El dolor crónico se encuentra entre las principales causas de discapacidad y carga de enfermedad en todo el mundo. Solo en Cataluña, las unidades del dolor atienden cada año a más de 100.000 personas mayores de 30 años, una cifra que se espera que vaya en aumento en los próximos años debido al envejecimiento de la población.
Aunque el tratamiento de esta compleja patología ha mejorado en los últimos años, médicos y voces del sector recuerdan que todavía se trata de una asignatura pendiente tanto en Cataluña como en el resto del país. Así, denuncian que los recursos siguen siendo "insuficientes" y que las elevadas listas de espera en la sanidad pública ponen en peligro el correcto abordaje de esta enfermedad.
Escasez de personal especializado
La Sociedad Catalana del Dolor (SCD) ha elaborado un estudio que pone de manifiesto las carencias del campo en la sanidad pública catalana, entre las que destaca la falta de recursos y la escasez de personal especializado en la atención al dolor.
"No somos suficientes ni tenemos los medios necesarios para atender a un número de pacientes que crece y que se va acumulando", explica a Crónica Global el doctor Ancor Serrano, miembro de la SCD, de la Academia de Ciencias Médicas de Cataluña.
Listas de espera de 90 días
Como consecuencia, las listas de espera para visitarse en una clínica del dolor catalana superan los tres meses --de media-- tanto para la primera como la segunda consulta en los pacientes no preferentes. Una cifra que, según constata el estudio, se ve reducida de forma significativa en la sanidad privada --con una media de siete días de espera--.
"Las listas de espera son muy elevadas. Más de lo que sería razonable", apunta Serrano. En este sentido, la SCD subraya que acortar los tiempos de espera en el sistema público debería ser una prioridad para no tener que retrasar la atención al dolor de todos aquellos pacientes que no pueden permitirse acceder a los servicios privados.
Reclaman equipos multidisciplinares
Por otro lado, recuerdan también que el dolor crónico debe abordarse dentro de una evaluación multidimensional y con una atención interdisciplinaria: insisten en que es prioritaria la incorporación de psicólogos y fisioterapeutas para garantizar el tratamiento del dolor.
No obstante, solo el 25% de los pacientes atendidos en estas unidades han recibido una evaluación psicológica. Aun así, recuerdan que un "inadecuado" tratamiento del dolor puede aumentar la carga asistencial y exigen que se priorice de la misma manera esta patología como otras afecciones de larga duración.