Montserrat N., de 44 años, opositora a Mossos d’Esquadra, duerme entre rejas desde julio, cuando los agentes de la policía catalana la detuvieron como presunta autora de la muerte de su compañero de piso en Ripollet (Barcelona).
El crimen ocurrió el 7 de abril, Viernes Santo, en el domicilio en el que la víctima, Aleix A., de 46 años, y la presunta autora convivían desde hacía poco tiempo. Tres meses después de la muerte de él en extrañas circunstancias los Mossos d’Esquadra lograron recopilar los indicios suficientes como para detenerla. Asimismo, el titular del Juzgado de Instrucción número 7 de Cerdanyola del Vallés ordenó su ingreso en prisión provisional sin fianza.
Una muerte en extrañas circunstancias
Según avanza ahora El País, la presunta autora de estos hechos explicó a los Mossos d’Esquadra que su pareja había salido a comprar tabaco y que ella se había metido en la ducha. Cuando salió se lo encontró muerto, con heridas de arma blanca, en lo que parecía un suicidio. Sin embargo, su versión no convenció a los investigadores, pues el cuerpo de la víctima también presentaba golpes.
Tres meses después, una vez conocidos los resultados de la autopsia, los agentes procedieron a arrestar a esta mujer, que se preparaba en una academia de opositores para acceder al cuerpo de la policía catalana. Cabe destacar que no había ingresado a la Escola de Policia, por lo que no tenía ningún vínculo con la policía autonómica.
Un caso blindado
El mismo medio indica que la mujer está siendo investigada por malos tratos a otras exparejas y por episodios violentos. Sin embargo, precisan que sobre ella no pesan otras denuncias ni tienen antecedentes penales por hechos similares. De hecho, indican que fuentes cercanas a su defensa aseguran que fue detenida porque hizo “comentarios contradictorios” durante los interrogatorios.
Ahora, los Mossos d’Esquadra tomarán declaración a decenas de testigos y analizarán los dispositivos electrónicos de la presunta autora para terminar de atar la investigación. Hasta ahora el caso ha sido tratado con extrema discreción por parte de la policía autonómica y la judicatura, motivo por el que no había trascendido a los medios.