Agentes de élite de los Mossos d'Esquadra tras los atentados de Las Ramblas / EFE

Agentes de élite de los Mossos d'Esquadra tras los atentados de Las Ramblas / EFE

Vida

Mossos reivindica su centralidad antiterrorista

La policía catalana saca músculo de su evolución en la lucha contra el yihadismo en la revista internacional CTC Sentinel y analiza los retos actuales

30 abril, 2023 18:39

Los Mossos d’Esquadra reivindican su centralidad antiterrorista en la revista internacional CTC Sentinel. El inspector Lluís Paradell, jefe de la Unidad Central de Análisis, Inteligencia y Servicio Antiterrorista, y el subinspector Xavier Cortés Camacho, jefe del Área Central de Antiterrorismo han aprovechado una entrevista en esta publicación para analizar las lecciones aprendidas tras los atentados del 17A en Barcelona y Cambrils, pero también para poner en valor el trabajo del cuerpo autonómico en esta materia y en la prevención de los extremismos violentos.  

Paradell explica que, como los Mossos d’Esquadra no son un cuerpo policial nacional la coordinación con las demás fuerzas del orden se centraliza a través del Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO). Aunque operan en varios grupos de trabajo, para relacionarse con organismos como Europol o Interpol utilizan “puntos de contactos españoles”. “Las cosas han mejorado mucho en los últimos años, pero en mi opinión pueden mejorar aún más, ya que nos gustaría trabajar con todas las herramientas disponibles en cada momento”, reivindica Paradell. Aún así, destaca que la cooperación y coordinación con los organismos nacionales en la actualidad es “muy buena”.

Los retos actuales

Por su parte, Cortés remarca que aunque los Mossos d’Esquadra son una policía regional, son “la principal en Cataluña”. “Si necesitas algo, si necesitas información, si hay que actuar sobre el terreno, tienes que contar con nosotros”, explica. “Obviamente, estamos dentro España, pero si Estados Unidos quiere obtener información sobre lo que pasando en Cataluña, recurren a nosotros”, subraya, poniendo énfasis en su labor en esta materia. 

Con respecto a la situación actual Cortés asegura que, aunque preocupan los extremismos de extrema derecha y extrema izquierda, la mayor amenaza sigue siendo el yihadismo. En concreto, los terroristas individuales que usan armas poco sofisticadas y que no tienen contacto directo con el Estado Islámico u otras organizaciones, por lo que su detección se complica enormemente. Por eso, aseguran estar “monitoreando” a algunas personas con problemas de salud mental que han mostrado interés por esta ideología y también a “exconvictos” que han salido o están a punto de salir de prisión tras cumplir una condena por “propaganda, adoctrinamiento o pertenencia a grupos terroristas” y que no se han desradicalizado. “Algunos de los autores de ataques terroristas en Europa son expresidiarios, así que su monitorización es una parte importante de nuestro trabajo”, reconocen. 

Un cambio de paradigma

Entre las investigaciones más relevantes, aunque menos conocidas, destacan la operación Alejandría sobre una célula terrorista que pretendía atentar contra objetivos rusos en Barcelona. “Teníamos informantes confidenciales que colaboraron directamente con el juez”, relatan los investigadores, que sostienen que las pesquisas comenzaron en 2017 en torno a hurtos en el centro de Barcelona que después descubrieron que estaban financiando a una red terrorista. Sin embargo, Argelia le puso trabas a la hora de avanzar en la investigación. “Hicimos un viaje para obtener información, pero fue imposible. Teníamos los nombres, los teléfonos, todo, pero en términos de evidencia legal no podríamos probar que estuvieran realizando una actividad terrorista”. Finalmente, tras más de tres años, pudieron establecer al menos 50 contactos directos con el Estado Islámico a través de la Dark Web. "Estábamos ante un nuevo paradigma: personas que ante nuestros ojos parecían simples carteristas pero que estaban en contacto permanente con el Estado Islámico planeando un ataque". 

El mejor ejemplo de este salto --de lidiar con grandes organizaciones terroristas a pequeñas células o a terroristas individuales-- es el atentado de Barcelona y Cambrils del 17 de agosto de 2017. El cambio de paradigma fue que la célula de Ripoll nunca estuvo conectada con Estado Islámico, ni tampoco los autores fueron captados por un agente radicalizador, sino que motu proprio decidieron cometer un gran ataque. De hecho, Ripoll ni siquiera tiene una gran presencia islamista como otros pueblos catalanes. Aún así, se radicalizaron bajo las directrices del aglutinador, el imán Abdelbaki Es Satty. "Sus intenciones eran realmente altas", destacan los investigadores, que recuerdan que planearon atentar contra el Camp Nou, la Sagrada Familia y la Torre Eiffel. Por eso, manifiestan que "la lección clave" es la necesidad de invertir en detectar y prevenir cualquier tipo de extremismo violento