El nuevo decreto contra incendios forestales obliga a una mayor coordinación entre Aemet y Meteocat
El Real Decreto Ley ha generado fuertes críticas en el ala independentista, que acusa al Estado de limitar las competencias de las autonomías
27 agosto, 2022 00:00La aprobación del real decreto ley para la adopción de medidas urgentes en materia de incendios forestales, aprobado ayer en el pleno del Congreso de los Diputados, ha levantado ampollas entre los sectores independentistas, que acusan al Estado de centralizar los servicios. Desde Bombers per la República denuncian que el Gobierno ha desplazado al Meteocat, hasta ahora el organismo encargado de emitir las alertas por incendio en Cataluña, y lo ha reemplazado por la Aemet, restándole competencias a la autonomía.
Los sindicatos consultados celebran que el decreto establezca un marco legislativo en lo relativo a la lucha contra los incendios forestales --cada vez más virulentos-- y fije unos mínimos en lo referente a esta materia a nivel estatal, pero también se muestran escépticos en lo referente al papel que tendrá la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).
Se encargaba el Meteocat
En el artículo 48.6 de la recién aprobada normativa se establece que: “Cuando, de acuerdo con la información meteorológica de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), sea predecible en un determinado ámbito territorial un riesgo de incendio de nivel muy alto o extremo, las comunidades autónomas deberán aplicar inmediatamente las prohibiciones y limitaciones de circulación y acceso establecidas en sus planes de prevención, vigilancia y extinción de incendios forestales”, o, en caso de no tenerlas, se aplicarán las que detalla el mismo decreto.
Pero, hasta ahora, en el caso de Cataluña era el CECAT quien, con la información remitida desde los Bomberos de la Generalitat, el Meteocat y los Agentes Rurales, activaban el plan Infocat y determinaban las medidas de prevención --muy similares a las que marca el nuevo decreto-- que debían aplicarse en cada momento.
Un decreto ambicioso... y ambiguo
“Todo lo que sea centralizar, y más en temas de fuego, nos repercute negativamente”, asegura Pere Hervás, delegado sindical de la Intersindical Alternativa de Cataluña (CATAC-IAC), que tacha este nuevo decreto de ser “tan ambicioso como ambiguo”. Hervás se queja de que la nueva legislación deja en manos de futuros decretos el desarrollo de temas tan importantes como las relaciones entre los cuerpos autonómicos. Pero, en general, el nuevo decreto "es una copia de lo que ya se hace en Cataluña”, concluye. Cabe destacar que solo en Asturias, Navarra y Cataluña hay un modelo integral de bomberos y que solo en esta última comunidad existen unidades especializadas en los incendios forestales: los Grupo de Refuerzo de Actuaciones Forestales (GRAF).
Aunque el delegado sindicalista de CATAC-IAC denuncia la falta de medios e inversión en la gestión de los montes durante todo el año, destaca como punto positivo del decreto que las comunidades autónomas puedan solicitar al Estado su colaboración en lo referente a la recuperación del terreno cuando la superficie forestal afectada sea superior a 10.000 hectáreas, o a 5.000 si el 70% del terreno calcinado era superficie forestal arbolada.
La Aemet toma las riendas
Por su parte, Juan Carlos Cerdán, delegado sindical de CSIF, considera que “centralizar desde un territorio tan grande como el español con una meteorología tan cambiante en los diferentes puntos de la geografía es un error”. Cerdán apuesta por la monitorización de proximidad para poder activar con la mayor rapidez posible los medios necesarios en cada momento, alegando que “pierde sentido activar las alertas desde Madrid si se puede hacer desde Barcelona”, e incidiendo en que los cambios meteorológicos a veces son puntuales y muy localizados. Precisamente por eso, en ocasiones se necesita desplegar una estación meteorológica sobre el terreno o tener a un equipo que monitorice remotamente una zona muy concreta.
Explica que en Cataluña los bomberos van trasladando sus recursos de un lugar a otro dependiendo de las necesidades que van surgiendo y que esta forma de proceder se ve favorecida por la gestión desde la propia comunidad autónoma. “Es saltar por encima de la autonomía, restringiendo en parte su posibilidad de activación de recursos propios”, expresa. Además, desde CSIF recuerdan que estas restricciones que marca el decreto ya existían en Cataluña y que ya eran “igual de restrictivas”.
Mejora la coordinación
También había ya comunicación y coordinación con las comunidades vecinas, como fija la nueva legislación. “El fuego no tiene barreras, se apaga conjuntamente con los medios de las comunidades afectadas o de afectación próxima”, expresa, y en el caso concreto de Cataluña, cuando las llamas afectan a los Pirineos, los bomberos de la Generalitat también se condinan con Francia.
No obstante, tanto Cerdán como Hervás coinciden en que, a pesar de esta cooperación, se deben establecer sistemas de comunicación conjuntos entre los cuerpos autonómicos, el manejo de un mismo argot y estandarizar los medios de extinción. También coinciden en la falta de medios y de “personal geolocalizable entre isócronas”, es decir, efectivos desplegados en todo el territorio de forma que puedan llegar hasta el incendio forestal en menos de 20 minutos.
Persigue la precariedad
Por otro lado, Joan Biescas, delegado sindical de CCOO, valora que el nuevo decreto ley fija unos mínimos a nivel estatal que "no perjudicarán ni afectarán negativamente” a la forma de operar en Cataluña, pero que sí ayudará a sentar unas bases sólidas sobre las que trabajar de forma más segura y menos precaria en todo el territorio nacional. “Este marco legislativo establece los mínimos para trabajar de forma más uniforme y enfrentar mejor la lucha contra los incendios forestales”.
“En Cataluña hay, por ejemplo, unos 70 parques de bomberos voluntarios, lo que supone la mitad del total de los que hay en el territorio”, expresa. Los efectivos voluntarios que trabajan en estos parques realizan tareas muy similares a las de un bombero profesional, aunque no tienen ninguna relación laboral con la Generalitat de Cataluña, que les da una compensación anual por su disponibilidad. “Esto es precariedad”, insiste Biescas. En este sentido, considera que el nuevo convenio ayudará a estandarizar las condiciones de los trabajadores.
Rencillas y carencias
Sobre el miedo a la invasión de competencias por parte del Estado sobre fuegos forestales, Biescas insiste en que lo primordial es mejorar la situación a nivel interno “donde las competencias de extinción son plenas y están en manos de la Generalitat” y, a pesar de eso, hay luchas internas y carencias. “Nuestra Ley de Bomberos es de 1994 y está obsoleta. Pero, además, hay una pugna interna entre el Departamento de Interior, de quien dependen los bomberos y el Departamento de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural, de quien dependen los voluntarios”.
Sobre que la Aemet sea la única autoridad competente para activar las alertas por riesgo de incendio, Biescas se muestra escéptico. “No creo que entre la Aemet y el Meteocat no haya comunicación y coordinación, pero habrá que verlo en el terreno y no solo sobre el papel”. De lo que no duda es de la importancia de la meteorología en las labores de prevención y también de extinción. “La meteorología es determinante en la evolución de un incendio". Lejos de ahondar en las rencillas competenciales, todos coinciden en que ambas agencias tendrán que ponerse de acuerdo y estrechar lazos porque el fuego y la meteorología van de la mano.