La historia de María del Carmen, la mujer que prendió fuego al violador de su hija en Alicante

Un bidón de gasolina y una cerilla. Esas fueron las herramientas que usó María del Carmen García, una vecina de Benejúzar (Alicante) para acabar con la vida de Antonio Cosme, el hombre que había violado a su hija Verónica, de 13 años, siete años antes. 

Durante ese periodo de tiempo tuvo que convivir con un tratamiento psicológico y con las amenazas del pueblo, que defendía al violador. También se vio obligada a realizar varias mudanzas. Los hechos ocurrieron en junio de 2005 y están recogidos en 'Fuego: La historia de la mujer que buscó justicia en una botella de gasolina', un libro de la periodista Gema Peñalosa.

"¿Qué tal está tu hija?"

García tomó la decisión de acabar con Cosme tras entrar en un colapso mental al encontrarse al delincuente, que recibía el apodo de 'El Pincelito', cuando este se encontraba de permiso de penitenciario (cumplía una pena de 10 años de cárcel).

"¿Qué tal está tu hija?", le preguntó Cosme a la mujer. Tras escuchar estas palabras y con miedo de que el violador cumpliera con su advertencia de asesinar a su hija, a la que había amenazado para que no explicara el suceso, la madre de la niña entró a un bar de la localidad y se dirigió al hombre.

Huyó esa misma noche

Mientras Cosme desayunaba, María del Carmen le roció una botella llena de combustible y le prendió fuego con un fósforo. Después de perpetrar el crimen, la mujer huyó. No obstante, la Guardia Civil la encontraría esa misma noche cerca del puerto de Alicante y la detendría. Fue condenada inicialmente a nueve años y medio de prisión por la Audiencia de Alicante, pero el Tribunal Supremo rebajó su pena a cinco años y medio. 

En una entrevista para la Cadena SER, la autora del libro, Gema Peñalosa, ha señalado que "si se hubieran activado los mecanismos y se hubiera impuesto una orden de alejamiento durante ese permiso, no hubiera ocurrido". También ha afirmado que el "descrédito hacia las víctimas de violencia sexual" sigue vigente y que, aunque se ha avanzado mucho a nivel legislativo, todavía quedan cabos sueltos en normas como la "Ley del solo sí es sí".