El marido de Josep Maria Sotomayor, el dueño del bar People Lounge brutalmente asesinado a golpes en su casa de Barcelona en 2021, ha desmontado la versión del acusado, Giovanny B., que aseguró que cometió el crimen tras beber grandes cantidades de alcohol con la víctima y en defensa propia durante una relación sexual no consensuada.
El testigo, pareja de la víctima durante 43 años, ha recordado que vio por primera vez al procesado la tarde de los hechos, desmintiendo la versión del asesino confeso, que aseguró que conocía al matrimonio desde hacía, al menos, un año. Además, ha señalado que su marido tampoco había visto antes a Giovanny B., pues precisamente lo había citado para charlar en persona en el marco de una entrevista de trabajo para contratarlo como portero del bar.
Niega que bebieran mucho alcohol
Cuando Giovanny llegó al bar, el testigo sostiene que habló durante unos 20 minutos con Josep Maria en un sofá y que se tomaron una copa de cava, pero en ningún caso estuvieron tomando bebidas de alta graduación alcohólica como declaró el procesado. Lo recuerda porque su marido estuvo hablando con otros clientes habituales del bar, como siempre solía hacer.
Después de eso, su marido se despidió de él sobre las doce de la noche y le dijo que se iba a la casa que compartían en la calle Urgell, el domicilio habitual del matrimonio desde hacía más 20 años. Aunque lo vio salir a la calle en compañía del acusado, niega que su marido le propusiese hacer un trío con él.
Josep era "antidroga"
Sobre el hecho de que en el bar fuera sencillo encontrar sustancias estupefacientes, el marido del fallecido lo ha negado taxativamente. Pero no sólo él, sino que su versión la han corroborado también todos los clientes habituales del emblemático local de ambiente y amigos de la pareja, que han expresado que el fallecido era una persona “antidroga” y muy estricta con este tema en su local, en el que estaba completamente vetado el consumo de cualquier tipo de sustancia.
Cuando el marido de la víctima llegó a casa, horas después de que Josep abandonara el People Lounge, no vio nada extraño hasta llegar a la puerta, en la que había una mancha de sangre. En ese momento de la declaración el testigo ha roto a llorar al recordar que, cuando entró en casa, se encontró el salón revuelto y a su marido en el suelo, inerte.
Robó pertenencias del matrimonio
“Había muchos objetos decorativos rotos, por el suelo, todo revuelto”, ha recordado con un hilo de voz. Como no estaba en condiciones de explicar lo que estaba viendo a la policía, por encontrarse en estado de shock, llamó a un amigo íntimo del matrimonio, su "única familia en Barcelona", que fue quien alertó al 112.
Cuando detuvieron al asesino de su esposo, recuerda que le enseñaron los objetos que tenía encima, que reconoció como propios: un iPod viejo, un iPhone antiguo y roto, una caja de pastillas y un perfume usado. “Era un perfume especial, difícil de encontrar, comprado seis años antes en las islas Canarias y que dejó de fabricarse, por eso lo reconocí enseguida”, ha dicho.
No mantenía relaciones con desconocidos
Asimismo, ha incidido en que su marido no mantenía relaciones íntimas con personas a las que acababa de conocer, desmintiendo también lo declarado por el acusado. En cualquier caso, siempre se lo contaban, y esa noche no le dijo nada al respecto, ha subrayado.
Por su parte, el letrado del acusado, cuya estrategia de defensa gira en torno a la enajenación mental de su cliente, le ha preguntado si cuando accedió a la casa echó en falta objetos de valor como dinero, que guardaban en el despacho, o las joyas de una caja fuerte que había en el baño, un extremo que el testigo, en calidad de acusación particular, ha negado.
Cuando el marido del fallecido ha terminado de declarar, el acusado se ha dirigido a él y, con aspavientos, ha mostrado su disconformidad con su comparecencia, sin que los reproches hayan sido audibles en la sala.