Este martes está previsto que declare en la Audiencia de Barcelona el jugador brasileño Neymar Jr., al que se le imputa un delito de corrupción entre particulares por su fichaje por el Fútbol Club Barcelona. Será el segundo en hacerlo, después de que su abogada María Massó solicitara al tribunal, durante el trámite de cuestiones previas, que su defendido declarara “cuanto antes” para poder regresar a Francia y seguir cumpliendo con sus compromisos profesionales como titular del Paris Saint-Germain (PSG).
Debido a la corta edad de Neymar Jr. cuando se produjeron las negociaciones entre N&N Consultoria Esportiva --la sociedad familiar de la que formaban parte los padres del jugador, también acusados-- y la directiva del Barça, lo más previsible es que el astro del fútbol tire balones fuera, como ya hizo en 2016. En aquel momento, explicó en la Audiencia Nacional que firmaba los documentos que le proporcionaba su padre, en quien confiaba “con los ojos cerrados” y quien gestionó su incipiente carrera, desde su fichaje por el Santos, primero, hasta el salto al estrellato con el Barça, después.
Fe ciega en su padre
En aquel momento, como quedó acreditado por los vídeos filtrados por El Confidencial, Neymar declaró “no saber mucho” sobre el criterio que seguía su padre a la hora de tramitar las negociaciones con los clubes por los que fichaba. “Es mi padre quien gestiona mi carrera desde que nací y es una persona en la que confío ciegamente. Es quien cuida de mi vida y de mi carrera también”, expresó.
En la misma declaración, Neymar Jr. aseguró no recordar en qué fecha firmó su primer contrato profesional con el Santos. “Puse mi firma en un papel, mi padre lo manejó todo y yo lo firmé sin ningún problema”. Sobre la venta del 40% de sus derechos federativos a DIS, el fondo brasileño denunciante en este caso, en 2016 Neymar dijo no recordar nada. “Nunca me meto en temas de contratos porque no me gustan. Para eso tengo a una persona que se dedica a gestionar esto, que es mi padre, que lo hace de la mejor manera posible y que tiene total libertad para hacer lo que quiera con mi vida”, expresó. Según el brasileño, su padre siempre quiso que él se centrara en jugar al fútbol y fue su progenitor quien se ocupó de todo lo ajeno al terreno de juego.
Embrollo judicial
En esta línea, se espera que el astro brasileño siga los pasos de su defensa, que basa su estrategia en que esta cuestión ya se juzgó durante el bautizado como caso Neymar 1. El proceso judicial se inició después de que el socio del club blaugrana Jordi Cases, un farmacéutico de Olesa de Montserrat, tirara de la manta al denunciar al expresidente del Barça Sandro Rosell alegando que lo que el club había pagado por Neymar en realidad no se correspondía con lo que la dirección había admitido. El tema se zanjó con la exoneración del brasileño y con un pacto por el que el Barça pagó una multa de 5,5 millones de euros por un delito de fraude fiscal.
Por si esto fuera poco, María Massó argumenta que el tribunal catalán no tiene competencia para juzgar ni al futbolista ni a su familia. Sostiene que solo se pueden perseguir delitos cometidos en el extranjero cuando sean perpetrados por un español o por un nacionalizado español con posterioridad, escenario que no se cumple en este caso. La defensa considera que, al no poder aplicarse la denominada personalidad activa, el caso “queda en los extramuros de la jurisdicción española”. Sin embargo, el juez considera que este aspecto se resolverá en sentencia, dado que “el peso jurídico es considerable”. El magistrado se refiere a las pruebas presentadas por las acusaciones, que evidencian que parte de los contratos firmados por Neymar se signaron en la Ciudad Condal.
Fraccionaron contratos
La empresa demandante, el fondo brasileño DIS, que poseía el 40% de los derechos federativos de Neymar Jr., acusa al Fútbol Club Barcelona y al Santos, con la connivencia del jugador y de sus padres, de pactar un precio menor por el fichaje del jugador para no pagarle la parte correspondiente. DIS asegura que el Barça fraccionó en varios contratos el pago del fichaje y que, además, cuando todavía jugaba en el Santos le hizo firmar a Neymar Jr. una cláusula de 100 millones de euros para que no pudiese fichar por ningún otro club, lo que alteró el libre mercado y evitó que DIS pudierse ganar lo relativo a la compra de los derechos del brasileño.
Sobre este tema, en 2016 Neymar Jr. dijo que sí que había recibido ofertas de otros clubes, de las que se había enterado por la prensa. “Mi padre siempre me ha filtrado la información, hasta hoy, para que yo solo me enfoque en el fútbol”. “No me refiero a las ofertas filtradas por la prensa, sino a negociaciones directas”, incidió el juez en 2017. “A mí nunca me llegaba nada, todo era a través mi padre”. Además, según él nunca fue el dinero lo que determinó la decisión de fichar o no por un determinado club sino, en este caso concreto, “el gusto” que tenía por el Barça, un sueño de infancia que acabó empañándose.