La patronal del ocio nocturno de Barcelona divisa un verano de cifras excelentes, con casi un 50% más de turistas que en 2019 que llenan hasta los topes locales y hoteles. “Será un buen verano”, vaticina Ramón Mas, secretario general del Gremio de Discotecas de Barcelona y provincia, que destaca que, si los pronósticos se cumplen, a finales de año el sector se habrá recuperado del cerrojazo de 22 meses de la pandemia, que puso contra las cuerdas a empresarios y trabajadores.
Sin embargo, Mas advierte de que ni el área metropolitana de Barcelona ni su cinturón tienen suficientes licencias como para cubrir la demanda actual de ocio nocturno. “Desde los años 70 el bosque de discotecas ha ido perdiendo árboles”, lamenta Mas, que remarca que, en paralelo, los ayuntamientos se han cerrado en banda a conceder nuevas licencias. De hecho, la última que se otorgó en Barcelona fue la de Bling Bling, en la calle Tuset, hace ahora 12 años.
Escasez de licencias
El problema, subraya Mas, reside en que las licencias de actividad van ligadas al espacio físico, de forma que si el propietario del local decide rescindir el contrato de alquiler al de la discoteca, este se ve abocado a echar el cierre. Es el caso de Poblenou, por ejemplo, que en la década de los 90 concentraba 15 discotecas y en la actualidad cuenta sólo con tres salas en funcionamiento. “Las licencias no se pueden trasladar y, en caso de encontrar un local idóneo, es imposible conseguir una nueva porque las normativas municipales son muy restrictivas y van encaminadas a la desaparición del sector”.
Así las cosas, los locales que antes albergaban algunas de las discotecas más famosas de Barcelona -Arena, Piratas, Rialto, Apocalypse, Up&Down, entre otras- ahora contienen otros negocios. “Los gimnasios y los supermercados han sido los grandes destructores de las discotecas de Barcelona”, bromea el empresario.
Un nuevo plan de ocio
Con este escenario, el ocio ha quedado descompensado, con mucha oferta de primera hora -con un gran número de restaurantes- pero muy pocos bares musicales, salas de conciertos y discotecas. Por eso, desde el Gremio de Discotecas de Barcelona alertan de que, o se desarrolla un nuevo plan de ocio o se dará un escenario similar al de la pandemia, con miles de personas bebiendo en la calle, sin ningún tipo de control y con los riesgos asociados que eso conlleva. El problema, insiste Mas, no es exclusivo de Barcelona ciudad, sino también de su área metropolitana, donde hay ciudades como L’Hospitalet de Llobregat que "hace más de 30 años que no da una licencia". “Tampoco se abren discotecas en Terrassa, Cornellà, Sabadell ni Badalona, pero si ampliamos el cinturón, en el Baix Llobregat y el Vallès Occidental y Oriental la situación es similar”, denuncia el empresario, que sostiene que la zona más poblada de Cataluña se está quedando sin ocio nocturno coincidiendo con el repunte del turismo.
Por eso, piden a la Generalitat que desarrolle una nueva regulación catalana que esté por encima de las normativas municipales para que los ayuntamientos no puedan ponerse de perfil en cuanto a la concesión de licencias para usos recreativos. “Tenemos un catálogo en la Ley de espectáculos y establecimientos públicos de 2009 que no se puede aplicar porque los municipios no dejan. Es el caso de los after, licencias de horario especial, que están legalizados pero no se pueden abrir porque los consistorios no lo permiten”.
"Esperanzados" con Collboni
Además de con el Govern, la patronal espera llegar a un entendimiento con el nuevo gobierno municipal de Barcelona. En precampaña, explica Mas, tuvieron la oportunidad de sentarse con Jaume Collboni (PSC) y explicarle la situación del sector. El socialista admitió entonces que creía necesario un replanteamiento del ocio en la ciudad. Por eso, ahora que ocupa la alcaldía, el empresariado se muestra “esperanzado”. “Al menos se ha sentado con nosotros, con Colau nunca lo conseguimos por sus prejuicios hacia la patronal", subraya el empresario y propietario de la discoteca Wolf.
Los primeros pasos que darán, cuando Collboni esté instalado, después de verano, será desarrollar un plan director, junto con la Concejalía de Urbanismo, que pasa por buscar acuerdos con el Ayuntamiento de Barcelona y la Generalitat de Cataluña para reubicar las salas que se abran a partir de ahora y para redistribuir algunas de las que ya operan en la capital catalana, apostando por modelos de discotecas que permitan “un ecosistema sostenible”.
Actuaciones ordenadas
Destacan ejemplos como el de la calle Tuset y los barrios de Poblenou y Marina Village, donde se están llevando a cabo actuaciones ordenadas para minimizar el impacto, con protocolos de limpieza, manejo de las colas y mediciones del ruido. “No somos infalibles, pero invertimos mucho tiempo en mejorar: estamos haciendo cursos constantemente para formar a nuestros profesionales, hemos incluido temario sobre violencia de género, hemos instalado cámaras para detectar posibles malas praxis y nos coordinamos con los agentes de seguridad, cívicos y de Mossos d’Esquadra y Guardia Urbana”.
Aún así, señala Mas, reclaman más presencia policial en las inmediaciones de las discotecas para evitar agresiones sexuales, dado que la gran mayoría se dan fuera de las salas. “Lo que más nos preocupa son los trayectos desde las discotecas hasta los transportes públicos y lo que sucede dentro de los propios transportes”, indica en relación a este problema. “ La gente que sale de noche se merece estar tan segura como la que sale de día”.
El bulo de los pinchazos
Sobre las agresiones sexuales, desde el Gremio insisten en que han dedicado mucho esfuerzo a desarrollar protocolos efectivos para que todo el personal de las salas, también el itinerante, tenga claro cómo actuar frente a este tipo de situaciones. Así se demostró en el caso de la discoteca Sutton, donde el personal de la sala se volcó con la víctima y colaboró con la investigación para ayudar a esclarecer unos hechos que todavía se investigan.
Sobre la sumisión química mediante pinchazos, que el verano pasado causó una cierta psicosis, Mas lanza un mensaje de tranquilidad y recuerda que “se demostró que no hubo ningún caso”. Aún así, remarca, cada vez que una joven manifiesta que ha sufrido cualquier tipo de violencia sexual se activa el protocolo previsto para estos casos, que consigue en apartar a la víctima a un lugar seguro y tranquilo, delimitar la zona para saber si hay posibles testigos y localizar las cámaras que puedan haber captado los hechos para identificar al presunto agresor. En paralelo, se avisa a Mossos d’Esquadra y se les traslada toda la información recopilada. Por su parte, las chicas son atendidas in situ por los servicios de emergencias médicas y trasladadas a un hospital de referencia, ya sea el Clínic o el del Mar, en el caso de Barcelona, para ser examinadas. “En Cataluña, y en concreto en Barcelona, hemos sido pioneros en este tipo de protocolos”, destaca.
Piden "voluntad política"
Tras el esfuerzo de la patronal por conseguir que los locales de ocio nocturno sean espacios seguros en los disfrutar y evadirse, Mas pide "voluntad política" para darle un impulso a un sector que emplea a más de 30.000 personas en Cataluña. El ocio, subraya, "es necesario", y no solo para los jóvenes. "Si uno cierra los ojos y piensa en alguno de los momentos más felices de su vida, estoy seguro de que siempre aparecerá el recuerdo de una canción y de una noche disfrutando con amigos".