La Salle ha vuelto a denunciar ante la Fiscalía un caso de abusos sexuales en uno de sus colegios, conocido a través de los medios de comunicación. En esta ocasión, se trata del centro educativo de la orden religiosa en Montcada i Reixac (Barcelona), que se suma a las acusaciones anteriores en el de Premià de Mar y otras instituciones de Andalucía, Galicia y Castilla y León.
“Esta misma mañana a las nueve hemos enviado copia a la Fiscalía de la Audiencia Provincial de Barcelona con todas las noticias relativas al caso”, explica a Crónica Global el abogado penalista contratado por La Salle, Carles Monguilod. El letrado recuerda que el “protocolo” a seguir por la institución es que, cuando se conoce un nuevo suceso de estas características, se hace público y se informa al Ministerio Público. “Sean informaciones que llegan por correo, audio de Whatsapp o, como en este caso, personas afectadas que han decidido acudir a los medios”, remarca.
Dificultad para investigar
El principal problema con el que se encuentran, tanto La Salle como la justicia, es la lejanía de los presuntos hechos delictivos. La mayoría se produjeron en los años 70 y 80 --en el desvelado recientemente en Almería, en la década de los 60--, por lo que al haber sido reportados casi 50 años después, es difícil recabar las pruebas necesarias. “Existe mucha dificultad, porque muchos de los protagonistas no los podemos localizar y muchas veces los presuntos autores de los hechos han fallecido”, asegura Monguilod.
No es el caso, no obstante, del hermano Jesús Linares, hacia quien apuntarían las principales acusaciones de abusos sexuales de Premià de Mar, y que fue trasladado de forma repentina en 1986 al centro de Montcada. Alejandro Palomas, que tiene una causa abierta en el Juzgado de Instrucción número 3 de Mataró por estos hechos, fue una de las personas afectadas presuntamente por el eclesiástico. En este caso, La Salle se ha personado en la causa para “colaborar” con el juzgado del Maresme, y asegura que “intentaron contactar mediante dos whatsapps y alguna llamada”.
Resarcirse, 50 años después
La Salle establece, según sus bases internas actuales, que “recabará información y entrevistará a los miembros de la comunidad educativa” del momento en el que sucedieron los supuestos abusos sexuales. El letrado de la institución reafirma que “todo se ha denunciado” en cuanto se ha tenido conocimiento. Este es el modo por el que la orden religiosa pretende dar un vuelco a sus pilares de mitades del siglo XX, con “transparencia y celeridad”, aunque el caso enviado a la fiscalía “pueda haber prescrito”, apunta Monguilod.
La institución, con base en prácticamente todos los continentes, tiene una voluntad de “no tapar nada”, señala el abogado, por lo que, aunque sea medio siglo después, denuncia las causas que por un lado u otro son comunicadas. El problema, como bien recuerda Monguilod, es que los casos hayan prescrito o que muchos presuntos abusadores hayan fallecido. Aunque, en estos momentos, solo falta conocer con certeza si el hermano Linares, ya nonagenario, está también relacionado estrechamente con los sucesos de Montcada i Reixac.