Mossos d'Esquadra y Guardia Civil se han incautado de abundante documentación y dinero en efectivo de la sede central de Ambulancias Egara en Terrassa (Barcelona) tras cerca de siete horas de registro. La entrada, que ha avanzado este medio, es parte de una macrooperación contra la transportista sanitaria de los hombres de David Madí que ha incluido registros en las subsedes de Tarragona y Lleida y en la asesoría financiera RCM de Barcelona.
Efectivos de la policía catalana y del instituto armado han salido de la sede de Egara en Terrassa poco antes de las seis de la tarde tras un minucioso peinado del cuartel general. Los funcionarios, acompañados de la comitiva judicial --la operación la tutela el Juzgado Central de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional--, se han llevado una pequeaña cantidad de efectivo y documentos para examinar y probar, si pueden, corrupción en las ambulancias catalanas.
Entradas en Terrassa, Barcelona, Lleida y Tarragona
El operativo del cuartel general de Egara ha tenido réplicas en las subsedes de Lleida y Tarragona y en la sede de la asesoría fiscal RCM en la calle Muntaner de Barcelona. A estos lugares han acompañados Mossos adscritos a la unidad anticorrupción y agentes de la Benemérita tutelados por el tribunal especial capitalino.
Las entradas se han acompañado de preguntas a varios directivos. El de más relieve es Óscar Simón, copropietario de Ambulancias Egara y exCEO, del que se espera que declare ante la Fiscalía Especial de Delitos Económicos de Madrid en las próximas horas o días, como ha explicado Crónica Global. Según explican fuentes del sector sanitario, Simón habría acompañado a los agentes en algunas entradas, como la practicada en la calle Cervantes, antiguo cuartel general de Egara.
Presunta corrupción
La intervención policial tiene como objetivo probar que directivos afines a la antigua Convergencia Democrática de Catalunya (CDC), ahora Junts, compraron Ambulancias Egara poco antes del concurso de transporte sanitario de 2015. Se sospecha que los ejecutivos, tutelados por el empresario independentista David Madí, irrumpieron en la empresa antes de la macrolicitación con el fin de conseguir lotes alterándola de forma supuestamente delictiva.
Como ha detallado este medio, los implicados son el propio Óscar Simón, sí, pero sobre todo Fermí Ferran, ex jefe de seguridad de la multinacional del juego Cirsa y Álex García-Cascón, también ex del grupo de casinos, ex jefe de seguridad del FC Barcelona y ahora CEO de Egara. Se cree que Ferran y García-Cascón son hombres de la máxima confianza de Madí. Se estima que estos dos directivos entraron en Egara sabedores de que CDC podía alterar el concurso sanitario y dar lotes a su empresa, como finalmente pasó: se llevó tres.
Meses de investigación
Mossos y Guardia Civil, tutelados por la Audiencia Nacional, han conducido la investigación con absoluta discreción durante meses. Se estima que los policías han sustentado sus sospechas de que las ambulancias podrían haber sido una derivada del caso 3% de presuntos pagos irregulares de comisiones a cambio de financiación ilegal de CDC.
Todo ello, claro, deberá ser probado en sede judicial. Pero lo que es evidente es que los indicios son desfavorables para los investigados, toda vez que cuando compraron Ambulancias Egara, los hombres de Madí la interconectaron con otra empresas salpicadas por la presunta trama criminal de pago de comisiones, como la propia constructora leridana Benito Arnó, cuyo consejero delegado, Joan Albert Arqués, está imputado en el procedimiento. O la asesoría RCM, de la que se cree que podría ser una de las presuntas lavadoras de dinero de CDC.
Estalla el '3% sanitario'
Lo mollar es que los registros de hoy contra Ambulancias Egara son la gran explosión de una derivada del presunto caso 3%: la sanitaria. Policías y fiscales deberán probar ante el juez que CDC pudo alterar el gran concurso de transporte sanitario de Cataluña en 2015, con un presupuesto de más de 1.000 millones de euros, llegando incluso a comprar ex ante una de las empresas que aspiraba a ganarlo. El hecho de que directivos del sector del juego sin experiencia alguna en las ambulancias desembarcaran en el sector alimenta esa tesis.
Como lo hace el hecho de que lo hicieran por orden del empresario independentista y exsecretario de Comunicación del Govern, David Madí. Como explicó Crónica Global, fue el propio Madí quien supervisó la compra de Ambulancias Egara por parte de sus hombres. El visto bueno se dio en una reunión en el Hotel Don Cándido de Terrassa.
¿Qué hizo Salud?
Hay otra pata: quién en la Consejería de Salud permitió que se corrompiera presuntamente el concurso de ambulancias de 2015. En aquel momento, el Servicio Catalán de Salud (CatSalut) lo pilotaban al alimón Josep Maria Padrosa y Josep Maria Argimon, ambos de CDC, el mismo partido en el que medró David Madí.
De hecho, el propio Argimon, después conseller de Salud con Junts, hizo caso omiso de una de las tropelías de Egara tras el concurso: el hundimiento deliberado de Ambulancias Lafuente, el socio con el que concurrió en unión temporal de empresas (UTE). Si hubo alguna praxis dudosa más, es algo que deberán probar los investigadores.