España es uno de los pocos países que mantiene la obligatoriedad de las mascarillas en los centros sanitarios, farmacias o residencias de ancianos. Aunque el Ministerio de Sanidad ya ha abierto la puerta a la posibilidad de retirar los cubrebocas en estos entornos, todavía no está claro si el fin de su uso obligatorio llegará a todos los espacios sanitarios o se mantendrá en algunos casos como las residencias, uno de los focos más críticos de la epidemia.
Como era de esperar, el debate entre defensores y detractores del uso de la mascarilla en las residencias ya ha comenzado, también en Cataluña. Mientras unos abogan por su “inmediata” retirada en los centros de mayores, otros piden prudencia y, sobre todo, instrucciones claras para hacer cumplir con seguridad jurídica las nuevas medidas que apruebe el Gobierno.
"Una norma clara"
"Si quitan las mascarillas, la norma tiene que ser muy clara. Los trabajadores de las residencias necesitamos seguridad jurídica", asegura a este medio el presidente de la Asociación Profesional Catalana de Directores/as de Centros y Servicios de Atención a la Dependencia (Ascad), Andrés Rueda.
Frente a otras voces del sector que llevan tiempo reclamando la eliminación del cubrebocas, Rueda considera que, aunque sería ideal poder verse las caras después de tres años, la transición debe llevarse a cabo con "prudencia", puesto que los mayores siguen siendo personas frágiles, especialmente aquellos que han pasado el Covid. "La pandemia todavía existe, en Europa han relajado mucho los sistemas de control en las residencias, pero sigue habiendo brotes", apunta.
Fórmula mixta
En este sentido, insiste en que si el Gobierno decide retirar esta medida de protección, los trabajadores tienen que poder realizar su trabajo con la garantía de que no tendrán que enfrentarse a ningún problema legal en caso de que un residente enferme. "Tenemos que proteger a los mayores y a nuestros empleados".
"En residencias con exteriores o espacios ventilados, no usar mascarilla podría ser completamente viable, pero en aquellos centros donde su arquitectura no lo permite, creemos que debería mantenerse su uso obligatorio", puntualiza Rueda, que aboga por buscar una fórmula mixta: "ni un extremo ni el otro".
Otros defienden su retirada
Otras patronales del sector de la dependencia, en cambio, han reclamado activamente durante los últimos meses la eliminación de la mascarilla en las residencias. Uno de los argumentos utilizados por los que defienden retirar este equipo de protección es que afecta negativamente a la relación entre cuidadores y ancianos.
Además, consideran que el uso del cubrebocas afecta a esta población desde el punto de vista psicológico, haciéndoles recordar los peores momentos de la pandemia y les genera sentimiento de aislamiento. También critican que los familiares acortan las visitas al estar "desacostumbrados" a este medida de protección.
El fin de la obligatoriedad, a debate este viernes
De acuerdo con el Círculo Empresarial de Atención a la Dependencia (CEAPs), otra patronal del sector, España se encuentra a la cola de Europa en la actualización de políticas Covid. De hecho, apuntan a que al menos 18 países europeos ya se han sumado a la retirada de las mascarillas en las residencias.
En cualquier caso, será este viernes cuando el Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas celebrarán un Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud en el que se abordará el fin del uso obligatorio de las mascarillas y se aclarará si se hará de forma definitiva o, como solicitan algunos profesionales del sector, escalonada.