La justicia concentra el desalojo de tres grandes casas okupas de Barcelona el mismo día

Así se ha decidido después de que un juez de Santa Coloma comunicara el martes a los okupas del Estudi 9 que el lanzamiento de la propiedad allanada, previsto para el día siguiente, el miércoles 22 de noviembre, quedaba aplazado. El motivo de esta paralización in extremis, según han explicado los squatters en un comunicado, reside en la necesidad de “asegurar la asistencia de la fuerza pública necesaria”.

Carga de Mossos de Esquadra en los aledaños de Plaza de la Bonanova / GALA ESPÍN

“Nos obligan a dividir las fuerzas”

La decisión judicial ha desatado la ira del movimiento okupa de Barcelona, que acusa a la judicatura de haber tomado esta decisión para obligarlos a elegir entre una de las casas usurpadas a sus legítimos propietarios. 

A través de un grupo de Telegram, alrededor de un millar de personas se organizaban para acudir a las protestas para defender los inmuebles allanados: primero blindarían el Estudi 9, la madrugada del 22 de noviembre, y una semana después harían lo propio con las dos propiedades que se han convertido en baluarte del movimiento okupa en el barrio más pijo de Barcelona, El Kubo y La Ruïna. Así, los okupas tenían previsto movilizarse durante varias jornadas para defender todos los “espacios okupados autogestionados amenazados” por un desalojo judicial inminente.

En el chat, otras casas okupas de renombre de la ciudad, como Can Vies y La Cinètika, se habían unido a este llamamiento colgando fotos de sus fachadas con lonas en las que pedían arropar a sus camaradas el día del lanzamiento. Ahora, la decisión judicial les obligará a elegir. 

Fachada de Can Vies con una lona en la que se anuncian los próximos desalojos RRSS

Interior niega que sea una estrategia de Mossos 

“La resistencia que esperaban por parte nuestra era tal que han considerado que no tenían suficiente policía disponible”, aseguran en un comunicado los okupas del Estudi 9. “Ahora, parece que las fuerzas represivas se han organizado mejor y han escogido una fecha que obligará a dividir fuerzas entre dos espacios autogestionados”.

No obstante, desde el Departamento de Interior aseguran a este medio que la maniobra no responde a una estrategia de los Mossos d’Esquadra, que en este sentido no habrían hecho ninguna solicitud al juzgado para concentrar los tres lanzamientos en un único día, como sí pidieron en el caso de El Kubo y La Ruïna con el objetivo de evitar “una batalla campal”. “Es frecuente que se cambie la fecha prevista de un desalojo si, con anterioridad, se valora que puede existir un riesgo de oposición ciudadana notable”, expresan las fuentes consultadas.

¿Una coincidencia fortuita?

De hecho, precisan, la decisión sería arriesgada, porque si bien por un lado provocaría una división entre los squatters, que se tendrían que repartir, “también sucedería con los agentes, porque tendrán que diseñarse dos dispositivos muy bien dotados, dado que no se podrían reforzar entre sí en caso de necesidad”. Cabe destacar que las zonas de los desalojos pertenecen a regiones policiales diferentes, pero que trabajan coordinadas en casos de grandes acontecimientos.

Carga de Mossos de Esquadra en los aledaños de Plaza de la Bonanova / GALA ESPÍN

“Lo que parece haber sucedido en este caso es que, al tratarse de partidos judiciales diferentes, el juez ha acordado el 30 de noviembre sin tener en cuenta que ya estaba programado el de El Kubo y La Ruïna”, prosiguen las mismas voces. En la misma línea, desde el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) indican que “el juzgado de Santa Coloma no tenía por qué saber que en esa fecha estaba previsto otro desahucio” de tal magnitud, que exigirá un gran despliegue policial en la Bonanova para evitar altercados.

Además, añaden que las anulaciones de lanzamientos “por falta de efectivos” se producen “casi diariamente”. En esos casos, explican, se fija una nueva fecha y la policía valora y moviliza a los agentes que considera oportuno teniendo en cuenta el contexto.

“Haremos una jornada de resistencia”

El movimiento okupa está convencido de que esta decisión judicial responde a una estrategia para “unificar dos desalojos relevantes y hacer más eficiente su tarea”. Aun así, anuncian que no se quedarán de brazos cruzados. “Nos coordinaremos y haremos frente a la represión con más fuerza”, proclaman. 

El próximo 30 de noviembre convocan una “jornada de resistencia”. “No habrá ninguna casa ni espacio sin defender”, aseguran, porque, como dicen los okupas de La Ruïna, “sus casas son trincheras”.