Giro en el juicio del crimen del Gayxample: el asesino explica que fue agredido durante una práctica sado: "Sentí que iba a matarme"
El procesado sostiene que "jamás" planeó el crimen de Josep Maria Sotomayor "y menos para robarle dos perfumes"
16 enero, 2024 11:47Noticias relacionadas
Giovanny B., el acusado de matar a golpes a Josep Maria Sotomayor, copropietario del bar People Lounge, ha roto su silencio por primera vez dos años después del crimen que conmocionó al Gayxample de Barcelona.
Este martes, el procesado, que sólo ha respondido a preguntas de su abogado, ha recordado que la tarde del 28 de octubre de 2021 había bebido licor y consumido drogas y decidió acercarse al bar que regentaba su amigo Josep, junto con su marido, en la zona gay friendly de la Ciudad Condal. Lo hizo porque, según él, en este local era sencillo conseguir sustancias estupefacientes y dinero, que le proporcionaba Sotomayor, al que conocía desde hacía aproximadamente un año.
Fue a su casa para hacer un trío
“Era un yonqui, lo asumo”, ha arrancado su declaración, antes de añadir que esa noche consumió marihuana, anfetaminas, base de cocaína y cocaína. Una vez en el People, según su relato, Josep Maria lo invitó a tres copas de cava, dos de ron, y dos de ginebra. Después, siempre según su versión, la víctima le propuso hacer un trío en su piso de la calle Urgell junto a su marido, que se uniría más tarde.
“Quería más, quería más. Yo quería seguir pasándomelo bien, seguir la fiesta, y no quería desperdiciar la oportunidad de que Josep me diese más dinero”, ha reconocido Giovanny. Aunque inicialmente la idea no le convenció, posteriormente aceptó la propuesta. Sin embargo, de camino a la casa le dijo a Sotomayor que estaba “muy mareado”. “Le dije que creía que no podría tener sexo con él, que no se me pondría dura, pero me dijo que no me preocupara y me dio unas gotas transparentes para ponerme cachondo. Pero no sucedió, no estaba erecto”, ha reconocido.
Alega que el fallecido lo agredió
Según él, la víctima se enfadó mucho por este motivo y le pidió que practicaran sadomasoquismo: “Estas cosas no me van ni por todo el dinero que me den, así que le dije que no quería, que me sentía mal y que llamara a una ambulancia”. Sin embargo, asegura que Sotomayor se negó porque no quería que le tomasen los datos, lo que desató la ira del procesado, que estrelló un jarrón contra la pared.
Giovanny ha proseguido su declaración diciendo que, pese a habérselo prometido, Sotomayor nunca llamó a la ambulancia y que, en vez de socorrerlo, lo atacó con un objeto punzante. “Me vi la sangre, era sangre mía, eso fue el detonante”, ha expresado frente al jurado popular. “Él me atacó, me estaba golpeando. Nos enzarzamos en una pelea, sentí que me iba a matar. Empecé a tirarle cosas, y él a mí. Yo temía por mi vida. Sentía que era él o yo”, ha relatado con la voz entrecortada.
“Estaba desquiciado”
Lo siguiente que recuerda Giovanny de esa madrugada es “un silencio rotundo, abrumante”. En estado absoluto de embriaguez, asegura, observó la escena sin comprender lo que había sucedido y salió de la vivienda que Sotomayor compartía con su marido apoyándose en las paredes.
“Cogí el ascensor. Estaba desquiciado, apretaba todos los botones. Subía y bajaba. No era yo. Subía, bajaba, subía y bajaba”, ha relatado, intentando convencer al jurado de que sufre problemas psiquiátricos. Ya en el párking se escondió debajo de un coche hasta que llegaron los Mossos d’Esquadra y lo apresaron. “Cuando los vi llegar fue un descanso”, ha expresado.
La versión de su hermana
El acusado ha reiterado que “jamás” planeó el crimen de Josep Maria Sotomayor y menos para robarle “un par de perfumes y un móvil”. Lo atribuye al estado de embriaguez y a los problemas mentales que ha sufrido a lo largo de su vida. De hecho, ha descrito que la sensación que tuvo mientras agredía a la víctima fue “la misma” que experimentó cuando estuvo ingresado, “atado”, en la unidad de psiquiatría del Hospital del Mar.
Este martes también ha declarado la hermana del procesado, a petición de la defensa de Giovanny, que ha expresado que esa tarde habló con él por teléfono y lo notó “ansioso”. “Hablaba entrecortado, tenía mala pronunciación, balbuceaba, arrastraba las frases... Estaba muy deprimido”, ha recordado la hermana, que ha insistido en que está segura de que estaba bajo los efectos del alcohol y las drogas porque es enfermera en la unidad de cuidados intensivos desde hace más de una década y acostumbra a asistir a personas intoxicadas.
La fiscal ha puesto en duda esta llamada, que la testigo no ha podido corroborar por haberse cambiado de móvil recientemente. El Ministerio Fiscal ha subrayado que los hermanos no se ven desde 1999 y apenas tienen contacto, por lo que es improbable que hablaran esa noche, y le ha recordado a la familiar que mentir durante una declaración está penado en el Código Penal.
“Esto es una pesadilla”
Sin embargo, la hermana sostiene que charlaron durante unos minutos y que le pidió que se fuera a casa, pero él le contó sus planes de irse a casa de Sotomayor para continuar con la juerga.
“Esto ha sido una tragedia para todos: para nuestra familia y la del fallecido, que en paz descanse. Esto no tiene reparación, pero él, les doy garantía de eso, se encontraba mal. Es una muy buena persona, no tiene antecedentes penales. Ha trabajado siempre, ha sido útil para la sociedad. Esto es como una pesadilla. Son necesarios 10 segundos para que cambie completamente tu vida”, ha lamentado con relación al crimen atroz cometido por su hermano, por el que se enfrenta a 27 años de cárcel.