Jorge F., el vecino de Barcelona detenido tras el hallazgo de los restos de una mujer en su finca de Pontons (Barcelona), ha regresado a la vivienda en la que los investigadores de la Guardia Civil creen que residió con su pareja y donde habría acabado con su vida, emplazada en el número 430 de la calle de los Castillejos del barrio del Baix Guinardó de la capital catalana.

Este miércoles, los efectivos de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Guardia Civil, con el apoyo del Equipo de Inspecciones Oculares (ECIO) del Servicio de Criminalística del instituto armado --que se ha desplazado desde Madrid--, efectuaron un minucioso registro en ese bajo, esquina con Josep Ciurana, hoy rehabilitado como vivienda y que en tiempos pasados fue una autoescuela y una farmacia. Según fuentes conocedoras del caso es ahí donde los investigadores creen que se cometió el crimen, por lo que las inspecciones podrían prolongarse hasta el viernes.

Una defensa que "no será fácil"

El detenido estuvo presente durante todo el registro y se mostró "resignado pero colaborativo", según su letrado, antes de salir esposado y con el rostro tapado para evitar a las cámaras y a los curiosos. Sin embargo, ha pedido no estar presente durante los próximos días. Aun así, su abogado de oficio ha confirmado que su cliente confesó el crimen, aunque dijo que lo hizo para “ayudar” a la víctima, que quería morir, suicidarse, según la versión del único incriminado y como adelantó eltaquígrafo.com.

Ese mismo abogado de oficio (distinto al que le asistió durante su declaración frente a los investigadores del instituto armado antes de comparecer en el juzgado de guardia de Vilafranca del Penedès) reconoce que es poco creíble y augura que la defensa del autor confeso del “macabro” crimen “no será fácil”, dado que descuartizó y escondió el cuerpo en una finca que compró para tal efecto en Pontons, por lo que podría ser condenado por profanación y ocultación del cadáver.

Registros en dos pisos de Barcelona

Ahora, los investigadores del instituto armado tratan de confirmar que ese piso de Castillejos 430 es el lugar en el que acabó con la vida de la mujer, sobre la que no constaba ninguna denuncia por desaparición. Fuentes consultadas apuntan a que la fallecida no tenía familiares directos y que serán las muestras de ADN que se cotejarán con un pariente las que ayuden a determinar si se trata de la que fue pareja del detenido hasta 2021, año en el que los investigadores fijan la muerte.

La Guardia Civil ya registró días atrás la vivienda de Jorge F. en Travessera de Gràcia durante más de seis horas, donde encontraron enseres de la que se cree que es la víctima y varios dispositivos electrónicos. Este miércoles hicieron lo propio en la de la calle de los Castillejos desde primera hora de la mañana y retomaron la inspección ocular por la tarde, tras una breve pausa. La benemérita cree que el detenido hacía vida en ambas viviendas, aunque todo parece indicar que el lugar en el que se cometió el crimen fue en el bajo del Baix Guinardó.

Sin rastro de ella

El cuerpo de la mujer fue hallado el 3 de enero de 2023, cuando los vecinos de Pontons alertaron de un extraño movimiento de tierra en la finca del detenido. Jorge F. compró una parcela alejada, en la que no se puede edificar y a la que no se puede llegar en coche, en una zona montañosa de ese pequeño municipio por 2.000 euros. Aunque lo hizo a nombre de ambos, después de que los vecinos alertaran de que en la finca había lo que parecía ser una tumba, los investigadores no pudieron encontrar ni rastro de actividad vital de ella.

Por ese motivo, el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil solicitó una orden judicial para remover la tierra, creyendo que podría tratarse del enterramiento ilegal de un animal. A casi dos metros de profundidad encontraron varias bolsas de plástico con los restos de una mujer. Jorge F. fue detenido el mismo día y, tras pasar a disposición judicial, ingresó en prisión provisional en Brians 1.