Imagen de una pareja

Imagen de una pareja EUROPA PRESS

Vida

Parejas asimétricas: el síndrome del jefe y el empleado

Se trata de un tipo de relación en la que el poder se distribuye de forma notablemente desigual y, por consiguiente, una de las dos partes tiene mucho más que la otra

4 junio, 2023 23:00

Noticias relacionadas

No estás en el trabajo y tu pareja no es tu jefe/a. Sin embargo, actúa como si lo fuera. Es el síndrome del jefe y del empleado… en pareja. Hablamos de pareja asimétrica cuando el poder que circula dentro de la relación se distribuye de forma notablemente desigual y, por consiguiente, una de las dos partes tiene mucho más que la otra. Uno de los dos miembros tiene más derechos y menos obligaciones y el otro, al contrario, más obligaciones y menos derechos.

“En todos los vínculos de los seres humanos circula poder, está muy claro: en un grupo de amigos, en un trabajo, en una familia… pero nos cuesta pensar que también circula poder dentro de una pareja donde todo se supone que tiene que ser más mágico e idílico, pero circula, al final”, explica Sebastián Girona, psicólogo especialista en vínculos.

¿Afecta la diferencia de edad?

Aunque se tiende a pensar que este síndrome se suele dar en parejas en las que media una notable diferencia de edad, el síndrome de la asimetría también puede establecerse en una pareja de edades similares, tal y como confirma Girona. “Más que con la diferencia de edad, tiene que ver con esta mala distribución del poder dentro de la relación y el contrato de pareja que tengan, que configura y regula ese poder”.

Una pareja mirándose fijamente

Una pareja mirándose fijamente EUROPA PRESS

Los problemas aparecen cuando el que ostenta la figura del jefe en la pareja se agranda y la figura del empleado se empequeñece. “Aunque inicialmente nos sale echar la culpa al jefe, lo cierto es que el que se vuelve más pequeño también tiene mucha responsabilidad, porque permite que algo de esto suceda y se profundice”, sostiene este psicólogo.

Las responsabilidades, cree este experto en vínculos, son siempre compartidas y el problema no se resuelve porque el de arriba baje hasta el nivel del de abajo, ni del de abajo suba hasta el nivel del de arriba. “La solución pasa por que el de arriba baje hasta un punto intermedio y el de abajo suba hasta un punto intermedio, generando un nuevo punto de equilibrio”. Una buena forma de equilibrar una pareja “es entender que deben tener un proyecto en común de pareja, pero a su vez los integrantes de la relación deben tener también proyectos individuales”.

¿Pareja con futuro?

Si la pareja asimétrica tiene futuro o no dependerá de si la diferencia en la distribución del poder se detecta a tiempo. “En general, el que plantea la renovación, la revisión y los cambios del contrato es el que lo está pasando mal, el que está por debajo. El que recibe ese pedido suele ser el que está por encima y lo mira un poco de reojo, un poco escépticamente”, aclara el psicólogo. Sin embargo, si los dos miembros de la pareja acceden a renegociar su contrato de pareja, pueden llegar a tener futuro. “Una pareja en crisis no es otra cosa que una pareja revisando su contrato tácito”, añade.

Imagen de una pareja cogiéndose de la mano

Imagen de una pareja cogiéndose de la mano EUROPA PRESS

Si no hay renegociación, las parejas asimétricas también pueden perdurar en el tiempo, pero lo harán a base del sufrimiento de una de las dos partes. No hay otra fórmula para que una pareja asimétrica se sostenga en el tiempo. “Es el padecimiento y el sufrimiento de uno de los dos frente a esa asimetría y distribución inequitativa del poder que circula en la relación”, concluye Sebastián Girona.