Batalla entre okupas en Mataró: se tiran ladrillos a plena luz del día para disputarse un local

Los vecinos de Mataró (Barcelona) vuelven a sufrir un episodio de violencia en sus calles. El último tuvo lugar hace unos días en el barrio de Rocafonda, uno de los más conflictivos de la ciudad, cuando un grupo de okupas protagonizó una brutal pelea a plena luz del día para disputarse un local, antigua sede de una oficina bancaria cercana a la carretera de Mata. 

Según han explicado los Mossos d'Esquadra a Crónica Global, el 31 de marzo fueron llamados al saltar una alarma que, al llegar, resultó ser una trifulca entre siete u ocho personas que acabó con dos personas heridas leves.

Una zona cotizada por los okupas

Algunos vecinos de Rocafonda pudieron presenciar, el pasado viernes hacia las tres de la tarde, una espectacular batalla en la carretera de Mata, cerca de la plaza d'Alfred Opisso. Según ha avanzado el diario Capgròs y ha confirmado este medio, unas siete u ocho personas se enfrentaron para disputarse un antiguo local bancario en una de las zonas más cotizadas para los okupas. 

La pelea fue violenta, pues los allanadores utilizaron el material que había en un saco de obras para lanzárselo entre ellos, provocando que dos acabasen en el hospital con heridas leves. Los Mossos d’Esquadra se han hecho cargo de las diligencias, pero por ahora no hay denuncias. 

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Los vecinos se movilizan

No es la primera vez que los okupas se enfrentan entre ellos y con los vecinos de la localidad. Y es que cabe recordar que la capital del Maresme es una de las más afectadas por este problema, pese a que los datos del consistorio aseguran que se han reducido los allanamientos en los últimos meses. 

A veces, son los propios vecinos lo que deben plantarles cara. Uno de los barrios más movilizados es el de Vista Alegre, que en diversas ocasiones ha impedido okupaciones gracias a la organización vecinal. La última tuvo lugar el pasado enero, cuando los residentes se manifestaron delante de la vivienda para dejarles claro a los allanadores que no eran bienvenidos. La presión acabó haciendo que se marchasen.