Los Mossos d'Esquadra han descubierto un caso alarmante de mutilación genital en Rubí (Barcelona), donde los padres de una niña de origen gambiano podrían ser condenados hasta a 10 años de prisión por haber llevado a cabo esta práctica cruel durante un viaje a su país cuando la niña tenía solo un año de edad.
Fue un familiar no identificado quien llevó a cabo esta mutilación de forma clandestina, sin el conocimiento de las autoridades.
Graves secuelas
Además de la posible pena de prisión, estos padres podrían perder la patria potestad de la menor, que posee la nacionalidad española y a la que además tendrían que indemnizar por los daños causados.
Según los forenses, las posibles complicaciones graves que la niña podría sufrir a medio y largo plazo por esta práctica cruel podría son diversas, tanto a nivel genital como urinario, orgánico o psicológico.
Embarazos de riesgo
Entre las consecuencias que podría enfrentar la niña se encuentran infecciones, obstrucciones del tracto urinario, incontinencia, infertilidad, dolor menstrual intenso, mayor riesgo de infecciones de transmisión sexual, relaciones sexuales dolorosas o falta de libido y fobia sexual, entre otras, según ha avanzado el medio digital nació Rubí.
Asimismo, esta práctica aumenta el riesgo de complicaciones durante el parto, estando la víctima espuesta a desgarros vaginales y episiotomías más frecuentes para ensanchar el canal vaginal. También se ha observado que las estancias hospitalarias suelen ser más prolongadas y existe un mayor riesgo de mortalidad materna y neonatal.
Consecuencias psicológicas
No solo se trata de complicaciones físicas, sino que también se han documentado efectos psicológicos graves. La mutilación genital puede llevar a la depresión, terrores nocturnos, miedo, ansiedad crónica, fobias e incluso alteraciones psicóticas.
Además, la niña puede experimentar una confusión y sentimientos contradictorios debido a las diferencias de valores entre la sociedad de su país de origen y la sociedad en la que vive.