La Federación Catalana de Locales de Ocio Nocturno (Fecalon), la Asociación de Salas de Conciertos y el Gremio de Discotecas han celebrado una reunión “histórica” con la Federación de Asociaciones Vecinales de Barcelona (FAVB) para desarrollar un nuevo plan de ocio para la ciudad. Es la primera vez que los vecinos y la patronal del sector se sientan en la misma mesa para tratar de buscar soluciones a los problemas derivados de las juergas, como el bullicio a altas horas de la madrugada, incivismo e insalubridad.
De este encuentro han surgido dos grandes medidas que tomarán forma en los próximos meses. La primera es el desarrollo de un plan director, junto con la Concejalía de Urbanismo, que pasa por buscar acuerdos con el Ayuntamiento de Barcelona y la Generalitat de Cataluña para reubicar las salas que se abran a partir de ahora y para redistribuir algunas de las que ya operan en la capital catalana.
“La idea no es cerrar las discotecas del centro de la ciudad, sino facilitar que las que lo soliciten puedan moverse sin pedir una nueva licencia o que las nuevas abran en otras zonas” menos masificadas o incluso en otros municipios del área metropolitana, explica el vocal de la FAVB, Pere Mariné. La segunda parte del pacto pasa por crear una mesa de diálogo, después de verano, que incluya también al consistorio, a la Guardia Urbana y a otras asociaciones vecinales para solucionar los problemas “inmediatos y urgentes”.
Mover el ocio a las afueras
El director general de Fecalon, Fernando Martínez, asegura que desde la FAVB se han mostrado “muy positivos a colaborar en las mesas de trabajo del plan director”, que tiene como objetivo reubicar nuevos locales en sitios que molesten menos. El sector denuncia que en el área metropolitana de Barcelona hay una “carencia” de licencias y que el número de locales en funcionamiento es insuficiente como para asumir toda la demanda. Esta realidad deriva en la celebración de botellones y fiestas clandestinas que causan molestias a los vecinos y que perjudican al sector. Por eso, piden que se expidan nuevas licencias, aunque implique hacerlo en otras zonas.
Mediciones nocturnas de 70 decibelios
Mariné remarca que desde la FAVB no están en contra del ocio nocturno y entienden que es necesario que los jóvenes se diviertan, pero defienden que debe primar el derecho al descanso de los vecinos. Un derecho que en algunas zonas de Barcelona se vulnera de forma sistemática.
Es el caso, según Mariné, de la plaza de George Orwell, donde el trasiego de la clientela de varios locales interfiere en el descanso de los residentes. “No es un lugar adecuado para poner discotecas porque la plaza y las calles adyacentes concentran a un gran número de vecinos, entre ellos personas mayores y niños”, explica. En esta zona, de hecho, las mediciones nocturnas han alcanzado los 70 decibelios, un nivel de ruido muy superior al máximo fijado por ley.
"Impacto cero" para los vecinos
Por eso, insisten desde la FAVB, el abordaje de un nuevo plan de ocio nocturno se debe realizar “en términos metropolitanos”. Plantean que los empresarios puedan moverse o abrir locales en zonas de la primera corona, como Viladecans o Sant Boi de Llobregat, a las que llega el transporte público y en las que la densidad de población es mucho menor que, por ejemplo, en Ciutat Vella, por lo que el impacto vecinal será mínimo.
“Si el ocio tiene que crecer, al menos que lo haga en otras zonas más adecuadas del área metropolitana”, reitera Mariné, o en caso de que sea dentro de la ciudad, en localizaciones menos residenciales, como Ciutat Universitària.
Huir del modelo Zona Hermética
En lo que están de acuerdo tanto los vecinos como la patronal es en huir del modelo de la Zona Hermética de Sabadell, que en el pasado concentró a un gran número de locales de fiesta y, por consiguiente, también grandes aglomeraciones de gente difíciles de controlar. Cabe recordar que el ayuntamiento de esa ciudad aprobó hace años un plan para acabar con las discotecas de esta zona, que mutó del uso industrial al residencial con la expansión urbana y que nació en los años 90 como una alternativa a los nodos de fiesta en Barcelona tras una oleada de accidentes en carretera en traslados a salas míticas.
La asociación vecinal pide que se reduzca la cantidad de asistentes de los locales para minimizar las molestias. Esta petición choca contra los intereses de la patronal, que vería sus beneficios reducidos.
El control de los clientes
Una de las reivindicaciones de la FAVB, en contraposición a lo que opina el sector del ocio nocturno, es que es responsabilidad de los locales controlar lo que hagan sus clientes también fuera de ellos. “No es que lo digamos nosotros, es que está así reflejado en las ordenanzas municipales”, reitera Mariné. “Cuando hay una actitud reprochable se les puede pedir el DNI, identificarlos y prohibirles la entrada” para evitar que esto se repita y disuadir a otros de hacer lo mismo. “Existen márgenes de mejora y deberes por hacer”, reprocha a las discotecas.
Sostiene que, en aquellos casos en los que los clientes salgan a fumar o a charlar a altas horas de la madrugada, es obligación del local llamarles la atención, controlarlos y, si así se requiere, avisar a la Guardia Urbana. “Debemos pensar en cómo gestionar estas situaciones, más allá de la queja”.
El ocio nocturno no comparte esta visión. Pide una mayor presencia policial en las inmediaciones de las zonas de ocio para solucionar los problemas que surjan en la vía pública, sobre la que no tienen responsabilidad. De hecho, solicitan mano dura con las sanciones a quienes beban en la calle y con los locales 24 horas que venden alcohol fuera del horario permitido.
Actuaciones ordenadas
Mientras se pone en marcha el nuevo plan de ocio nocturno, a medio-largo plazo, pues requerirá de un desarrollo de normativas, protocolos y planes de uso, los vecinos y la patronal comenzarán a trabajar mano a mano el próximo mes de septiembre con la creación de una mesa de diálogo. Lo harán con el gobierno municipal para analizar los conflictos y encontrar soluciones a los problemas que surjan en torno a este sector.
Además, desde Fecalon han propuesto exportar modelos de éxito como el de la calle Tuset de Barcelona, que alberga algunas de las discotecas más famosas de la ciudad, o el de Sant Martí a toda el área metropolitana. “En estas zonas ha habido reuniones entre vecinos y empresarios y se están llevando a cabo actuaciones ordenadas para minimizar el impacto, con protocolos de limpieza, manejo de las colas y mediciones del ruido”, asegura Martínez. “Mientras los políticos se reúnen para formar gobierno nosotros ya estamos trabajando”, zanja.