Una de las primeras imágenes del incendio de Baldomar, Artesa de Segre, Lleida

Una de las primeras imágenes del incendio de Baldomar, Artesa de Segre, Lleida

Vida

Extinguir un incendio: entre la precariedad y el heroísmo

El cuerpo de bomberos afronta una campaña de verano que ha empezado con la peor situación en 90 años

2 julio, 2022 00:00

Durante la pasada ola de calor, Cataluña sufrió más de 230 incendios en cinco días. Incluso, llegó a haber una media de 50 fuegos simultáneos, según explicó el consejero de Interior, Joan Ignasi Elena. Las labores de extinción movilizaron a 400 efectivos, 20 vehículos de agua y 25 medios aéreos, algunos cedidos por el Gobierno de España y el de Castilla-La Mancha. El cuerpo de bomberos de la Generalitat no vivía una situación similar desde la década de los 90.

Elena especificó que las altas temperaturas, las tormentas con rayos, la sequedad y el viento fueron el “cóctel perfecto” para que se produjeran estos incendios. El consejero presumió de la estrategia que le llevó a abordar los fuegos, que según señaló, evitó que se quemaran 96.000 hectáreas más, frente a las 3.873 de las que se quemaron. Sin embargo, numerosas asociaciones de bomberos y agentes forestales denuncian una precarización de los cuerpos y negligencia por parte de la Administración pública. 

Nuevos efectivos

Con la aprobación de los presupuestos de 2022 de la Generalitat, el Departamento de Interior consiguió 131 millones más de presupuesto que el año anterior. Según proclamó el consejero, esto supuso revertir los recortes de 2010 y destinar 79 millones a la ampliación de las plantillas. Así, se preveía la incorporación de 240 bomberos funcionarios, 300 voluntarios y 100 agentes rurales. 

El representante de Bombers-Intersindical CSC, Lluís Artigas, coincide en que se ha hecho un esfuerzo para aumentar la flota de bomberos. Sin embargo, especifica que los parques todavía acusan el efecto de los recortes. “Antes de verano, entró la última promoción a hacer prácticas, pero todavía no estamos al 100% ya que todavía arrastramos la falta de inversión de 2010”, asegura. El exrector de la UNED y catedrático en Economía Aplicada y Hacienda Pública, Juan Antonio Gimeno, señala que "en el fondo estamos ante decisiones políticas, hasta la pandemia predominaron unas políticas de ahorro en el gasto que todavía afectan a los servicios públicos".

Los bomberos remojan las zonas de los incendios de Artesa (Lleida) y Sant Pere (Barcelona) / EUROPA PRESS

Los bomberos remojan las zonas de los incendios de Artesa (Lleida) y Sant Pere (Barcelona) / EUROPA PRESS

Persisten los recortes

Gimeno afirma que después de varios presupuestos expansivos, ahora deberían empezar a notarse esa recuperación. "Hay que recuperar lo perdido, pero con las consencuencias de la invasión de Ucrania y una inflación importante, no acaba de cuajar lo que podría haber sido una recuperación extraordinaria", explica. El catedrático añade que es esencial que las Administraciones públicas recauden más dinero para que los servicios públicos puedan anticiparse a las necesidades ciudadanas.

El portavoz de la Intersindical Alternativa de Catalunya - Candidatura Autònoma de Treballadors i Treballadores de l’Administració de Catalunya (IAC – CATAC), Pere Hervàs, acusa a la Generalitat de falta de previsión. "Conseguimos afrontar la pasada ola de calor gracias a la activación de un protocolo de movilización 2 (M2), que implica que todos los efectivos que estuvieran libres tuvieran que presentarse a trabajar", cuenta.

Inestabilidad laboral

Cada verano hay un refuerzo de auxiliares de servicio forestal. Antes trabajaban con un contrato de tres meses, pero después de ganar un juicio a la Generalitat en 2015 se convirtieron en fijos discontinuos. Ahora, en cambio, reclaman un contrato indefinido a tiempo parcial. Artigas especifica que como la Administración pública no abre la bolsa de empleo de auxiliares forestales cada año, la reposición de empleados no es absoluta.

La semana pasada el cuerpo de auxiliares de servicio forestal se manifestó ante el Parlament junto a otro personal que reclamaba “reducir la precariedad”. Entre estos, encontramos a los Técnicos Especialistas en Mantenimiento de Helicópteros (TEMH), conductores o Técnicos Especialistas Operadores de Control de Bomberos (TEOC). Entre sus demandas se encuentra un convenio laboral que tenga en cuenta que trabajan en situaciones de emergencia, una ampliación de la plantilla estable y un plan de formación anual.

Labores de extinción

La simultaneidad de los incendios ha puesto en jaque la capacidad del cuerpo de bomberos. “Somos muy eficientes y contundentes, pero no estamos preparados para afrontar dos grandes incendios forestales a la vez”, explica Artigas. De esta manera, durante los fuegos de Corbera d’Ebre y Artesa de Segre, se repartieron los efectivos y prestaron especial atención a los de tamaño pequeño de otros municipios, con el fin de que estos no se convirtieran en otro gran incendio forestal.

En el incendio de Artesa de Segre, ante el bajo número de operativos, se decidió por dejar evolucionar al foco que menos afectaba a la población. El Secretario General del Sindicato de Bomberos de UGT en Cataluña, Toño del Río, reflexiona en un comunicado que el cuerpo “continúa enviando a jóvenes ilusos, aleccionados y engañados para salvar unas decenas de hectáreas en nombre del bien de la sociedad cuando en realidad el principal beneficiado es el político de turno”. Del Río añade que como los bosques quemados se recuperarán “en pocos años y mejor adaptados al clima”, el sacrificio realizado habrá sido inútil.

El incendio en Artesa de Segre (Lleida) / EUROPAPRESS

El incendio en Artesa de Segre (Lleida) / EUROPAPRESS

Necesidad de prevención

Ambos líderes sindicales coinciden en la necesidad de prevención en el medio rural durante el año. Artigas resalta la importancia de potenciar políticas de repoblamiento y el sector primario para que los bosques sean una fuente de recursos y dejen de acumular combustibles. “Cada año están más estresados por el cambio climático y son una bomba de relojería más grande, por lo que son necesarias unas políticas públicas más valientes”, afirma. 

Este 2022, el Departamento de Acción Climática y Agenda Rural ha puesto en marcha un nuevo plan de prevención de incendios forestales que prevé inyectar 72 millones de euros durante la legislatura, lo que supone que el presupuesto pase de los tres millones anuales a los 18. Entre este dinero, 6,8 millones están dirigidos a infraestructuras de prevención de incendios como las áreas de carga baja de combustible, las pistas forestales estratégicas o los puntos de reserva de agua.

Cuidado de los bosques

Los agentes rurales en Cataluña no se dedican a las labores de extinción de fuegos, como sucede en algunas comunidades. Según explica el portavoz de la sección de agentes rurales de IAC-CATAC, Héctor Mahamud, durante el año vigilan, entre otras cosas, que las franjas perimetrales estén limpias de vegetación, que los tractores estén en condiciones y conceden los permisos para hacer fuegos. "Cuando hay un incendio, nos dedicamos a investigar las causas, no podemos apagarlo porque se ha decidido así, pero que al menos hubiera un vehículo extintor por comarca que en verano se fuera movimiento por zonas de tormenta seca para apagar pequeños incendios sería un dinero bien invertido. También se daría un paso adelante si la limpieza de los bosques en vez de ser mecánica, la hiciera el ganado", afirma.

Debido al cambio climático, cada vez lloverá menos, por lo que el cuidado de los bosques cobrará más importancia. El responsable del sindicato de Bomberos Forestales de UGT, Ángel Rubio, explica que "España es un polvorín, pero no tendría que arder, el 90% de los incendios son culpa del ser humano". Rubio señala como problema el alcance de los nuevos incendios: "Cada vez queman más hectáreas. Es normal, porque cuando antes teníamos un terreno con árboles con diez metros de distancia entre ellos, ahora tenemos masas forestales que no se han cuidado en 20 años".

Falta de material

Hervàs señala que realizan las labores de extinción con un material inadecuado. Según explica, a los agentes forestales les faltan emisoras para poder comunicarse entre ellos y no tienen frontales suficientes con los que trabajar por la noche. Artigas insiste en esta idea: “Es el segundo año en el que trabajamos con menos frontales de los adecuados. Por la noche es cuando las condiciones son peores para el fuego y mejores para los bomberos”.

La situación de los camiones también es una queja generalizada. “Estamos trabajando con camiones de 18 años de vida y los nuevos no están preparados. Se compran camiones con el fin de utilizarlos en viviendas y en la montaña, pero no cumplen la misma función”, sentencia Hervàs.

El incendio de Celrà (Girona) / EUROPAPRESS

El incendio de Celrà (Girona) / EUROPAPRESS

Recomendaciones ciudadanas

Ante el riesgo de incendios en un territorio con clima mediterráneo y mucha masa forestal, Protección Civil recomienda a los ciudadanos no lanzar colillas al suelo, evitar las barbacoas no autorizadas y limpiar la vegetación de los jardines. También pide no lanzar artefactos explosivos en zonas con peligro de incendios, evitar la quema de residuos en jardines y utilizar los servicios de recogida de basuras especificados en ciudades y montañas.

En el caso de que una persona se encuentre en un bosque o a campo abierto cuando sucede un incendio, se recomienda alejarse en la dirección opuesta al viento, taparse la cara con un pañuelo mojado para evitar el humo y, en el caso de ir en coche, detenerse en un lugar protegido con la ventilación apagada y las puertas y ventanas cerradas.