La Generalitat de Cataluña estudia la compra de 32 viviendas en el barrio de La Mina, de Sant Adrià de Besòs (Barcelona), para reubicar a parte de los vecinos del bloque Venus, en el que viven 244 familias y que está pendiente de derribo.
Mediante una resolución publicada en el Diari Oficial de la Generalitat de Catalunya (DOGC), el Consorci del Barrio de La Mina --formado por el Departamento de Derechos Sociales, el Ayuntamiento de Sant Adrià de Besòs, el Ayuntamiento de Barcelona y la Diputación de Barcelona-- hizo pública a mediados de agosto la lista definitiva de los vecinos del barrio dispuestos a vender sus propiedades a la Administración pública para que se reubique a los inquilinos de Venus tras el desalojo del macroedificio. En total, de las 40 ofertas presentadas, la Generalitat ha admitido 32, que ya está estudiando, y ha desechado ocho.
Permutas por los pisos
Se trata de vecinos del barrio, explican fuentes de la Consejería de Derechos Sociales, que están dispuestos a vender sus propiedades al Consorci del Barrio de La Mina para que se puedan destinar al realojo de las familias del ruinoso edificio Venus. Ahora, la Administración hará una valoración para conocer el estado en el que se encuentran estas viviendas de segunda mano, así como sus dimensiones, y hará una oferta a los propietarios.
En caso de que el Consorci adquiera finalmente estas viviendas, las familias del Venus que así lo deseen, y que cumplan con los requisitos, podrán optar a una. “Cabe la posibilidad de permutar un piso en el edificio Venus por otro de similares características, en cuanto a metros, de segunda mano en el mismo barrio”, explican las mismas voces. Pero el proceso es complejo y habrá que analizar “caso por caso”.
Nuevas vías para agilizar el realojo
Esta es solo una de las múltiples vías que incluye el nuevo plan de expropiación, además de las indemnizaciones, la construcción de pisos de obra nueva y el alquiler social. Así se ha decidido, para agilizar el proceso, en vistas de que la promoción de los nuevos bloques se dilatará en el tiempo. “Somos muy cautos con los plazos porque es un tema muy complejo y los antecedentes son largos”, reconocen desde Derechos Sociales. “Construir vivienda siempre lleva tiempo, por eso hemos puesto en marcha otros mecanismos”, añaden.
A la dilación en la construcción de nuevos pisos se suma, además, que algunas de las viviendas del bloque en el que iban a ser realojados los vecinos del edificio Venus están okupadas. “En estos edificios conviven vecinos del edificio Venus que ya han sido realojados y familias que han okupado las viviendas”, confirman fuentes del departamento, que aclaran que deben estudiar la salida de estas personas tras determinar si son vulnerables.
Nuevo plan de expropiación
En abril de 2023, el Consorci del Barri de La Mina aprobó un nuevo proyecto de expropiación del edificio Venus que sustituyó y mejoró sustancialmente el aprobado en 2009 para poder hacer efectivo el derribo del macroedificio y asegurar el realojo de las familias afectadas.
Según el plan de 2009, los vecinos expropiados debían desembolsar una cantidad de dinero para acceder a la nueva vivienda, dado que el valor dado a sus ruinosos hogares era inferior al de los nuevos, pero la mayor parte de ellos no podía asumir ese gasto y desembocó en un proceso judicial largo y complejo que paralizó el proceso durante una década. Por eso, el Consorci decidió presentar la pasada primavera una nueva propuesta que incluye notables mejoras con respecto a la primera.
Indemnizaciones mayores
El nuevo plan aumenta la valoración de las viviendas en 20.000 euros en el caso de los pisos de tres habitaciones y de 24.000 euros para los de cuatro, equiparándolos al precio de mercado del resto de inmuebles del entorno sin tener en cuenta el estado de conservación. También se incrementaron las indemnizaciones por traslado, que rondaban entre los 600 y 800 euros, hasta alcanzar los 1.500 euros para todas.
Para los residentes del edificio Venus que no son propietarios, el plan contempla una indemnización por pérdida de la posesión de 6.846 euros para los pisos de tres habitaciones y de 8.529 euros para los de cuatro, un punto novedoso con respecto al plan de 2009.
Decreto Haus
También se abrió la puerta a aplicar el decreto de Vivienda para Afectados Urbanísticos, HAUS por sus siglas en catalán, por el que si el piso expropiado y el nuevo tienen los mismos metros cuadrados, las personas realojadas sólo tendrán que hacer frente a los impuestos derivados de la operación de compraventa.
Aun así, teniendo en cuenta que estos impuestos no se pueden deducir, que son de obligado pago y que la cifra puede rondar entre los 10.000 y los 15.000 euros –suma que la mayoría de familias no pueden asumir--, el plan ofrece la posibilidad de que haya propiedades compartidas entre la Administración pública y un particular. En ese caso, la Generalitat asumirá el pago de estos impuestos y será propietaria de la parte correspondiente del inmueble.
Insalubre y peligroso
En 2020, tras 10 años paralizado, el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) ordenó al Consorcio del Barrio de La Mina que reactivara el proyecto de expropiación del edificio Venus, que preveía el derribo del bloque y el realojo de sus vecinos.
El proyecto, considerado clave para eliminar una de las principales bolsas de precariedad social del área metropolitana de Barcelona, aprobado definitivamente en 2009, llevaba encallado desde entonces tras la negativa del Consorci a aceptar las alegaciones vecinales. Por ese motivo, los residentes en el bloque han seguido malviviendo en un inmueble que describen como insalubre y peligroso.