El grado de Medicina que se imparte en el Campus Clínic de la Universidad de Barcelona (UB) ha vuelto a ser una de las notas de corte más altas de acceso a la universidad en Cataluña con un 13,04. Aunque siempre ha sido una de las carreras más codiciadas, en los últimos años se ha vuelto todavía más difícil acceder a ella y son muchos los estudiantes que se quedan fuera del sistema por no alcanzar la nota de corte necesaria.
En este contexto, cada vez son más los médicos que ven necesario repensar el sistema de selección actual: consideran un error que se exija una nota de acceso tan alta, pues es un criterio que garantiza buenos estudiantes, pero no necesariamente vocación. "Ser un buen estudiante no es sinónimo de ser un buen médico", opina Mar de Pablo, presidenta de la sección de Médicos MIR y Médicos Jóvenes del Colegio de Médicos de Barcelona (CoMB).
Habilidades sociales y emocionales
"Es algo sobre lo que debemos reflexionar. Se está seleccionando a alumnos con mucha capacidad de estudio, pero están dejando fuera a personas con talento y vocación que podrían llegar a ser médicos excelentes", asegura de Pablo. Insiste en que la medicina no solo se trata de conocimientos académicos, sino también de tener habilidades sociales y emocionales. "La capacidad de empatía, el altruismo y la comunicación son valores y habilidades que son igual de importantes en el ejercicio de la medicina", recalca.
Una posible solución que plantean tanto ella como otras voces del sector es revisar los criterios de admisión, teniendo en cuenta otros factores además de la nota de la selectividad. "Más allá de una prueba de conocimientos técnicos, intentar valorar también otras aptitudes". De esta forma, consideran que se podría evaluar de manera más integral a los futuros médicos sin dejar de lado aquellos con verdadera vocación.
"Necesitamos a los mejores, no a los más listos"
Realiza esta misma reflexión el presidente de HM Hospitales, Juan Abarca, que asegura que "las notas son importantes, pero para determinadas profesiones no son el método más adecuado o no deben ser el único requisito". El gestor del grupo hospitalario confesaba en redes sociales que aprobó la selectividad "de milagro"."Podríamos tratar de pensar un poquito más y no ir al método más fácil para la selección de los futuros profesionales, porque para solucionar la supuesta falta de médicos necesitamos a los mejores, no a los más listos".
Así, sugiere que podrían replantearse los grados para que tuvieran un par de años troncales "y a partir de ahí se eligiera en función de las notas unas opciones u otras posibilidades relacionadas con el interés y la dedicación". "Lo que está claro es que el sistema actual no es lo más óptimo y que se pierden muchas vocaciones".
Asignaturas de humanidades
Ambos coinciden también en la necesidad de llenar los grados de medicina de asignaturas de humanidades. La primera universidad catalana en introducir una asignatura de estas características ha sido la Universidad Pompeu Fabra (UPF). Se trata de una nueva asignatura optativa que pueden cursar los estudiantes de segundo curso y que va más allá de la formación en ética y bioética que ofrecen otras universidades: pretende poner en el centro la relación entre el médico y el paciente.
"Esta asignatura pone de manifiesto el propio lema de nuestros estudios, donde la medicina debe de estar al servicio de las personas y la sociedad, y pone en evidencia la importancia de la enseñanza en la empatía", asegura Joan Ramon Masclans, decano de la Facultad de Ciencias de la Salud y de la Vida de la UPF. La optativa ha generado un gran interés entre los estudiantes de grado, con una tasa de matriculación del 70%.