Roger L.S., el joven de 19 años que el pasado sábado descerrajó cinco tiros por la espalda al encargado del Club de Tiro de Precisión Granollers, en Canovelles, se postuló como futuro soldado en el Centro de Formación de Tropa nº1 (CEFOT1), en el acuartelamiento Santa Ana de Cáceres. Sin embargo, abandonó el aprendizaje de manera precipitada, en septiembre de 2022, cuando todavía faltaban dos meses para completarlo, por lo que nunca llegó a ingresar en el Ejército.
Aun así al pistolero le dio tiempo a completar la mitad de la formación: el periodo de acogida y adaptación, de una duración de dos semanas, y la fase de formación militar general, que se prolonga ocho semanas. Durante esta segunda fase los aspirantes tienen que enfrentarse a 280 horas lectivas, divididas entre 90 horas de teoría y 190 de práctica, que incluyen también un módulo de tiro. Cabe destacar que para poder acceder tuvo que superar las pruebas selectivas, entre las que figura un test psicológico y de personalidad, así como presentar la documentación pertinente para acreditar que carecía de antecedentes penales.
Se fue voluntariamente
Por motivos que siguen siendo un misterio, Roger L. S., aficionado a las armas, presentó a la vuelta de las vacaciones de verano su “baja voluntaria”, como consta en una resolución a la que ha tenido acceso Crónica Global. Fuentes del Ejército precisan que los aspirantes que solicitan la baja voluntaria normalmente lo hacen porque “o la formación o el destino asignado no les gustan”. Añaden que si hubiese sido expulsado del centro por protagonizar algún incidente figuraría en el citado documento, así como si hubiesen incurrido otras circunstancias que le hubiesen empujado a poner fin a la formación, como lesiones, la comisión de un delito doloso o la incapacidad para superar las pruebas.
Hasta el momento de su prematura salida del Ejército el pistolero de Canovelles recibió formación militar en la especialidad de Infantería Ligera (ILG), como figura en la citada resolución. Se trata de una de las más duras, frente a la Caballería (CAB), a la Infantería Mecanizada (IMZ) u otras. El autor de los disparos se sintió atraído por esta especialidad, enfocada en incursiones terrestres caracterizadas por una gran movilidad, que se adquiere con el manejo de armas portátiles, como fusiles de asalto o ametralladoras ligeras. Aunque las fuentes consultadas dicen desconocer qué nivel de instrucción recibió hasta su partida, confirman que durante la formación “los alumnos tienen contacto con armas, lógicamente”. Sin embargo, la salida de Roger L. S. de CEFOT1 le cerró las puertas a continuar con la formación específica y a la posibilidad de convertirse algún día en soldado de las Fuerzas Armadas.
Pasó desapercibido
Roger L. S. pasó desapercibido durante su paso por el centro cacereño. Los compañeros de la misma promoción consultados por este medio aseguran que no lo recuerdan, hecho que no es sorprendente dado que cada año pasan por las instalaciones del cuartel de Santa Ana millares de alumnos y alumnas que de forma disciplinada hacen "clases teóricas y prácticas y ejercicio físico".
El joven, oriundo de Corró d’Avall, en Les Franqueses del Vallès, estuvo supuestamente un total de tres meses en el Campamento Santa Ana, a cinco kilómetros de Cáceres. Allí permaneció en régimen de internado, percibió una retribución de 417,68 euros durante el periodo de su formación militar general y gozó de las amplias instalaciones del acuartelamiento --que en los últimos años ha albergado a más de 2.000 alumnos por promoción-- y que cuenta con biblioteca, gimnasio, pistas deportivas, cafeterías, asesoría jurídica y laboral, un bazar y una lavandería. Durante su estancia tuvo que ajustarse a la disciplina militar, con toque de corneta a las siete de la mañana entre semana y actividades establecidas de forma rígida hasta las once de la noche. Una educación que no le convenció.
Homicidio en una galería de tiro
Roger L. S. permanece en prisión provisional sin fianza acusado de los delitos de homicidio, detención ilegal, tenencia ilícita de armas y resistencia a la autoridad. Los hechos por los que ha sido detenido se remontan al sábado, cuando el pistolero acudió al Club de Tiro de Precisión de Granollers, en Canovelles (Barcelona), del que era socio con número 3623. Allí, por causas que se están investigando, abrió fuego contra Jordi, encargado de la instalación, sobre las 19.30. Fuentes consultadas han señalado a este medio que lo hizo porque el responsable de la galería se negó a darle un arma larga, como él exigía. La víctima murió casi en el acto. Cuando se disponía a huir de la galería se cruzó con otro socio, al que encañonó, pero no llegó a disparar porque el arma se encasquilló.
Después, huyó hasta el barrio de Pedralbes de Barcelona, donde abandonó su coche, un Dacia de color azul, y se cambió de ropa. Acto seguido interceptó a dos mujeres y las obligó a conducir hasta Murcia amenazándolas con un arma de fuego. Finalmente fue detenido en la estación de tren del Carmen, cuando se disponía a continuar con su fuga. Ahora, será trasladado a una prisión catalana, dado que el caso se instruye en Granollers.