Se tensa la cuerda entre el Ayuntamiento de Barcelona y los vecinos de la Barceloneta, que llevan años reclamando al consistorio un poco más de dedicación en la zona. Con esto, explica uno de los residentes a Crónica Global, "nos referimos al incumplimiento sistemático de la normativa de terrazas, la falta de limpieza de la zona o el descontrol de aparcamientos que sufrimos los vecinos". Sin embargo, lamente a este medio, "ahora sí van a correr a rehabilitar todo el Port Vell para la celebración de La Copa América de Vela".
Según anunció el pasado miércoles el presidente del Puerto de Barcelona, Lluís Salvadó, efectivamente, se han planificado 17 actuaciones para rehabilitar y abrir el Port Vell a la ciudadanía, de cara a la celebración del evento deportivo, unas obras que se prevé que estén terminadas en agosto de 2024 y que van a suponer una inversión público-privada de unos 86 millones de euros.
El "problema de las terrazas"
Una de las cuestiones que tienen a los vecinos en guerra con el Ayuntamiento, es el "incumplimiento sistemático de la normativa de terrazas en la zona de Ciutat Vella". Según cuentan algunos residentes a Crónica Global, "aquí pasan de cumplir la normativa y cubren todo el barrio, hasta el punto de que no te puedes sentar ni en un banco público, porque estás rodeado de mesas y sillas". Sin embargo, "esto parece no interesar al consistorio, porque nos dicen en cada pleno que se está trabajando en ello, pero a la vista está, de que seguimos invadidos", denuncia uno de los vecinos.
Este problema de las terrazas, que parece haberse cronificado en la zona, empieza a empeorar conforme van subiendo las temperaturas. "Llega el verano, hay que aprovechar el turismo y hacer dinero, así que el ayuntamiento, o no se entera, o no quiere enterarse", cuentan los vecinos. De hecho, insisten, "cada dos por tres aparece la Guardia Urbana y les obligan a quitar mesas de la vía pública pero, en cuanto se dan la vuelta las vuelven a colocar". Según los vecinos, "les sale más a cuenta pagar la multa que quitar las mesas".
"Lo que ve la suegra"
Ahora, lamentan algunos vecinos, con la llegada de la Copa América de Vela, a Ada Colau le entra la prisa para "pegar escobazos y limpiar lo que ve la suegra". Sin embargo, aquí el problema, "no solo va a seguir, sino que se intensificará", insisten a este medio los vecinos, que temen que se descontrole todavía más la situación con la llegada del reputado evento deportivo.
Ante esta preocupación vecinal, Crónica Global se ha puesto en contacto, tanto con el concejal de Ciutat Vella, Jordi Rabassa, como con la teniente de alcalde de Urbanismo en el Ayuntamiento de Barcelona, Janet Sanz y con la Guardia Urbana de Barcelona, para conocer cuál es la situación desde el otro lado del conflicto y saber qué medidas están llevando a cabo para darle solución. Además, ha intentado, sin suerte, por el momento, contactar con el Gremi de Restauració de Barcelona, para contar con la versión de los restauradores en este conflicto.
"Un incumplimiento desorbitado"
Según traslada a este medio un portavoz del concejal de Ciutat Vella, Jordi Rabassa, "Durante todo el año, el distrito de Ciutat Vella, refuerza las labores de inspección de terrazas, enfatizando en las que no tienen licencia, en los excesos de ocupación y de las terrazas extraordinarias Covid-19". Esto, explican los responsables del distrito, "es una actividad prioritaria por el incremento desorbitado de incumplimientos por parte de los locales de restauración", que han llegado a evitar, incluso, pintando franjas blancas en el suelo para delimitar la zona ocupable. Finalmente, explican, "en 2022 se abrieron más de 1.000 expedientes por este problema".
Rabassa insiste en que se está trabajando duro contra este tipo de infracciones. De hecho, el concejal publicó un tuit el pasado mes de enero, anunciando que había firmado 104 expedientes en tansolo una semana en Ciutat Vella, la mayoría de los cuales, en la Barceloneta. Por tanto, Rabassa reconoce la magnitud del problema y dice estar llevando una fuerte ofensiva para erradicarlo.
Sin embargo, la vía pública sigue invadida de mesas y sillas, especialmente los fines de semana, según los vecinos. Entonces ¿cuál es la solución?, ¿se debería incrementar el importe de las multas?, ¿quizás intensificar las inspecciones? o ¿existe la posibilidad de "adaptar" la ordenanza en determinados puntos de la ciudad donde hay un problema grave y centralizado?. Crónica Global traslada estas cuestiones al área liderada por Janet Sanz, ya que la ordenanza de terrazas no es una cuestión de distrito, sino de toda la capital.
Balones fuera
La respuesta de Urbanismo, en cambio, no disipa ninguna de las dudas que este medio planteaba a Janet Sanz. Por esta parte, las declaraciones recibidas corresponden a un corte de audio de 13 minutos y 18 segundos en los que la teniente de alcalde de Urbansimo hace un repaso sobre la consolidación de "terrazas Covid" en los diferentes distritos de Barcelona, de los cuales, "en Ciutat Vella se ha denegado el 90% por saturación de la vía pública".
En definitiva, el distrito no tiene competencias para estudiar una posible adaptación de la Ordenanza en una zona determinada y como una "solución quirúrgica" a un problema identificado y localizado en beneficio de todos.
Refuerzo de la urbana
Urbanismo, por su parte, asegura que es el distrito el que debe garantizar el cumplimiento de las normas. También la Guardia Urbana advierte de que, aunque sus agentes intervienen cada vez que se encuentran con un incumplimiento flagrante de la norma, son los responsables del distrito quienes deben intensificar las inspecciones.
Mientras, los vecinos cruzan los dedos para que algunos no vean a "la gallina de los huevos de oro en la Copa América y decidan sacar el máximo partido a la vía pública, siendo conocedores de que el beneficio superará con creces a la sanción que les impongan".
Bus náutico y pisos turísticos
Otro de los reproches que la Barceloneta hace a Colau es el desinterés por ofrecer una solución a la movilidad del barrio, que los vecinos llevan pidiendo muchísimo tiempo. "No tenemos bus en el barrio, pero para esto sí", "ahora tendremos un bus náutico", explica un vecino. "Hemos estado pidiendo reiteradamente en los plenos del distrito un bus, como tienen en otros barrios. Nos decían que no podía ser, y ahora lo que tendremos es un bus náutico".
Finalmente, y sin detenernos en la queja vecinal por la imposibilidad de aparcar en su propio barrio, finalizamos con la protesta por la proliferación de habitaciones y pisos turísticos en la zona. "Muchos de ellos ilegales", puntualizan, lo que incrementa el nivel de conflictividad social entre propietarios. Este incremento de viviendas turísticas suponen, a su entender, "un varapalo para la calidad de vida y la convivencia a las comunidades de vecinos". En algunos casos, "deben aguantar a diario incidentes causados por alcohol o drogas, peleas y suciedad en sus calles".