Esto es lo que olvida el anuncio de ‘la vuelta al cole’: acoso, depresión y grandes ausencias

Las familias preparan desde hace semanas la vuelta al cole. Ilusión, compras y nervios, son solo algunos de los ingredientes que caracterizan a ese día del 'reencuentro por excelencia'.

Cientos de publicaciones se han hecho eco del impacto de la inflación en el coste de la vuelta a las aulas, la más cara de la historia hasta el momento. Sin embargo, "hay un precio mucho más inasumible, al que ningún anuncio hace referencia: el coste humano".

Un día amargo

Así arranca la conversación de Crónica Global con algunos padres a los que les ha tocado vivir la cara amarga del retorno a las aulas. "La vuelta al cole debería ser un desfile de mochilas coloridas, de sonrisas y de reencuentros. Sin embargo, muchos niños vuelven con miedo. Otros, simplemente, nunca volverán, por culpa de un sistema que no supo protegerles", lamenta a este medio María José López, madre de Kira López, una niña de 15 años que se quitó la vida en 2021 por culpa del acoso escolar.

Al igual que los de Kira, muchos padres viven ese lado amargo de una vuelta al cole, marcada por el miedo y la incertidumbre.

Urge una intervención adecuada

José Manuel López, padre de Kira, ha recordado este miércoles, a través de una publicación en su cuenta de X, --antes Twitter--, el "tormento que viven los padres de víctimas mortales, por culpa del acoso escolar".

Este día es "especialmente difícil para quienes hemos perdido hijos", lamenta José Manuel, advirtiendo, a su vez, que sin una intervención adecuada, seguirán produciéndose muertes injustificadas.

"Ninguno de los jóvenes de la foto debería haber muerto", dice el mensaje, ilustrado con un cartel en el que, además de su hija, aparecen Laura, Lucía, Alan, Alejandro, Hugo, Ilán, Óscar y Sara, otros menores que tampoco volverán a jamás la escuela. "Ninguno de ellos quería perder la vida, simplemente, querían dejar de sufrir”, asevera José Manuel López.

Un lugar hostil

Así, la vuelta al cole se convierte en una marca negra en el calendario de aquellas  familias cuyos hijos sufren acoso escolar, ya sea por su físico, por su color de pelo, por el timbre de su voz, o por tener cualquier tipo de diversidad funcional. "Solo hay que ser diferente para que alguien te ponga en la diana".

Imagen de archivo de un niño sufriendo bullying / PIXABAY

Jessica, una mamá de Santa Coloma de Gramanet, cuya hija sufre acoso escolar, explica que la pequeña ha pasado unas vacaciones maravillosas viajando por España pero, "al volver empezaron las autolesiones". Y eso, aclara la mujer, "a pesar de que gracias a que nos hemos movido mucho y nos han ayudado mucho otras familias, la pequeña ha conseguido un cambio de centro este año.  

Secuelas difíciles de superar

"Mi hija es otra de las víctimas que ha tenido que abandonar su escuela para poner tierra de por medio con sus acosadores. Sin embargo, ni siquiera eso es suficiente", lamenta. El acoso escolar los marca hasta hacerlos sentir responsables de lo que les pasa. "Mamá, es que yo sigo estando gorda, sigo siendo la misma", le decía la niña hace unos días.

La menor no podía dormir el martes. "Tenía su agonía, pero estuvimos todos acompañándola en su vuelta al cole y estaba contenta. Ese es el resultado de un buen trabajo en equipo”, sostiene la madre.

Vuelta al cole EP

Asignaturas pendientes

Marta Robles, es neuropsicóloga clínica, y ha trabajado en múltiples asociaciones y federaciones dedicadas al autismo en Cataluña. Ella, al igual que los padres entrevistados por este medio, coincide en que para muchos niños, la vuelta al cole es la vuelta a una trinchera en la que no saben qué van a encontrar. Un lugar todavía más hostil para niños con diversidad funcional.

A su parecer, el sistema debería esforzarse mucho más para hacer que ese momento sea menos traumático para ellos. Por ejemplo, "informándoles a final de curso, en qué aula, con qué compañeros y con qué profesor estarán a su regreso". Según la experta en Trastorno del Espectro Autista, el miedo a lo desconocido, les desestabiliza y genera una angustia que podría evitarse.

Una imagen de estudiantes universitarios / EUROPA PRESS

Todos los testimonios coinciden en que está en manos del sistema educativo hacer de la escuela un lugar ajeno al miedo, al acoso y a la muerte injustificada por el asedio constante. Esto, sostienen, se conseguirá el día que se tome conciencia de que "el acoso escolar existe, y que no es cosa de niños, sino una violencia que está teniendo consecuencias irreversibles".