La Audiencia Provincial de Barcelona ha condenado a la aseguradora del Hospital de Mataró a pagar 71.000 euros a la familia de un niño que perdió un testículo porque no le diagnosticaron torsión del órgano. La segunda instancia judicial ha confirmado el error médico con la ciudad sanitaria, lo que agrega nuevos lunares a la gestión del exgerente, Ramon Cunillera, destituido recientemente y recolocado en el Hospital de Calella, de menor complejidad.
Según una sentencia de la sección 17ª de la Audiencia consultada por este medio, la francesa Sham, aseguradora del centro sanitario, deberá indemnizar a la familia del pequeño con 41.000 euros de compensación más 31.000 euros de intereses. Es así porque la sala confirma que los faculativos del hospital realizaron una "incompleta exploración médico-sanitaria" del paciente pese a que acudió tres días a urgencias. Hubo un "error de diagnóstico", ya que aseguraron que el enfermo sufría una infección, cuando presentaba un testículo torsionado. Finalmente, se lo tuvieron que extirpar.
"Precipitada decisión hospitalaria"
La cadena de mando de las urgencias del complejo asistencial falló en septiembre de 2017 al tomar una "precipitada decisión hospitalaria" al permitir el regreso al domicilio del perjudicado en tres ocasiones pese a su dolor testicular, abdominal y náuseas y vómitos. Los galenos concluyeron que el pequeño sufría epidedimitis, que es la inflamación del conductor espiral, y le recetaron antibióticos.
Pero no se trataba de una afectación menor, sino de una torsión de unos de los testículos. Cuando la familia volvió a llevar al pequeño por tercera vez al Hospital de Mataró, sí se le hizo una ecografía y se le detectó el movimiento inusual del órgano. Lo desplazaron al Hospital Germans Trias i Pujol de Badalona, Can Ruti, donde tras unas horas ingresado, le extirparon el testículo porque presentaba necrosis.
"Negligencia"
Con los testimonios de todos los involucrados y de la ciudad sanitaria, la sala corrobora --como ya hizo la primera instancia-- que hubo "negligencia" del equipamiento al no explorar como debían la bolsa escrotal del paciente, buscando así síntomas de torsión, que es lo que sufría.
Asimismo y pese a que había indicios de este incidente, el personal sanitario envió a casa al pequeño, en lo que fue una "decisión imprudente". El error médico es, de hecho triple: hubo una "incompleta exploración" del pequeño; un "error de diagnóstico en la dolencia que le aquejaba" y una "precipitada decisión hospitalaria" al darle el alta. Lo aconsejable, concluyen los tres magistrados, era dejarle ingresado en observación en el hospital.
Polémico
Sea como fuere, la negligencia médica probada en primera instancia y la Audiencia Provincial es el último lunar en la gestión del Hospital de Mataró, que en los últimos años ha dirigido el polémico gestor Ramon Cunillera. El alto mando ha sido incapaz de enderezar la situación económica de la instalación pese a que ésta estuvo intervenida durante ocho años.
De hecho, los profesionales del complejo han alertado en varias ocasiones de que el área de urgencias del Hospital estaba "colapsada" y que les faltaban recursos.