Se habla mucho de los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) como un problema que afecta a las mujeres, pero la realidad es que los profesionales de la salud mental se encuentran cada vez con más casos que involucran hombres. Se calcula que uno de cada diez casos de este tipo de trastornos afectan al sexo masculino.
Estos son los datos oficiales, pero los expertos sospechan que las cifras reales podrían ser muy superiores, sobre todo en el caso de la bulimia, que se caracteriza por ingerir grandes cantidades de comida y luego vomitar para deshacerse de las calorías. "En en el caso de la anorexia, los datos indican que afecta mucho más a las mujeres que a los hombres, pero con la bulimia no existe una desproporción tan grande entre ambos sexos", apunta Sara Bujalance, directora de la Asociación Contra la Anorexia y la Bulimia de Cataluña (ACAB).
El estigma social dificulta el recuento de casos
Uno de los motivos por los que las cifras oficiales no se ajustan del todo a la realidad es el estigma social que existe en torno a este tipo de trastornos en hombres, algo que ha dificultado el rastreo de casos en las últimas décadas. "A los hombres les cuesta más pedir ayuda o incluso tienen dificultades para identificar la solución", señala la psicóloga especializada en TCA.
En muchos casos optan por luchar contra su condición en solitario en lugar de arriesgarse a ser juzgados. El perfil de hombres que sufren este tipo de trastorno suele ser similar al de las mujeres. "Normalmente son chicos jóvenes de entre 12 y 15 años, con baja autoestima, insatisfacción corporal o personas que sufrieron críticas o bullying en la etapa escolar por su aspecto físico", detalla.
Sube la presión estética entre los hombres
"Aunque la presión estética siempre ha sido superior en las mujeres, en los últimos años se ha constatado que la presión social que reciben los hombres para cumplir con ciertos cánones de belleza ha aumentado de manera significativa en comparación con la que recibían antes", asegura Bujalance. Esta búsqueda de una imagen corporal determinada puede derivar en una relación obsesiva con el ejercicio físico, una restricción alimenticia y atracones que luego acaban en vómitos.
Este aumento se relaciona, a su vez, con una mayor presión publicitaria, mediática y social a la que están sometidos los jóvenes. Todo ello, sumado al efecto que producen las imágenes compartidas a través de las redes sociales que normalizan ciertos cánones de belleza.
Diferencias entre ambos sexos
¿Afecta de forma diferente la bulimia a hombres que a mujeres? Aunque las consecuencias del trastorno sobre la salud son parecidas, las mujeres corren más riesgos de sufrir problemas graves. "Las mujeres suelen tener un cuerpo más pequeño, por lo que tienen mayor riesgo de deshidratación. El cuerpo masculino resiste un poco mejor. Las chicas pierden la regla, sufren un proceso de descalcificación ósea, etcétera", apunta.
Eso sí, el tratamiento es igual de efectivo en ambos casos. Investigadores de la Universidad Autónoma de Barcelona lo examinaron. Los resultados mostraron una reducción de los síntomas en ambos géneros, incluso se observaron mejores resultados para los varones en algunas medidas concretas como la obsesión por la delgadez y la insatisfacción corporal.
Conceden la incapacidad a un hombre por bulimia
En los casos más graves, la bulimia puede llegar a ser incapacitante. A principios de noviembre, un juzgado de Girona otorgó la incapacidad permanente a un trabajador de 59 años por la bulimia que padece. Inicialmente, el Instituto Catalán de Evaluaciones Médicas (ICAM) descartó dicha incapacidad permanente, pero los abogados del trabajador presentaron una demanda contra el ICAM y, ahora, una jueza ha reconocido que sufre una "enfermedad incapacitante".
"Hay que ir con cuidado con este tema. Incapacitar a alguien que tiene un trastorno mental debería ser la última alternativa. De alguna manera, limitas la autonomía de la persona, cuando lo que necesita es recuperar la normalidad", opina Bujalance. Eso sí, recuerda que, en muchos casos, la bulimia puede traer consigo otros problemas de salud mental como síntomas depresivos, trastornos obsesivo-compulsivos o trastorno límite de personalidad, lo que puede provocar mayor incapacidad.