La seguridad privada se arma contra los delitos de odio

Los cursos, pioneros en Cataluña para el sector de la seguridad privada, comenzaron con la asistencia de una treintena de estudiantes, entre los que se contaban directores de seguridad y coordinadores de este área en diferentes empresas. Repartidos en sesiones de mañana y tarde, los asistentes aprendieron, por ejemplo, "las nociones de cacheo de una persona transgénero" para no denigrarla, entre muchos otros aspectos de salvaguarda de los derechos de los colectivos minoritarios. 

Primera vez

La iniciativa corre a cargo del sindicato ADN Sindical, la plataforma profesional mayoritaria en el ámbito de la seguridad privada. Colabora en el proyecto Fepol, la parte social paraguas que recaba la mayoría de apoyos en Mossos y las policías locales de Cataluña. 

Desde Fepol, precisamente, su secretario Jordi Colmenero destacaba que la formación contra delitos de odio "ya se ha venido efectuando desde hace tiempo con personal de la seguridad pública, pero es la primera vez que se hace con trabajadores de la seguridad corporativa". Desde este conglomerado de apoyo y formación de funcionarios subrayan también la necesidad de "formarse no solo para el diploma, sino para lograr una capacitación operativa en el puesto de trabajo". 

¿Cómo actuar?

Dicho y hecho. Los directivos de la industria privada y coordinadores de vigilancia de empresas e infraestructuras se zambulleron en la normativa que regula la protección de las minorías, en la salvaguarda de sus derechos y en los nuevos retos teóricos y operativos que supone la legislación cambiante. "Piensen que la normativa vigente cambia a mucha velocidad, pues la prevención del odio ha sido una línea de trabajo de los gobiernos estos últimos años", recordaba Sergio Sánchez, asesor de ADN Sindical. 

Por su parte y con la ayuda de Manuel Peinado, vicepresidente primero de Gaylespol, asociación de policías LGTBI, los participantes se aproximaban a las cuestiones teóricas y operativas que conciernen a los colectivos no mayoritarios. "Se trata de aportar una óptica que ya incorporan las fuerzas y cuerpos de seguridad pública y, sobre todo, hacer hincapié en la formación continua", destaca Peinado. 

Al alza

La nueva formación contra el odio en el sector de la seguridad privada llega en un momento en el que estos tipos penales van al alza en Cataluña, como explicó este medio. Según cifras de los Mossos d'Esquadra, los tipos penales por asedio a las minorías y discriminación crecieron un 26% en 2021 comparados con el año anterior, por bien que el ejercicio precedente estuvo marcado por el confinamiento contra el virus. 

Sin embargo, la policía autonómica alerta de hechos preocupantes, como que el 11,5% de estos quebrantos del Código Penal afectaron a menores de edad. En comunidades, el colectivo LGTBIQ+ fue el más afectado, con 215 denuncias interpuestas por presunto odio en 2021 frente a las 62 de 12 meses atrás. Le siguieron los asaltos por motivo de origen o raza, con el 28,4% de las quejas, y por orientación política, que coparon el 20,9% de los escritos de ciudadanos.