“No por compartir grupo sanguíneo hay compatibilidad”: la dramática situación del Banco de Sangre

El Banco de Sangre y Tejidos de Cataluña alertaba hacer un par de semanas de la falta de reservas, sobre todo de plasma, para garantizar la asistencia a pacientes con inmunodeficiencia y hacía un llamamiento a la población a donar. Uno de los principales problemas es el escaso tiempo de conservación de las donaciones, pero también de la compatibilidad: “No siempre por compartir el mismo grupo sanguíneo hay una compatibilidad entre el donante y el receptor”, explica el doctor del Banco de Sangre Josep Maria Ollés. 

Esto se debe a que algunas personas tienen unos antígenos que rechazan esa donación, por lo que es preciso buscar a otro donante. El grupo más manido, dice, del que todo el mundo se acuerda, es el cero negativo, el donante universal, pero hay grupos sanguíneos que no acaban de tolerarlo del todo bien “y les va mejor el de su propio grupo”. Para saberlo, antes de hacer una transfusión, aclara el doctor, se hace un análisis más extenso.

El tiempo, en su contra

Desde que se realiza una donación el tiempo corre en contra del Banco de Sangre. Una vez extraída, la sangre se almacena en una bolsa que lleva dentro un anticoagulante que la mantiene en estado líquido hasta que llega al laboratorio de la central, en el paseo Taulat de Barcelona. Allí se centrifuga y se separa en tres fracciones: glóbulos rojos, plaquetas y plasma.

El problema, principalmente, es que estas sustancias tienen un tiempo de conservación muy corto. En el caso de los glóbulos rojos, su conservación máxima es de 40 días. “Si en ese plazo no se usan, se desechan”, aclara Ollés. Más delicadas son las plaquetas, “su tiempo de conservación es inferior a los 10 días”. Ninguna de estas dos sustancias se puede congelar porque los cristales de hielo dañarían las células. La única sustancia que se puede congelar para su preservación son las plaquetas, una amalgama de líquido y proteínas.

Se necesitan 1.000 donaciones diarias

Por eso, recuerda, lo importante es que la gente done de forma periódica y regular. “A veces nos encontramos con 500 donaciones en un día, pero en los siguientes dos meses casi no acude nadie a donar”. En la actualidad, el Banco atraviesa un periodo de sequía. Para abastecer a los hospitales catalanes y cubrir las necesidades de los pacientes se necesitarían unas 1.100 donaciones diarias. “Hemos llegado al punto de plantearnos solicitar reservas a otras autonomías o incluso a Europa, pero este escenario no sería el ideal”.

La carencia es más acuciante en algunas épocas del año. En verano, por ejemplo, las facultades y empresas a las que acude el autobús del Banco de Sangre habitualmente se vacían, pero se registran más accidentes. Pero también se da el extremo contrario. En épocas cercanas a Navidad “la gente se siente más solidaria, más buena, dona más”. También tras algún episodio impactante como un atentado o un accidente, “la gente se vuelca en masa”. Pero esta, recuerda el doctor, es un arma de doble filo. “Cuando vemos estas oleadas, los médicos siempre pensamos en que es mejor donar periódicamente, pero hay un desconocimiento por parte de los donantes”.

Los Mossos, al rescate

A la llamada de socorro del Banco de Sangre y Tejidos de Cataluña ha respondido el Centro Esportiu Mossos d’Esquadra (CEME). Su presidente, el comisario Joan Carles Molinero, donante habitual desde hace años, ha impulsado la celebración de la primera edición de la Marató Vermella en la que, en vez de correr 42,195 kilómetros, el Banco se trasladará a edificios policiales de todo el territorio --al interior o con una unidad móvil-- durante 42 días, desde el 2 de octubre hasta el 30 de noviembre.

Organizadores y participantes de la Marató Vermella / CEDIDA

“La Marató está funcionando muy bien”, expresa el doctor Ollés. “Los Mossos, como otros cuerpos policiales, y los bomberos son colectivos muy solidarios, su propio trabajo es ayudar a los demás y están muy mentalizados con estas iniciativas. Les damos las gracias y esperamos que esto se repita cada año”. Esta semana, el Banco de Sangre se ha trasladado hasta el Complex Central Egara, en Sabadell, donde decenas de agentes han acudido a donar.

Abierto a todo el mundo

Hasta el polideportivo del complejo se han acercado mossos de diversas unidades. En 12 camillas dispuestas en el centro del espacio, varios agentes vestidos con los uniformes de sus respectivas unidades han donado sangre. Un agente de Tránsit, otro de la Brigada Móvil (BRIMO) y otro de la unidad de traslados penitenciarios reposaban en camillas contiguas enchufados a la máquina que mecía las bolsas de sangre. Todos ellos son donantes habituales, pero el hecho de que el CEME haya organizado la donación en las instalaciones del Complex Central Egara, “lo ha hecho todo más sencillo”.

Un agente de la Unidad de Traslados Penitenciarios dona sangre en el Complex Central Egara / CG

A escasos metros de los agentes, una señora vestida de calle también ha donado sangre. “No tengo ningún vínculo con los Mossos d’Esquadra”, ha aclarado a preguntas de este medio. “Me han enviado un email y he venido. La Marató es nueva para mí y me perece una iniciativa estupenda”. Esta donante habitual ha expresado que, como ya ha cumplido los 69 años --el límite para donar son 70-- ha acudido a la llamada porque esta será, probablemente, su última donación. “Hace un rato también ha venido una familia de cuatro miembros y han donado todos”, ha confirmado orgulloso el comisario Molinero, que ha aclarado que la iniciativa está abierta a todo el mundo. De hecho, solo durante los primeros 12 días de la Marató, se han efectuado 836 donaciones efectivas.

La Marató Vermella llega para quedarse

Tras su salida de la portavocía en diciembre de 2021, con la purga de la cúpula de los Mossos d'Esquadra, desde mayo de este año Molinero está volcado en la presidencia del club de deportes de la policía autonómica, desde el que ha impulsado varias iniciativas solidarias. Aunque la entidad existe desde hace dos décadas, el comisario ha sumado a las actividades deportivas otras de responsabilidad social corporativa. “Si a estas actividades le podemos dar un eje vertebrador que tenga como objetivo un fin social, es estupendo”, expresa el comisario.

El presidente del CEME, el comisario Joan Carles Molinero / CG

A pesar del cambio, sigue manteniendo el lazo con el cuerpo de Mossos d’Esquadra, al que pertenece desde hace 40 años. “El nexo de unión entre la parte deportiva y social y los Mossos hace que el equipo de cuatro personas que conformamos el Club Esportiu nos sintamos plenamente identificados con el cuerpo autonómico. La parte operativa para mí es un recuerdo, es historia. Mientras el cuerpo de Mossos quiera que yo sea el presidente del CEME, tengo la intención se seguir”, anuncia. Confiesa sentirse " a gusto" potenciando la actividad deportiva y, sobre todo, las actividades solidarias para prestigiar la imagen del cuerpo. Cuando todavía falta más de media Marató, el comisario se muestra satisfecho del trabajo del club y anuncia que, si el Banco está dispuesto, la Marató Vermella ha llegado para quedarse.