La empresa catalana de la sustancia cannábica CBD prepara su proyección internacional
La firma barcelonesa Hippy Collective, una de las referentes en España en este tipo de productos, declara que su objetivo es “relajar al mundo”
21 diciembre, 2022 00:00Puede que las siglas CBD no digan mucho por sí mismas, pero si especificamos que estamos hablando de uno de los principales componentes del cannabis es posible que éstas empiecen a sonar un poco más. El llamado cannabidiol es empleado cada día más por muchos consumidores para alcanzar la relajación, aliviar dolores o conciliar el sueño. Su venta en España, al igual que en el resto de la Unión Europea, no es ilegal siempre que sus productos derivados no contengan más de un 0,2% de THC (el elemento psicoactivo del cannabis).
En este panorama, muchas pequeñas empresas comienzan a ver un futuro en un mercado todavía emergente que ya ha demostrado dar sus frutos y tener un gran público en otros países europeos como Suiza. Es el caso de la compañía catalana Hippy Collective, de Mataró, que ya ha superado los 400.000 euros en varias rondas de inversión y que ha crecido un 3.000% en tan solo seis meses.
Quieren “relajar al mundo”
En su corta vida (la actividad de la empresa comenzó en abril de este mismo año), la firma fundada por Marc Momplet, Pol Buch y Lucas Larripa ha conseguido crear una oferta muy especializada formada por diferentes flores y aceites de CBD. Momplet, el CEO de la compañía, ha afirmado a Crónica Global que el objetivo de su proyecto es “relajar al mundo” y “ayudar a las personas a disfrutar del momento sin perder neuronas”, refiriéndose a algunos de los efectos secundarios que puede tener el cannabis regular.
“Queríamos ser la primera marca de CBD en España y que siempre que se pensara en él se mencionara a Hippy Collective”, declara Momplet, que ya se había embarcado en varios proyectos de comercio electrónico anteriormente y que decidió emprender esta aventura empresarial junto sus dos amigos de la infancia. Para el director general de la compañía, este es “un producto que está de moda, pero que viene para quedarse” ya que, en sus palabras, “tiene un beneficio real y la gente lo está viendo”.
Propiedades terapéuticas
La propia Organización Mundial de la Salud (OMS) ha dictaminado oficialmente que este elemento ni es una droga, ni es adictivo, ni es nocivo para la salud.
Esta entidad ha asegurado, además, que el CBD tiene potenciales propiedades terapéuticas y que puede resultar útil para tratar afecciones médicas como la epilepsia, la ansiedad, enfermedades inflamatorias, náuseas o dolores, entre otras.
Planes de futuro
A pesar de contar con un equipo de personas muy reducido (seis en la actualidad), Hippy Collective ha expuesto a este medio que “confía en convertirse en la líder en el mercado español a principios del año 2023” para pronto comenzar a “replicar lo que han hecho en otros países”. Actualmente son un e-commerce cuya producción se lleva a cabo en Suiza y cuyos proveedores les están otorgando una exclusividad cada vez más grande.
Aunque este tipo de negocio tiene, según Momplet, unos márgenes de rentabilidad bastante altos en la actualidad, capturar demanda y darse a conocer puede no ser tarea fácil, ya que se trata de un producto con normativas “muy restrictivas” en lo que se refiere a publicidad en plataformas como, por ejemplo, Facebook Ads o Google Ads. Por ello, las estrategias que planean seguir están vinculadas a la creación de contenido, el SEO y las campañas con influencers.
Estigma hacia los consumidores
Desde la compañía aseguran que sigue existiendo una estigmatización hacia las personas que consumen CBD, fruto de “una cultura del cannabis que lleva dejando huella cientos de años”, aunque creen que cada vez más se está haciendo un mayor esfuerzo en la divulgación del producto. La fuente del problema reside, según Momplet, en el desconocimiento: “Existe una gran desinformación por parte de todos los jugadores: los consumidores, las entidades reguladoras, la policía…”.
En muchas ocasiones, afirma, esta mala imagen es consecuencia de los muchos casos de plantaciones de cáñamo con licencia cuyos dueños las utilizan para cultivar marihuana de forma clandestina. “Este problema no existe en Suiza, un país en el que el sector lleva existiendo 13 años y en el que la pena por plantar marihuana es mucho más alta que en España”, señala el CEO de Hippy Collective.