Eugenio Zambrano es policía de la Guardia Urbana de Barcelona (GUB) y secretario de Administración Pública de CSIF en Cataluña. El funcionario ha sido uno de los pepitos grillos del gobierno municipal de una Barcelona que ha visto empeorar sus cifras de criminalidad en los últimos ocho años. Ahora, el día de las elecciones municipales, el efectivo policial da su opinión para votar: "La ciudad necesita un cambio en seguridad, hay que recuperar el principio de autoridad". 

Es así porque según Zambrano, la Guardia Urbana "ya tiene problemas para entrar en algunos barrios de Barcelona, como el Raval, en la que ya no se patrulla a pie en todas las zonas". 

-La seguridad ha sido el principal asunto de debate en los últimos años en Barcelona. ¿Qué cifras tienen en CSIF?

-Si la seguridad fuera sanidad, estaríamos en la UVI. Es muy serio: cómo ha aumentado la inseguridad, los conflictos vecinales, el incivismo, la okupación, el incivismo...La policía se resiente mucho de las políticas del gobierno local de Ada Colau y Jaume Collboni de los cuatro últimos años. 

Eugenio Zambrano, policía de la GUB y secretario de AAPP de CSIF GALA ESPÍN Barcelona

-Los números, ¿qué dicen?

-Los hurtos son casi 80.000 en año, y son datos del Ministerio del Interior para 2022. Subieron un 47% más. Los robos con violencia e intimidación, más de 13.000, subieron más de un 20%. Las violaciones con penetración, un delito muy grave, 182, un 9% más. O los homicidios o riñas tumultuarias. Son cifras muy preocupantes. Inquietan al ciudadano, y bajo nuestro punto de vista, evidencian un fracaso del modelo policial y de seguridad, que se debe revisar. 

-A qué se refiere?

-El modelo policial ha fracasado. Y ha fracasado en manos del PSC, que venía a cambiar el modelo tras el primer mandato de Ada Colau. 

-Qué valoración hace de la gestión de Albert Batlle?

-Batlle no ha resuelto los problemas principales que acucian a la Guardia Urbana: los recursos materiales, los recursos humanos y la falta de infraestructuras. Son cuestiones estructurales que Albert Batlle no ha resuelto. Por no hablar del apoyo del gobierno a los agentes, que sigue en línea plana, o la falta de un principio de autoridad. Para nosotros, pues, no ha aportado nada nuevo. 

-Quién hubiera podido poner el cascabel al gato?

-No es una cuestión de siglas, ni de partidos. Es una cuestión de liderazgos y creencias en la seguridad. Cuando entró Ada Colau, veníamos de Xavier Trias (CiU, ahora candidato con Junts-- y Joaquim Forn, que era una política de seguridad continuista a la que venía haciendo Jordi Hereu (PSC). 

Hereu hizo una política buena en seguridad como concejal, y lo continuó como alcalde. Dispuso más recursos materiales --ya se hablaba de armas largas en aquel momento--, apostaba por la unidad antidisturbios, que él potenció, y su concejal, Assumpta Escarp, lo implementó. 

-Del PSC se pasó a CiU. 

-Y Trias sorprendió al continuar con el modelo de Hereu. Fue una grata sorpresa: desplegó la policía judicial de la Guardia Urbana, que combate la baja delincuencia que preocupa más al ciudadano; creó el grupo de playas, los grupos de delincuencia urbana de policía de paisano en los distritos --para combatir los hurtos, el menudeo o los RVI-- y se comenzó a bajar al subsuelo a combatir los hurtos. 

Y los fenómenos de los manteros y okupación eran aceptables. Como los de cualquier otra ciudad europea. Pero es que cuando entra Ada Colau, los índices de criminalidad de Barcelona se disparan. 

-Qué pasó?

-Para empezar, tuvimos más de dos años de congelación de plantilla de Guardia Urbana. Eso, de saque. A final de mandato entró una promoción de 300 compañeros, que era apenas la tasa de reposición, las jubilaciones. Fue mínimo lo que hubo, no una ampliación de plantilla. Y en estos últimos cuatro años, no se han incorporado 1.000 agentes más, como sostienen Batlle y Collboni. 

-Cuántos son ahora GUB, pues?

-En 2019, éramos 2.990 agentes, ahora somos 3.300. Como ve, no somos 1.000 más, somos 400 más, si llegamos. Lo otro ha sido todo reposición. Están incumpliendo el contrato social ya con Guardia Urbana, sino con los ciudadanos de Barcelona. 

-Siempre se ha movido el cuerpo en estas cifras?

-En época preolímpica, antes de 1992, éramos unos 3.500 agentes. Ahora, treinta años después y con la ciudad cambiada, somos menos, 3.300. Y Barcelona tiene más densidad poblacional, más turismo, más tráfico rodado, más comercio y es más cosmopolita. Hay más delincuencia, porque la ciudad ha cambiad, y el servicio público de seguridad no se ha adaptado. 

Eugenio Zambrano, durante la entrevista con Crónica Global GALA ESPÍN Barcelona

-Qué tamaño del cuerpo sería ideal para ustedes?

-La cifra que nosotros vemos idónea para cubrir todos los servicios son 4.500 agentes. Y ahora no llegamos, claro. 

-Cómo llegan a todo, ahora?

-Com ampliaciones de jornada, las horas extra. Y eso que el gobierno de Colau y Collboni han recortado tres millones de euros en este concepto. Hay menos gente en la calle y hay que hacer más. Es algo inviable, inaceptable. Son recortes en seguridad. 

-Qué tres cosas le pedirán al nuevo gobierno municipal tras las elecciones de hoy, 28 de mayo?

-Uno, definir qué modelo policial quieren para Barcelona. Eso para empezar. Y luego los recursos humanos y materiales. Te los puedo citar ahora. 

-Dígalo. Qué necesitarían para trabajar?

-Pistolas táser. Armas largas, pues Barcelona ha sido golpeada por el terrorismo, seguimos en alerta 4, y aquí continuamos sin armas largas. Y eso que en otras comunidades autónomas se ha aprobado la dotación. Recuerde que tuvimos que hacer frente al atentado del 17 de agosto de 2017 con armas cortas. 

Lanzadoras, cámaras unipersonales o espráys de defensa. Piensa que son las que se usan en algunos servicios para neutralizar determinadas amenazas. Si no lo tenemos, solo nos queda la pistola o la defensa. Quizá con un bote de espráy puedes disolver una masa hostil y no tienes que utilizar la defensa y hacer más daño del que quieres hacer. Lo mismo con una amenaza con arma blanca: puedes utilizar una lanzadora de proyectiles de caucho sin hacer uso del arma reglamentaria y neutralizar la amenaza. 

Piensa que somos los primeros en llegar a estas emergencias. Otras policías lidian con lo mismo con más herramientas, pero a nosotros se nos exije más con menos. 

-Hace unos días hubo un incidente con radicales del 'nuevo Arran' en el Barrio Gótico. Qué pasó?

-Pues hubo medios de comunicación que blanquearon a unos jóvenes que tenían antecedentes por altercados similares hacía muy poquitos meses. Y el gobierno de BComú y el PSC guardó silencio e inició una investigación interna. Dudaron en su apoyo institucional.  

-Usted habría cambiado algo en aquella actuación?

-Fue una intervención policial correcta y ajustada a derecho. Un compañero utilizó el espráy, que no tenían todos los agentes, para disolver esa masa hostil que venía a arrebatar los detenidos ya hechos a la policía. 

Gracias a esto, por ejemplo, no se usaron las defensas y no hubo lesiones mayores a los presentes. La actuación fue ajustadísima a derecho. Lo único que yo cambiaría es el endurecimiento de penas por atacar a un policía, modificando la ley de protección a la seguridad ciudadana en favor de la policía. Hay que evitar que la seguridad ciudadana se tambalee o esté en peligro. 

-Hay zonas de Barcelona a las que ustedes no entran? O eso es un mito?

-Sí, existen. Hay áreas en las que ya no entramos. Basta con ir al Raval. Hay sitios donde dos policías a pie ya no entran. Ya tenemos que ir tres o cuatro equipos por binomio. O hay servicios en los que hay que reforzar con la UREP, los antidisturbios, por mucho que la alcaldesa no les llame así. 

¿Hay zonas en las que no podemos patrullar a pie porque son un gueto? Sí. Rotundamente sí. Y esto irá creciendo si no se pone fin a la impunidad. Los malos no se cortan en llevar una catana o un machete y usarla en peleas en la calle. Y eso afecta al ciudadano. 

La UREP de Guardia Urbana, los antidisturbios, practicando detenciones Cedida

-Cómo?

-Hay ciudadanos que se están armando. Ciudadanos normales que se están armado para salir a la calle. Porque el nivel de violencia que se utiliza para robar no es el mismo. No es la misma violencia que hace 12 o 15 años. Hay más. Se utiliza más violencia que hace una década para robar. Si eres chica, te pegarán para robarte innecesariamente. Si eres chico, te jugarás una puñalada para sustraerte algo. Innecesariamente. Porque los ladrones ya tienen lo que querían. 

Se trata de una nueva delincuencia que no era autóctona y que se ha establecido aquí. Ya la tenemos aquí. 

-A qué se refiere con esta 'sobreviolencia' que cita?

-Antes, hace décadas, una riña tumultuaria en la calle en Barcelona se arreglaba a guantazos. Ahora, no. Hoy se arregla a navajazos. O con una defensa extensible comprada en Andorra. O una táser de bolsillo. 

Estamos viendo como jóvenes normales, universitarios, salen de fiesta un viernes y cogen el tabaco, el mechero y una navaja

-Mossos d'Esquadra ha aprobado un plan de choque antinavajas. 

-Y a nosotros también nos preocupa. Lo hemos dicho CSIF varias veces. Dijimos que nos tenían que dotar de palas automáticas para detectar navajas. Finalmente, las han comprado, pero solo hay 144 para toda Barcelona. Y tendría que haber una por vehículo policial. 

Porque cada vez más, en las riñas, vemos armas blancas. Cada vez más, en los cacheos preventivos, salen más armas blancas. En barrios muy degradados socialmente, como el Raval o zonas de la Barceloneta, en los cacheos rara es la vez en la que no saquemos una navaja. También hay un fenómeno nuevo: stocks de navajas o catanas o machetes escondidos en la calle que, luego, algunas bandas utilizan en las peleas. 

Eugenio Zambrano, policía de la GUB y secretario de AAPP de Csif GALA ESPÍN Barcelona

-Desde el gobierno municipal se ha apuntado a que Mossos no cumplen con Barcelona. 

-Eso es demagogia y populismo, con los que la alcaldesa Ada Colau se ha expresado. No es así. Los Mossos tienen un papel en Barcelona, y la Guardia Urbana otro. Y Mossos cumple su papel, es la ciudad la que no cumple el suyo. Para empezar, la Guardia Urbana tiene todas las competencias en seguridad, no puedes poner el ventilador hacia el otro lado de la plaza Sant Jaume. 

¿Es la Generalitat la culpable de que los manteros campen a sus anchas? Del auge de la okupación en la ciudad? No he visto ningún president alentando todo esto. De la insalubridad de Barcelona y la degradación son culpables Ada Colau y Jaume Collboni. 

-Cómo ve la tensión de los últimos días entre okupas y Desokupa?

-La competencia de orden público es de Mossos d'Esquadra. Pero cuando se disuelven las marchas y se crean microdisturbios, y se asaltan comercios y se cruzan y queman contenedores y destroza otro mobiliario, también es competencia de Guardia Urbana intervenir. Porque ya no es orden público: son delitos penales que nosotros, estamos obligados a perseguir. 

Lo que no es de recibo que la señora Colau o el señor Batlle nos ordenen encerrarnos en las comisarías y poner el modo avión y mirar hacia otro lado. 

-Esto ha pasado?

-Esto ha pasado y pasa en estos momentos. Mira los macrobotellones de Maria Cristina de 2022. O en la quema de una furgoneta de la Urbana en Las Ramblas en 2021. Nos ordenaron no actuar. Nos han convertido en una policía política, al servicio de los partidos políticos, y no al servicio de los ciudadanos.

Todo esto nos ha llevado a un desánimo, a una desafección y a un cansancio agotador. La calle está mal, cargada, y encima no tienes ningún apoyo. Constantemente, a la policía se nos cuestiona. En estas condiciones no podemos trabajar. Es como no darle las herramientas necesarias a un médico en el quirófano. 

-Por qué no se han desalojado El Kubo y La Ruïna en La Bonanova?

-Lo vemos con preocupación porque vemos la posibilidad de un enfrentamiento social. Ha habido una fractura dentro de la sociedad barcelonesa. En El Kubo y La Ruïna, ha habido muchos intereses electorales para no desalojarlos. Y menos ahora en plena campaña electoral. 

Pero recuerda que este ayuntamiento ha pagado obras en casas okupadas. Y luego, para los mendigos no hay servicios sociales. El ciudadano no ve como nosotros, la Guardia URbana, levantamos a mendigos cada mañana. Algo muy desagradable, pues son personas como tú o yo, que se ven en una situación límite. ¿Y el dinero para ellos? Y las ayudas? Pero para los okupas sí hay, y encima hay intereses para no desalojarlos. 

-Como primer sindicato de la GUB, recomendáis el voto hoy en alguna dirección como han hecho vigilantes de seguridad o taxistas?

-Mira, nos mojaremos. Barcelona necesita un cambio en la seguridad pública de la ciudad. Si los que están han podido hacerlo y no lo han hecho, tal vez esa no sea la opción. ¿Por qué no lo hicieron hasta ahora?

Pedimos un cambio en la gestión pública de la seguridad en Barcelona, insisto, y el lector lo entenderá.