El concurso de seguridad privada abre una nueva crisis laboral en Ferrocarrils
Trabajadores y sindicatos alertan de que la empresa les obligará a patrullar en solitario mientras la compañía lanza un mensaje de tranquilidad y asegura que los ataques han descendido
27 mayo, 2022 00:00La publicación de la licitación para contratar los servicios de seguridad y vigilancia de Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya (FGC) ha hecho estallar a los sindicatos del operador ferroviario, inmerso en una nueva crisis laboral. El pliego de condiciones del contrato indica que el patrullaje de los guardas será en solitario, la medida que la plantilla exigía revertir tras la oleada de ataques que ha sufrido en los últimos meses.
El portavoz de la organización sectorial Adn Sindical, Sergio Sánchez, denuncia que los protocolos de FGC se han quedado desactualizados y no se ajustan a la situación actual de violencia en los transportes públicos. Tras el apuñalamiento a un vigilante de FGC en Igualada el pasado jueves, otro vigilante --esta vez del Metro, de la línea L3-- fue víctima de otra agresión por parte de un usuario. El viajero le propinó un puñetazo y le mordió en la cabeza y en los dedos mientras el trabajador intentaba reducirlo.
Recuperar los binomios
Ante esa preocupante situación, desde la organización solicitan que el Departamento de Interior coloque las 24 horas del día a un agente de los Mossos d’Esquadra en el centro de control de seguridad. Piden que se aplique el artículo 31 de la Ley de Seguridad Privada para que cualquier ataque contra un vigilante se considere una agresión a un agente de la autoridad. Defienden que este cambio tendría un efecto disuasorio, ya que las condenas serían superiores a las actuales.
Por otro lado, solicitan a la cúpula de Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya que, ante la sensación de inseguridad de los propios trabajadores, les permitan patrullar en binomios y no en solitario. “Si no nos sentimos seguros, ¿cómo vamos a dar seguridad a los usuarios?, denuncia Sánchez.
Mensaje de tranquilidad de FGC
Desde el operador ferroviario indican que hace varios años que cambiaron el modelo de seguridad. Daniel Oliva, responsable de seguridad de la empresa pública, confirma que en el pasado los vigilantes patrullaban en pareja junto con un perro, pero que, tras actualizar los protocolos, se optó por vigilantes unipersonales en todas las líneas. La política, por ahora, no se cambiará.
La empresa insiste en que en determinados servicios los vigilantes nunca van solos. En concreto, a partir de las diez de la noche se mueven en parejas debido a que la "criticidad" y el "riesgo" son mayores que en las horas centrales del día. “El perfil de usuario ya no es el mismo que va a trabajar a primera hora de la mañana”, reconocen. También lo hacen en los primeros trenes de los días festivos y en zonas cercanas a discotecas, donde la presencia de usuarios bajo los efectos del alcohol y las drogas es mayor.
“No son números alarmantes”
Ferrocarrils asegura que el modelo por el que han optado de vigilantes en solitario no compromete la seguridad ni de los usuarios ni de los trabajadores. Remarcan que se ha llegado a esta conclusión tras un análisis de riesgo de la plantilla. La compañía explica que el modelo actual les permite tener vigilantes en más lugares, lo que aumenta la sensación de seguridad de los usuarios. Subraya que, en horario nocturno, los encargados del control de fraude --la revisión de los billetes-- van siempre en grupos de más de dos vigilantes para evitar una mala respuesta de los infractores a los que localizan.
La empresa asegura que en los últimos cuatro años las agresiones a vigilantes han descendido, con un total de 36 casos en este periodo. Además, en la mayoría de las ocasiones --entre un 75% y un 80%-- las víctimas estaban en compañía de otro compañero. “Lo de Igualada ha sido un caso totalmente excepcional. Aunque hay un problema social, el modelo funciona. No son números alarmantes”, defiende Oliva.
“No tenemos herramientas ni autoridad”
Los vigilantes de los transportes públicos denuncian que se sienten cada vez más desprotegidos. Uno de los trabajadores de la R1 –operada por Renfe-- relata que las agresiones son cada vez más frecuentes a pesar de los datos registrados. “Es muy fácil dar doctrinas por megafonía para que los usuarios se pongan la mascarilla, pero los que nos enfrentamos a un tren lleno de pasajeros sin ningún respaldo somos nosotros”, insisten. El trabajador explica que no tienen herramientas ni autoridad como para hacer cumplir las órdenes que les exigen desde la empresa.
“Sufrimos constantes desafíos y vejaciones, sobre todo por parte de menores de edad, que se cuelan ante nosotros saltando los tornos como auténticos animales”, lamenta la misma fuente. Los trabajadores denuncian que una o dos personas para controlar seis vagones es insuficiente. “Nos enfrentamos a gente sin mascarilla, fumando marihuana y bebiendo dentro del tren, sin billetes…”. En los casos de hurtos, denuncian que las leyes son tan laxas que al día siguiente se los encuentran de nuevo en el tren. “Nos creamos un enemigo durante la actuación, pero también después. Una cosa es contarlo y otra, vivirlo”.
Vigilantes y sindicatos piden la presencia de Mossos
Cuando ocurre algún incidente, los vigilantes de seguridad y los sindicatos denuncian que desde Ferrocarriles, Metro y Renfe se presiona a los empleados para que no difundan las imágenes. Una de las fuentes consultadas asegura que quienes llevan las de perder son los vigilantes. “No quieren escándalos con los pasajeros, ni imágenes circulando por las redes”, explican.
Para evitar estas situaciones, los vigilantes de seguridad consultados consideran “una excelente idea” colocar a un mosso en el centro de control, aunque preferirían que un agente de la policía autonómica patrullase con ellos para ofrecerles un auxilio inmediato en caso de necesidad.
Interior se reunirá con el sector
A preguntas de este medio, desde el Departamento de Interior confirman que existe una "preocupación por las agresiones contra personal de seguridad de Metro, Renfe y Ferrocarrils". Por eso, señalan que están estudiando la posibilidad de destinar a mossos al centro de control, tal y como han solicitado los sindicatos. No obstante, descartan la posibilidad de colocar a agentes de forma permanente en las estaciones. “A nivel operativo sería muy complejo. Supondría destinar una cantidad importante de efectivos que se necesitan en otros lugares, como en la calle”. En este sentido, aunque han logrado incrementar la plantilla hasta los 22.000 agentes, el número de mossos es limitado.
Lo que sí están haciendo, aseguran, es reforzar la presencia de patrullas de Mossos y las policías municipales en determinadas zonas para transmitir una mayor sensación de seguridad. Así lo confirma también FGC, que aclara que tiene una coordinación diaria con diferentes cuerpos policiales. No obstante, desde Interior esperan reunirse en los próximos meses con el sector para abordar la inseguridad en el transporte público y dar respuesta a las peticiones de los sindicatos.