El mundo de la gastronomía llora la pérdida de uno de los mejores chefs del mundo. Dani Redondo Cuevas (Girona, 1977-Salt, 2023), quien fuera jefe de cocina del prestigioso El Celler de Can Roca durante casi una década, falleció el viernes de forma repentina en la AP-7, cuando se vio involucrado en un accidente con un turismo; él conducía una moto. Tenía 46 años.
Redondo, un chef "talentoso" y algo "gruñón" según quienes le conocieron, siempre tuvo claro que quería dedicarse al mundo de la gastronomía. Sin ir más lejos, a los 15 años comenzó a trabajar en Can Roca, el restaurante de los padres de los hermanos Roca (Joan, Josep y Jordi), mientras estudiaba en la escuela de hostelería. Joan, por cierto, fue su profesor.
Jefe de cocina en El Celler de Can Roca
Su pasión, su perseverancia y su talento lo catapultaron de forma meteórica y, apenas cumplida la mayoría de edad, con 18 años, dio el salto a El Celler de Can Roca, donde comenzó con las entradas hasta llegar a chef, primero, y a jefe de cocina, después. Creció al lado de Jordi. Durante nueve años ocupó ese cargo, y ganó la segunda estrella del restaurante.
Y fue allí, entre los fogones de El Celler de Can Roca, ya en los 2000, donde conoció a su gran amor, Helena Rizzo. Ella cambió sus planes, su vida, de arriba abajo: no lo dudó ni un instante cuando surgió la posibilidad de trasladarse a Brasil, país de ella, y emprender una aventura juntos.
El exitoso Maní en Brasil
En 2006, fundaron en Sao Paulo el restaurante Maní, que se convirtió en uno de los mejores del mundo y en el más valorado de ese país. Pero su llama se apagó en 2014, año en el que se separaron, bien que siguieron trabajando juntos otros dos años. Desde entonces no habían vuelto a hablar, o lo habían hecho muy poco.
La separación no fue fácil para Dani Redondo, que en ese tiempo también había abierto Manioca, de cocina brasileña en Barcelona. Pero había vuelto a encontrar el camino. Hace apenas unos años, en tiempos de pandemia, regresó a los orígenes y se incorporó como jefe de cocina a Can Roca.
Cuatro hermanos
Hijo de Antonio y María Dolores, y hermano de Antonio, Mari Pau y Loli, hoy por hoy vivía en Vilablareix, Girona, muy cerca de donde sufrió el fatal accidente el pasado viernes por la tarde.
Era directo y sincero, muy trabajador, responsable y ordenado. Y hasta un poco maniático. Los hermanos Roca, y también Rizzo, le han dedicado sentidos mensajes de despedida en las redes sociales en los que destacan que, aparte de su talento, su carácter gruñón y su exigencia, "tenía un corazón gigantesco". Se le dará el último adiós este lunes, 27 de noviembre, a las diez de la mañana en Girona.