Xavier J., el único investigado del caso Helena Jubany, ha sido imputado años después por el asesinato de la joven 20 años después de su muerte. El vecino de Sabadell ha salido por su propio pie del juzgado en el que ha declarado durante aproximadamente tres horas. Se han solicitado medidas cautelares de retirada del pasaporte, prohibición de salida del territorio nacional y comparecencias mensuales.
El imputado no ha respondido a ninguna de las preguntas que han lanzado las partes o el juez. Según ha explicado tras el juicio el abogado de la familia, Benet Salellas, sí que ha contestado a las cuestiones de su abogado, Marc Pérez. A éste le ha negado ser autor de los anónimos con droga que recibió la joven semanas antes de ser asesinada.
Retirada de pasaporte como medida cautelar
Además, ha explicado que la noche en que desapareció la joven, la pasó en casa de su padre, que actualmente tiene 89 años y problemas de memoria. La bibliotecaria de 27 años fue lanzada desde la azotea de un edificio de Sabadell inconsciente y semidesnuda el 30 de noviembre de 2001.
Por su parte, la fiscalía ha pedido que se le imponga la retirada de pasaporte como medida cautelar. Salellas, en cambio, ha solicitado prisión preventiva. Una opción que, al parecer, se descarta al haber salido por su propio pie de loz juzgados. Deberá regresar a la sala esta tarde para conocer qué medidas cautelares se le imponen hasta el juicio.
La familia, presente
Durante la declaración de Xavier J. han estado presentes tanto el padre como el hermano de la víctima. El juez le ha llamado a declarar aen calidad de investigado después de que la familia solicitara su imputación tras del hallazgo de un correo electrónico en el ordenador de la joven que vincula al sospechoso con los mensajes que recibió poco antes de morir y que iban acompañados de una bebida que contenía narcóticos.
Tras este hallazgo, el Juzgado de Primera Instancia 2 de Sabadell requirió al investigado documentos manuscritos por él de aquella época, pero no encontró ninguno. Por eso, el magistrado solicitó una prueba grafológica cuya letra coincide, según la Policía Nacional, con la de los anónimos. Sería el autor de las notas que recibió la jóven bibliotecaria antes de su asesinato.
Tras el hallazgo del cuerpo de Jubany, el juez imputó a tres personas de su entorno: a M. C., fallecida en prisión; a la pareja de ésta, S. L.; y a A. E., amiga de la víctima. No existe ninguna causa abierta contra los dos últimos en la actualidad.