El 'tarifazo' de la ATL encarecerá el recibo del agua en el área metropolitana de Barcelona
- La factura aumentará en 2024 como consecuencia de la inflación, los costes energéticos y, sobre todo, la sequía
- El AMB amortiguará esta subida con ayudas para familias vulnerables y la congelación de la tasa metropolitana de basuras
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El recibo del agua será más caro en 2024 en el área metropolitana de Barcelona. Debido al aumento del 30% de las tarifas de ATL (Aigües Ter-Llobregat), la empresa pública que provee agua a las empresas suministradoras, tanto Aigües de Barcelona como Aigües del Prat repercutirán estas alzas en la factura final pagada por los consumidores.
En el caso de los municipios del área metropolitana de Barcelona cubiertos por Aigües de Barcelona --que incluyen la Ciudad Condal y otras 22 localidades--, el recibo se encarecerá 2,5 euros de media al mes por unidad familiar. En el caso de El Prat de Llobregat, que cuenta con su propio suministrador local y tira de los pozos del municipio --hecho que implica menos consumo del servicio prestado por la antigua ATLL--, el aumento será de 1,4 euros por domicilio.
Dado que la factura del agua es bimensual, en la práctica hay que duplicar estas cantidades. Por otro lado, se prevén más subidas en los 12 municipios restantes que conforman el área metropolitana y que están gestionados por otras operadoras.
Impacto de la sequía
ATL justificó en su día la subida por varios factores: el encarecimiento de la electricidad, agravado por el mayor uso de las desaladoras; la pérdida de calidad del agua derivada de la sequía; la inflación que repercute en el coste de las materias primas y la disminución del consumo del agua.
Esta difícil coyuntura motivada por la grave sequía que sufre Cataluña también afecta a las propias distribuidoras, que han aumentado sus gastos de explotación y mantenimiento. Las razones son similares: la escasez de lluvias y los sobrecostes energéticos que deben afrontar para mantener los volúmenes de agua potable vía otras fuentes de captación.
La gravedad de la situación se tratará el próximo lunes en una reunión de los alcaldes metropolitanos. Un encuentro que llega precedido de las advertencias de la Generalitat sobre la activación de fase de emergencia por sequía, la más severa de la Agencia Catalana del Agua (ACA).
Impuestos de las basuras
Fuentes del Área Metropolitana de Barcelona (AMB) han recordado que el próximo año se congelará la tasa metropolitana de tratamiento de residuos (TMTR) incluida en el recibo del agua. Esta decisión se tomó en el Consejo Metropolitano de octubre, que también dio luz verde a los presupuestos de 2024.
El impuesto garantiza la correcta recogida y reciclaje de basuras que generan los 5,5 millones de habitantes de la zona. Con todo, en algunas poblaciones sí subirá el gravamen destinado a este fin. Se trata de municipios cuyos ayuntamientos han repercutido la inflación en el servicio a través de un aumento de sus tributos locales.
En el área metropolitana los impuestos de las basuras se pagan en el recibo del agua. Por tanto, en las localidades donde se suba, las familias asumirán un doble incremento: el del coste del agua y el del coste de los desperdicios.
Ayudas del AMB
Desde 2015, el AMB ha hecho un esfuerzo por amortiguar el impacto del recibo del agua en las familias vulnerables. Prueba de ello es la tarifa social. En el ámbito en que da servicio Aigües de Barcelona, esta ayuda cubre ahora mismo 60.000 unidades familiares y se podría elevar hasta las 100.000 familias.
El organismo supramunicipal bonifica el 100% de la cuota fija del tramo 1, hasta los seis metros cúbicos al mes, y del tramo 2, hasta los nueve metros cúbicos al mes, a hogares con bajos ingresos.
Sostenibilidad del sistema
Además, la introducción de cinco tramos de consumo ha conllevado una reducción media del agua consumida por parte de la ciudadanía. El coste del servicio funciona de forma gradual y bajo la premisa de que cuánta más agua se gasta, más se paga. Aunque también se tiene en cuenta los miembros de la unidad familiar.
Las suministradoras han defendido un diseño que garantiza la sostenibilidad del sistema. Máxime en un momento de sequía como el actual. También se han tomado medidas para optimizar los procesos de potabilización y distribución, como el impulso a la regeneración del agua. Todo ello con el objetivo de minimizar los efectos de la falta de lluvia en toda Cataluña.