En España, la edad media de los socorristas es de 17 años, según los últimos datos proporcionados por la Federación Española de Salvamento y Socorrismo. Estos jóvenes tienen la noble tarea de velar por la seguridad de los bañistas en las playas, pantanos, ríos y piscinas de todo el país. Sin embargo, la falta de una legislación nacional en materia de seguridad acuática complica la cobertura de los puestos de trabajo disponibles y dificulta la movilidad de los socorristas de una región a otra.
Actualmente, cada Comunidad Autónoma en España tiene su propia normativa específica, lo que significa que la certificación de los profesionales de una zona no sirva para otra. ¿Se imaginan que una persona que se saque el carnet de conducir en Cataluña no pueda conducir por Andalucía?, algo así es lo que sucede con el colectivo de socorristas.
Unificación de criterios
Crónica Global ha conversado con el director de la Escuela Española de Salvamento y Socorrismo, Alberto García Sanz, quien ha lamentado que los 7.905 kilómetros de costa que tiene este país no puedan estar debidamente protegidos por la falta de consenso a la hora de establecer criterios de edad, capacitación u horas de formación mínimas para poder ejercer de socorrista. "Cataluña modificó la normativa en 2015 y Galicia, que tiene una normativa más estricta, la ha modificado cuatro veces". Esto, lamenta, es un perjuicio para la protección de los bañistas, tanto en medios naturales como en piscinas.
De hecho, Galicia es la comunidad autónoma con más kilómetros de costa (1.629), lo que supone que requiere de un mayor número de socorristas para proteger sus playas. Sin embargo, según explica el director de la escuela de Salvamento, su norma es la más rígida del Estado, por lo que no podría cubrir esta necesidad con profesionales de otras comunidades.
En peligro la seguridad de los bañistas
En cuanto a la media de edad, si es algo similar en casi todo el territorio, "que está entre 16, 17 y 18 años, a excepción de Cataluña, donde es algo más elevada". Pero hay algo todavía más importante, asevera García Sanz. "Hay cursos de ocho horas, de 30, cursos privados. Es un caos", denuncia el director de la escuela española de salvamento. De hecho, una simple búsqueda en Google arroja criterios absolutamente dispares en cuanto al número de horas necesario para obtener el certificado de socorrista.
"No me atrevo a señalar esta cuestión como la responsable de un mayor número de ahogamientos, pero está claro que no ayuda a que disminuyan", asevera García Sanz.
Concienciación social
Sin duda, los diferentes estándares de formación y capacitación para los socorristas en cada territorio plantea un desafío importante para la seguridad de los bañistas, que gozan de una protección con diferente nivel de habilidades y conocimientos de los responsables de su seguridad según la costa en la que se encuentren.
Así, la Federación Española de Salvamento insiste en que esta materia tiene muchas aristas que hay que limar, y en ello intervienen diferentes ministerios. "El Ministerio de Sanidad determina cuál debe ser la calidad del agua. Sin embargo, el número de socorristas establecido para cada medio acuático lo establece Educación", explica García Sanz. Por otra parte, es conveniente que se trabaje conjuntamente en elaborar campañas de concienciación social. "No hay campañas de prevención de accidentes en el agua, cuando debería haberlos igual que con los accidentes de tráfico". De hecho, explica el experto, "en Canarias hay más riesgo de morir ahogado que en carretera", sentencia.
Un año negro en el agua
Entre el 1 de enero y el 28 de julio de 2023 han perdido la vida 239 personas por ahogamientos, 35 de ellas en Cataluña. Estos trágicos incidentes resaltan la importancia de tomar medidas eficaces para prevenir los ahogamientos y garantizar la seguridad de los bañistas.
A juzgar por los datos recabados hasta el momento, todo indica a que este 2023 pasará a la historia como un año negro en cuanto a ahogamientos, con una medida que viene rondando los 400. "Cada vez hay más meses de calor, que invitan a estar en el agua, por lo que el número de visitantes en las playas y piscinas es mayor". Por tanto, contar con suficientes socorristas capacitados y bien formados para garantizar la seguridad de todos, es una prioridad que no puede esperar.
Alcanzar este objetivo requiere promover esta profesión y asegurar que haya suficientes oportunidades de formación y empleo en todo el país y comprender que el trabajo de los socorristas va más allá de ser simplemente salvavidas. Estos profesionales desempeñan un papel crucial en la prevención de ahogamientos y en la respuesta rápida y eficaz ante cualquier emergencia en el agua. Su capacitación y experiencia les permite evaluar y mitigar los riesgos, educar a los bañistas sobre las medidas de seguridad y actuar de manera eficiente en situaciones de peligro.