El 41% de los estudiantes de Medicina presenta síntomas de depresión y uno de cada cuatro padece ansiedad. El burnout afecta al 37% de ellos y el 11% presenta ideación suicida, según el último estudio elaborado por el Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina (CEEM) y la Sociedad Española de Educación Médica. Aunque el problema no es nuevo, sí se ha constatado en las facultades de Medicina una creciente sensibilidad sobre la necesidad de cuidar la salud mental de los alumnos.
Existe una serie de factores que hacen que este colectivo sea más propenso a sufrir problemas de salud mental que el resto de estudiantes. “El principal factor que nos hace más vulnerables es que mantenemos unas cargas de trabajo muy elevadas y que estamos sometidos a una presión constante durante toda nuestra larga formación”, asegura Jesús Marí, estudiante de Medicina y Coordinador del Grupo de Trabajo de Salud Mental del Consejo de Estudiantes de Medicina de Cataluña (Cemcat).
Personalidad del alumnado
“Aunque la carrera dura seis años, hay que tener en cuenta que la presión empieza mucho antes, en bachillerato, donde ya se exige un alto nivel para poder entrar en la carrera, y no acaba hasta la jubilación”, subraya. A todo ello le suma que las perspectivas de futuro no son muy optimistas porque las condiciones de trabajo de los facultativos en la actualidad “son nefastas”. Todo ello dentro de un sistema que se sujeta gracias al “amor al arte” de muchos profesionales sanitarios, asegura.
También son relevantes los factores de personalidad del propio alumnado, como por ejemplo los altos niveles de autoexigencia, responsabilidad o perfeccionismo. “Son personas muy autoexigentes, competitivas y con capacidad para estudiar muchas horas, muchos ya traen un perfil de base antes de entrar a la universidad”, asegura Toni Calvo, psicólogo y director de la Fundación Galatea, una entidad catalana que vela por la salud y bienestar de todos los profesionales sanitarios.
Estudiantes de sexto de carrera, los más afectados
“Los datos indican que los síntomas de depresión y ansiedad se mantienen en niveles similares durante toda la carrera, pero el síndrome de burnout muestra una clara ascendencia a medida que acaba el grado, justo antes de entrar en el programa MIR”, asegura Marí. Coincide con él Nina Mielgo, directora técnica de la Fundación de Protección Social de la Organización Médica Colegial (OMC), que apunta a que la mayoría de peticiones de ayuda psicológica se concentran en sexto de carrera, pues es el periodo de formación para el examen MIR.
Para hacer frente a esta situación, la OMC, el CEEM y la Fundación Mutual Médica pusieron en marcha en 2022 un servicio de apoyo psicológico para alumnos del grado de Medicina a través de la Fundación Galatea que atendió a 177 estudiantes en menos de un año: el 84% fueron mujeres y la gran mayoría cursaba sexto de carrera. “Durante la prueba piloto de proyecto recibimos tal desbordamiento de llamadas que tuvimos que frenar la campaña porque no dábamos abasto”, explica Mielgo.
Sin acciones de prevención en las facultades
Desde el Consejo de Estudiantes de Medicina de Cataluña denuncian que las facultades no cuentan con acciones de prevención y lamentan que las pocas actividades que se han llevado a cabo al respecto “casi siempre han venido de la mano de los propios estudiantes”, asegura Marí.
Critican que, según han podido saber recientemente, la Generalitat prepara recortes en el presupuesto de la Fundación Galatea, por lo que se verá reducido el número de sesiones de terapia psicológica que ofrece la fundación de manera gratuita a los estudiantes. “Las cifras llevan años siendo preocupantes pero todavía no se han tomado medidas. ¿A qué esperamos?”, reclama.