Barcelona repara la esquina donde falleció Xavi Moya en accidente

Barcelona está reparando la confluencia urbana en la que la leyenda del boxeo Xavi Moya impactó su moto contra un separador del carril bici y perdió la vida el fin de semana. Los técnicos del ayuntamiento han actuado para retirar el obstáculo que origina el choque tras las críticas del entorno de Moya respecto a la peligrosidad del cruce. 

Lo han explicado fuentes cercanas de los hechos, que detallan que la ciudad ha movido ficha para evitar un nuevo suceso de este perfil. 

Críticas de su entorno: "Era una trampa mortal"

La obra llega después de que el entorno de Moya criticara duramente la peligrosidad de la confluencia. En conversación con este medio, resaltaron que en plena calle Aragón, una de las de tráfico rápido de la Ciudad Condal, "había un separador de carril bici suelto, solo, sin señalizar". 

Según ellos, ese obstáculo --que no tenía continuidad, pues parte de la calle está en obras por el enlace del tranvía-- "podía ser una trampa mortal para los motoristas, como ocurrió. 

Vídeo en las redes sociales

Esa indignación se está palpando en las redes sociales, donde el entorno del campeón del mundo ha difundido un vídeo en el que se denuncia la peligrosidad del cruce. 

En la grabación, se alerta de que la calle Aragón "es una vía rápida", y que las obras "han provocado que haya más de un accidente". Ante ello, piden que "se planifiquen" los trabajos en la vía para "evitar más muertes como ésta". 

Una multitud lo despide

El debate sobre la seguridad de los motoristas en Barcelona ha irrumpido tras el tráfico fallecimiento de Xavi Moya en accidente el fin de semana. El campeón, entrenador y exdeportista falleció en siniestro de motocicleta en este punto. 

Ayer martes, centenares de personas lo despidieron en una nutrida ceremonia en el Tanatorio de Sancho de Ávila. Asistieron políticos como David Escudé, concejal de Deportes del Ayuntamiento de Barcelona, empresarios del sector y la comunidad de los deportes de contacto y el boxeo de Barcelona, además de los seres queridos de Moya. La elevada asistencia obligó a abrir dos salas de actos, que acogieron un sentido adiós.