía Nacional ha conseguido dar un golpe contra una banda que, mediante este método, había conseguido hacerse con un botín de casi medio millón (460.000 euros). El número de detenidos, una sesentena, ayuda a hacerse una idea de la dimensión que había llegado a alcanzar esta organización.
Una banda con sede en Cataluña
El cuerpo ha dado por desmantelada la organización criminal que se dedicaba a estafar a padres vía WhatsApp haciéndose pasar por sus hijos y pidiéndoles dinero urgente por una supuesta situación de emergencia. La banda, que operaba desde Cataluña, ha sido detenida tras una investigación que ha durado varios meses y que ha permitido recuperar más de 460.000 euros.
Según ha informado la policía en un comunicado, los agentes han detenido a 59 personas que formaban parte de la organización, entre las que se encuentran cinco que integraban la cúpula, tres supervisores, tres captadores y diversas mulas, que se encargaban de recibir el dinero a cambio de una comisión. La mayoría de los detenidos se ubicaban en localidades de las provincias de Barcelona y Girona.
Ojo con el hijo de Erasmus
La estafa del hijo en apuros consiste en enviar un mensaje a través de la aplicación WhatsApp a los padres haciéndose pasar por su hijo o hija y reclamando con urgencia importantes cantidades de dinero al encontrarse en situación de emergencia. El mensaje se remite desde un número de teléfono desconocido, ya que los supuestos hijos alegan haber perdido el suyo.
La organización se dedicaba a rastrear las redes sociales de los hijos de las potenciales víctimas y solían optar por simular ser jóvenes que residen temporalmente en el extranjero, normalmente por estudios. Con una estructura bien definida, la organización contaba con mulas que recibían las transferencias realizadas por los padres y, a cambio, se quedaban con un porcentaje de lo estafado.
El capo se escondía en Granollers
La Policía Nacional, en el transcurso de la operación, ha inspeccionado un local en Granollers (Barcelona) y ha registrado el domicilio del responsable de la organización en esa misma ciudad. La policía recomienda en casos como este intentar contactar con el hijo o hija real mediante vías distintas a WhatsApp o contactar con algún allegado suyo para verificar la veracidad del mensaje, así como sospechar del redactado del texto. La investigación, que ha contado con la colaboración del grupo antifraude de una entidad bancaria, se inició a raíz de la recepción de numerosas denuncias de víctimas, distribuidas por todo el territorio nacional, en las que manifestaban haber sufrido esta modalidad de estafa.
La Policía Nacional ha hecho hincapié en que la principal lucha contra este tipo de delitos empieza por la prevención por parte del ciudadano, exponiendo una serie de consejos para evitar ser víctimas de este tipo de estafa. La primera medida es tratar de contactar con su hijo por otra vía que no sea WhatsApp, y si no es posible preguntar a algún familiar o amigo. También subrayan la importancia de sospechar del lenguaje o expresiones de la persona que nos escribe. Por último, y en caso de haber sido víctima de la estafa, acudir a las dependencias de la Policía Nacional o llamar al 091.