El caso Rubiales tiene continuos giros de guion, aunque el desenlace de la historia parece que ha tomado velocidad de crucero. El presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) está cada vez más solo tras el beso “no consentido” que dio a la futbolista internacional Jenni Hermoso por la conquista del Mundial, pues hasta sus fieles empiezan a alejarse de su lado. Es el caso de Joan Soteras, presidente de la Federació Catalana de Futbol (FCF), que ha dejado la vicepresidencia de la RFEF poco después de aplaudir el discurso “creíble” del máximo responsable del balompié nacional en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas (Madrid) y de decir que Rubiales ha pedido “disculpas como se tienen que pedir”.
Soteras (Sabadell, 1948) era, hasta hace unas horas, uno de los 19 miembros natos de la asamblea general de la RFEF, un cargo reservado para los presidentes de las federaciones territoriales y las ciudades autónomas. Como tal, estuvo en Las Rozas escuchando y aplaudiendo las palabras de Rubiales, que consideró “creíbles”, aunque añadió que ni a él ni a su junta le gustaron “los actos y actuaciones que se han producido por su parte”, en referencia al beso a Hermoso y al hecho de llevarse su mano a los genitales en el palco de autoridades, donde se encontraba junto a la Reina y a la infanta. Aun así, ofreció en la reunión “las disculpas como se tienen que pedir”.
Cargos remunerados
Sin embargo, horas después, fuentes de la FCF comunicaron a Efe la dimisión de Soteras como vicepresidente de la RFEF, a pesar de que ya había convocado una reunión el próximo martes para “hacer una valoración exacta y decidir la posición” del ente federativo con respecto a este asunto. Una reunión en la que ahora deberá explicar su renuncia, que se suma a la de su homónimo en la Federación de Fútbol de la Comunitat Valenciana, Salvador Gomar. También se marchará el presidente de la federación vasca, Javier Landeta. Sea como sea, Soteras ha puesto pies en polvorosa después de conocer la posición del FC Barcelona (“hechos lamentables” y “actitud impropia y desafortunada” de Rubiales) y ser consciente del comunicado de rechazo al presidente de la federación española de las 23 campeonas del mundo.
El cargo de Soteras en la RFEF, así como el de los otros miembros de la asamblea general, la comisión delegada y la junta directiva, “no son remunerados”, según expone el órgano federativo en su apartado de transparencia. No obstante, El Confidencial publicó hace unos meses que “Luis Rubiales reparte sueldos de hasta 150.000 euros entre los presidentes de las territoriales” bajo el epígrafe Concesiones de ayudas a las federaciones territoriales para la profesionalización. En el caso de la federación catalana, esta ayuda asciende a 100.000 euros anuales “para la profesionalización de su gestión”, tal y como consta en el Informe de Transparència 2022 de la FCF. Asimismo, la retribución de Soteras en la FCF para el periodo 2023-26 (pues acaba de ser reelegido) asciende a “120.000 euros para el ejercicio, hasta el final del mandato”, cantidad a la que hay que sumar las dietas.
Polémicas elecciones en la FCF
Soteras, empresario del sector de la tintorería, es muy recordado en Sabadell por su gestión como presidente del CE Sabadell. Cogió las riendas del club en la temporada 2006-07, cuando el equipo arlequinado acababa de descender a Tercera, y lo devolvió a la desaparecida Segunda B en solo un año. Con posterioridad, lo ascendió a Segunda. Dejó la entidad en 2013. Y, en 2018, se convirtió en presidente de la FCF, no sin polémica, pues en aquella campaña espió a su contrincante, Iván Carrillo, a fin de encontrar “puntos débiles en la vida personal y profesional” con el objetivo de “poder desprestigiarlo ante el mundo del fútbol catalán”. Para más inri, pagó esos servicios de seguimiento con dinero de la federación, informó El Triangle.
Más sonada fue su reelección en 2022, en unos comicios que hubo que repetir este año 2023 por orden del Tribunal Catalán del Deporte, dado que fueron impugnados por la detección de 175 votos nulos, explicó este medio. Pero es que la repetición electoral no borró la sombra de la duda, pues su principal rival entonces, Juanjo Isern, volvió a impugnar las elecciones por presuntas irregularidades del procedimiento electoral, como “la composición anómala de las mesas electorales y las decenas de actas notariales falsificadas por la cúpula de la FCF”. Isern habló de “trama para favorecer y proclamar como ganadora su candidatura”. Por ahora, Soteras se mantiene al frente de la federación catalana.