Las elecciones de la Federación Catalana de Fútbol (FCF) han vuelto a ser impugnadas ante el Tribunal Catalán del Deporte. El candidato Juanjo Isern, que el pasado 13 de febrero quedó segundo en las urnas frente al presidente de la entidad, Joan Soteras, ha denunciado las presuntas irregularidades del procedimiento electoral.
Entre otras, la inelegibilidad de Soteras, que ganó los comicios, la composición anómala de las mesas electorales y las decenas de actas notariales falsificadas por la cúpula de la FCF --estos documentos son indispensables para ejercer el derecho de voto y únicos para cada club--. En el escrito al que ha tenido acceso Crónica Global, Isern sostiene que el máximo dirigente de la federación organizó una "trama para favorecer y proclamar como ganadora su candidatura, en detrimento del otro único candidato".
Nuevas sombras de amaño
Así lo argumenta dado que Àlex Talavera abandonó la contienda por orden de la junta electoral y porque considera que la "candidatura fake" de Pep Palacios estuvo al servicio de Soteras. Además, las alegaciones definitivas de Isern cargan contra la falta de imparcialidad de la junta electoral. Por todo ello se infringieron los "principios de transparencia, igualdad de oportunidades y no discriminación que deben regir todo proceso electoral".
No es la primera vez que las sospechas de amaño sobrevuelan el fútbol catalán. El pasado enero, el tribunal anuló los comicios de la FCF celebrados en mayo de 2022 tras tumbar 175 votos --el equivalente al 14% del censo electoral--. Como consecuencia de ello, el órgano jurisdiccional obligó a poner las urnas de nuevo en febrero.
175 actas fraudulentas
La denuncia desgrana cómo se planeó al detalle la jornada de votación para beneficiar a Soteras. Así, no se incluyó a ningún jurista en las mesas electorales, como había ocurrido en el pasado, y para más inri su composición no se hizo pública. Además, se hizo teletrabajar a los empleados de la entidad "para evitar la presencia de testigos", se obstaculizó la labor de los interventores y se obligó a emitir la papeleta individualmente "para ejercer vigilancia y control sobre la intención de voto".
Pero lo más grave, según el relato de Isern, fueron los poderes confeccionados por Soteras en nombre de 175 clubs. Estas actas lo facultaban a él mismo para elevar a público la composición de la junta directiva, un trámite indispensable realizado ante notario para poder votar, pese al "conflicto de intereses" al ser juez y parte del proceso electoral.
Falsificación documental
El texto refiere cómo miembros y colaboradores de la candidatura de Soteras acudieron a las instalaciones de los clubs para, "a través de coacciones y promesa de tratos de favor", firmar un certificado cediendo su voto a Soteras.
Como no todas las instituciones aceptaron, optaron por tomar la directa: falsificaron presuntamente la firma de los presidentes y secretarios de los clubs. El recurrente aporta el testimonio de 21 clubs que reconocen que su identidad fue usurpada. Algunos como el Atlètic Club Banyoles acudieron a su mesa electoral con dos actas: la otorgada directamente por el presidente del club y la de Soteras.
Discriminación entre votantes
El día de la votación, los interventores de la lista de Soteras iban entregando las referidas actas notariales a las personas que iban a votar. Pero "las mesas electorales discriminaban aquellas personas que llevaban actas notariales otorgadas por Soteras de las otras". "A los primeros se les dejaba votar, sin más requisito (pese a que se trata de actas ilegales); a los segundos se les exigen los estatutos, se les lleva a una sala aparte, se enviaban los documentos a la sede central y finalmente se les dejaba votar después de firmar una declaración responsable expresa", se explica.
Según el recuento incluido en el escrito, 171 clubs votaron mediante poderes fraudulentos. Además, otros 21 lo hicieron sin tener condición de elector y tres emitieron su voto sin aportar el documento de representación. También se impidió o disuadió de ejercer el derecho de voto a otros clubs.
Inelegibilidad de Soteras
Por otro lado, se reprocha que no se nombrase una comisión gestora el 12 de enero, fecha en la que se notificó a la federación la resolución del Tribunal Catalán del Deporte anulando las elecciones de mayo de 2022. Pese a que el tribunal concedió 24 horas para hacerlo, Soteras retuvo sus funciones ejecutivas hasta el 29 de enero, compatibilizando su responsabilidades directivas con su rol de aspirante a revalidar el cargo.
Su rival alega que así la junta de la FCF comandada por Soteras pudo usar a su favor todo tipo de recursos institucionales, personales, materiales y documentales durante el periodo electoral. Entre otros, los empleados de la organización que confeccionaron los poderes de representación utilizados en la jornada de votación.
¿Hacia unas terceras elecciones?
Según la jurisprudencia aportada, Isern solicita la exclusión de la candidatura de Soteras. A continuación, sostiene que "la única solución posible es, una vez declarada la inelegibilidad/incompatibilidad de este candidato, proclamar como candidatura ganadora la presidida por Juan José Isern Aranda, que es la segunda con más votos".
Si esta opción no prospera, el contendiente pide que se declare nula el acta de votación y se vuelva a colocar las urnas por tercera vez en menos de un año. La FCF es una de las organizaciones deportivas más notables de la comunidad. Reúne a unos 190.000 federados –superior a la masa social del FC Barcelona–, 11.000 equipos y 1.220 clubs y cuenta con un presupuesto que ronda los 27 millones de euros. Ahora, el Tribunal Catalán del Deporte deberá decidir de nuevo quién es su presidente.