El Grupo de Fugitivos de la Policía Nacional en Barcelona seguía los pasos desde hace meses a los dos delincuentes que el pasado 28 de septiembre estrellaron un coche cargado de munición y posteriormente lo incendiaron para borrar cualquier posible prueba que les incriminara en una explanada de La Jonquera (Girona). Así lo han confirmado fuentes del cuerpo, que aseguran que antes de protagonizar este episodio digno de una película de Fast and Furious los dos fugitivos ya estaban bajo el radar de la unidad encargada de localizar y detener a los criminales que han conseguido burlar la acción de la Justicia. 

Según ha adelantado La Sexta, se trata de Ayoub Khallouki y Mostapha Beyoralv, dos jóvenes franceses para los que las autoridades del país galo han emitido una orden europea de detención y entrega (OEDE) por la comisión de delitos de sangre en Marsella, si bien la Policía Nacional ha rehusado aportar más detalles sobre estos hechos. 

Una fuga de 18 meses

No es la primera vez, al menos en el caso de Ayoub Khallouki, que consiguen dar esquinazo a la policía. En 2020 este joven natural de Nimes se sentó en el banquillo de los acusados del Tribunal Penal de Avignon tras permanecer fugado durante 18 meses, después de que no regresara a la cárcel en la que cumplía condena tras disfrutar de un permiso penitenciario. El tribunal también lo enjuició por la posesión de armas y de cannabis

El fugitivo cumplía condena en la prisión de Pontet, en la ciudad de Avignon, cuando el 2 de junio de 2018 solicitó un permiso para ir a visitar a su hijo, nacido prematuramente el 31 de mayo de ese año y que, según él, se debatía entre la vida y la muerte en el hospital de su ciudad natal. Desde el centro penitenciario se le otorgó el permiso, y el interno pudo viajar hasta Nimes para conocer a la criatura. Pero no regresó. 

Detenido con drogas y armas

Según recogió el diario francés La Provence la policía lo capturó 18 meses después mientras dormía en la casa de un amigo en la ciudad de Avignon. En el momento de su detención Khallouki llevaba encima un maletín en el que guardaba una pistola automática del calibre 6,35 con munición, 20 cogollos de marihuana, una placa de resina de hachís y 1.310 euros en efectivo. Durante el juicio se exhibieron imágenes del acusado posando con dinero y armas y conduciendo con su hijo en el regazo a más de 200 kilómetros por hora. Sin embargo, él se justificó alegando que siempre había estado cuidando del recién nacido y que nadie había acudido a su domicilio de Nimes para pedirle que regresara a la prisión. Sobre el arma que llevaba encima, explicó que se la había encontrado y la droga, subrayó, era para consumo propio. "Me fumo hasta 20 porros al día", declaró ante el juez. 

Por estos hechos, el tribunal condenó a Khallouki a dos años de prisión, así como a la prohibición de portar armas de fuego durante cinco años. Sin embargo, parece que el joven se habría saltado la prohibición tras ser vinculado con el hallazgo de un vehículo con munición en su interior en la localidad fronteriza de La Jonquera. 

El episodio de La Jonquera

El 28 de septiembre, sobre las cuatro y media de la madrugada, un vehículo con matrícula francesa huyó a toda velocidad tras divisar un control policial en la N-II y se estrelló en la explanada del edificio que antiguamente albergaba el restaurante Artigas, en el núcleo urbano de La Jonquera. Un testigo de los hechos declaró ante los Mossos d’Esquadra haber visto a los ocupantes abandonar el coche corriendo y perderse en la oscuridad. Hasta el lugar acudió una patrulla de la policía autonómica que, tras comprobar que en el coche siniestrado no había ningún ocupante, precintó el vehículo.

Cuatro horas más tarde, sobre las ocho de la mañana, “el vehículo apareció envuelto llamas”, según confirmaron los Mossos a este medio. “Vi el coche completamente calcinado”, apuntaba también una vecina, que precisó que pasó ese día por delante del restaurante sobre las nueve de la mañana y se encontró con efectivos de los Mossos d’Esquadra, el Sistema de Emergencias Médicas (SEM) y los Bomberos de la Generalitat, que intentaban sofocar las llamas. A partir de ese momento, la policía autonómica abrió una investigación para esclarecer las circunstancias en las que se produjeron estos hechos. Una investigación habrían confluido con otra ya iniciada por la Policía Nacional, que enseguida identificó a las dos personas involucradas en este episodio con los dos criminales franceses.