El nuevo conseller de Salud de la Generalitat de Cataluña, Manel Balcells, no ha necesitado ni un mes para tener en su contra a los médicos de la Atención Primaria. Las declaraciones que hizo durante una intervención en el Parlament el pasado martes provocaron gran indignación entre los sanitarios. Tanta, que algunos incluso pidieron su dimisión.
Contra toda evidencia científica, Balcells aseguró que la longitudinalidad --el seguimiento del estado de salud de un paciente por el mismo médico a lo largo de los años-- es un paradigma "que ha quedado antiguo" y que debe innovarse. Unas palabras que ha matizado, pero que ha dejado al consejero en el punto de mira de la comunidad de la atención primaria.
Un paso atrás
Ante la polémica generada, el consejero rectificó e insistió en que "nadie cuestiona la necesidad de la atención longitudinal". Así lo afirmó el jueves durante su primera comisión de salud en el Parlament, donde señaló que sus palabras se "malentendieron" y se quisieron "tergiversar".
Una rectificación que desde el Fórum de Atención Primaria de Cataluña (FoCAP) tildan de una "huida hacia adelante", ya que consideran que "aunque no mantuvo la misma frase", sí propuso una serie de acciones que van en detrimento de la longitudinalidad, un elemento que consideran básico en la Primaria por los numerosos beneficios "científicamente demostrados" que aporta al paciente.
"Innovar no siempre es la mejor opción"
Así, Balcells aseguró que la atención longitudinal la deben llevar a cabo los equipos de la atención primaria "con cierta flexibilidad", haciendo referencia a lo que ya anunció el pasado martes: la creación de equipos específicos y multidisciplinares para ofrecer la atención domiciliaria. Una propuesta que "rompe con la idea de longitudinalidad", aseguran fuentes de FoCAP a Crónica Global.
Asimismo, subrayan que "innovar no siempre es la mejor opción" y que solo es necesario hacerlo cuando algo no funciona. "En vez de mejorar lo que tenemos, que sabemos que funciona bien, se crean cosas nuevas que pueden tener un impacto negativo en la atención del paciente", insisten. En este sentido, recuerdan que el modelo longitudinal no solo reduce los ingresos hospitalarios y las consultas en urgencias, sino que también aumenta la calidad de vida de las personas, entre otras cosas.
El problema real: faltan médicos de familia
Por su parte, desde el sindicato Metges de Catalunya, si bien no se posicionan en contra de que se incorporen nuevos perfiles sanitarios a la atención, sí critican que este nuevo modelo no va a quitar trabajo a los médicos. "Está bien que se ofrezcan otros servicios para dar una atención más completa, pero esto no va a aliviar la sobrecarga de trabajo que tienen los facultativos", explican a este medio.
En este sentido, recuerdan que el problema fundamental es la falta de médicos de familia y que hasta que no se incorporen más, no bajará la sobrecarga. Así, consideran que la propuesta del nuevo conseller no ayuda a resolver el problema real e insisten en que la solución pasa por mejorar las condiciones de trabajo y contratar a más personal.