La decisión del juez que nada cambia en el 'caso Helena Jubany'
El juez que instruye la causa le otorgó la situación de investigado a X. J. tan solo un día antes de que se cumplieran dos décadas del crimen, fecha en la que prescribió el caso
10 diciembre, 2021 00:00El magistrado del juzgado de primera instancia número dos de Sabadell ha emitido este jueves un auto en el que acuerda la prescripción del delito para todas aquellas personas que nunca hayan sido investigadas por el crimen de Helena Jubany, la joven bibliotecaria asesinada en Sabadell el 2 de diciembre de 2001.
Con este auto, la justicia cierra definitivamente la puerta a nuevas imputaciones en relación a este caso. La duda que se plantea ahora es: ¿afecta esta decisión judicial a la situación de X. J., llamado a declarar como único investigado por la muerte de Jubany?
Imputado 'in extremis'
El juez que instruye la causa le otorgó la situación de investigado in extremis, el 1 de diciembre de 2021, tan solo un día antes de que se cumplieran dos décadas del crimen, fecha en la que el magistrado da por prescrito el caso. Tal y como recoge el auto, los delitos graves penados con 15 o más años de prisión prescriben pasados 20 años.
No obstante, desde el momento en el que se acuerda la investigación de un sospechoso, el auto es claro: “La prescripción se interrumpirá, quedando sin efecto el tiempo trascurrido, cuando el procedimiento se dirija contra el culpable”. Para X. J. el cronómetro se ha detenido. Tanto para él como para las tres personas que fueron investigadas en el pasado, el caso no prescribirá hasta 2025, “comenzando a correr de nuevo el término de la prescripción desde que se paralice el procedimiento o se termine sin condena”.
Los investigados
Tras el hallazgo del cuerpo de Helena Jubany, arrojado desde una azotea al patio interior de un edificio de Sabadell, el juez imputó a tres personas: a M. C., fallecida en prisión; a S. L., el novio de M. C., y a A. E., amiga de Jubany. Cabe recordar que sobre estos dos últimos no hay ninguna causa abierta en la actualidad.
El único investigado por estos hechos es X. J., miembro de la sección Natura de la Unió Excursionista de Sabadell (UES), de la que Helena Jubany también era miembro. El juez admitió la petición de la acusación particular, que solicitó su imputación después de que un perito independiente encontrara en el ordenador de la fallecida un correo electrónico enviado por él en el que se hace referencia a unas clases de inglés, un hecho que coincide con el contenido de uno de los mensajes anónimos que la joven periodista recibió poco antes de morir.
Prueba caligráfica
El magistrado entiende que “esta coincidencia podría no ser casual” y ha admitido la nueva prueba presentada por la familia como un indicio lo suficientemente sólido como para investigar su presunta vinculación con el crimen. Además, ha ordenado que dicho informe sea remitido a la unidad policial que investiga el caso para que confirme las conclusiones y lo tenga presente al presentar las suyas propias.
El juez también ha solicitado que se realice una comparativa caligráfica para determinar si el segundo anónimo que recibió Helena Jubany, acompañado de un zumo de melocotón que contenía una alta cantidad de benzodiacepinas, podría haber sido redactado, total o parcialmente, por X. J. “La redacción o involucración directa en la realización del anónimo vincularía de forma directa a su autor con la comisión del hecho delictivo”, recoge el juez en un auto anterior.
El juego mortal
La posible implicación del sospechoso en estos hechos se ve reforzada por la declaración de una amiga de Helena Jubany, que testificó ante la policía que la víctima le confesó que desconfiaba de X. J. La fallecida sospechaba del ahora investigado por la referencia en los anónimos a la UES, de la que ambos eran miembros, y a la bebida favorita de ella, la horchata, que se había tomado en su presencia durante una cena con otros amigos. Por ese motivo, la joven dejó de acudir a las salidas del grupo y se alejó de este sujeto.
Ahora las pesquisas de los investigadores se centrarán en esclarecer si el único investigado participó en el “acertijo con pistas” que acabó con la vida de la joven bibliotecaria. Habrá que esperar a su declaración, prevista para las próximas semanas, para conocer si confesará su participación en estos hechos o si señalará al considerado por los investigadores durante todos estos años como el verdadero culpable.