La Policía Nacional y los Mossos d’Esquadra han desarticulado, en una operación conjunta, una organización criminal internacional dedicada al cultivo y tráfico de marihuana en la que han detenido a siete personas y se han incautado de 19.000 plantas en las localidades de Lloret de Mar, Palafolls, Malgrat de Mar y Blanes.
Esta intervención constituye la segunda fase de una operación iniciada el pasado mes de septiembre, cuando los agentes aprehendieron otras 14.000 plantas de marihuana y detuvieron al responsable de custodiar la plantación, de nacionalidad española.
Albaneses y españoles
La organización estaba liderada por ciudadanos albaneses y españoles: mientras que los primeros se encargaban de dar salida a los estupefacientes en el mercado ilegal del norte de Europa, donde la droga alcanza un valor mayor, los españoles proporcionaban la logística necesaria para que el grupo se instalara en Cataluña. Además de las siete detenciones, los investigadores han desmantelado dos macroplantaciones en las provincias de Barcelona y Girona.
La investigación se inició en septiembre, cuando los agentes localizaron otras dos plantaciones de marihuana en una zona boscosa que, presuntamente, estarían gestionadas y protegidas por una organización criminal de origen albanés con ramificaciones en toda Europa. El 21 de septiembre del año pasado, en una operación en la que participó el grupo de la Unitat de Arenys de Mar de los Mossos se incautaron de 14.000 plantas en Tordera y detuvieron al encargado de vigilar la plantación.
Los cabecillas, en Girona
A medida que avanzaba la investigación, los agentes descubrieron que las plantaciones de este tipo estaban proliferando en varias zonas de Cataluña y que las organizaciones solían emplear chalets en urbanizaciones aisladas para continuar con la producción ilícita de marihuana. Asimismo, en la mayor parte de los casos, estas plantaciones estaban enganchadas de forma fraudulenta al fluido eléctrico.
Tras varias pesquisas, los agentes constataron que la organización estaba dirigida por ciudadanos albaneses y españoles y que los cabecillas se habían instalado en la provincia de Girona. Los albaneses eran quienes tenían los contactos con otras organizaciones criminales, cuyos vínculos les permitían traficar con la sustancia en el norte de Europa. Los españoles, por su parte, eran los que facilitaban al resto de miembros la logística necesaria para instalar las plantaciones de marihuana en la zona de Girona y Barcelona, proporcionándoles alojamiento y vehículos.
Cuatro a prisión
Fue el 1 de febrero cuando se llevó a cabo la operación, que se saldó con la detención de siete personas y se desmantelaron dos macroplantaciones. Asimismo, en los registros simultáneos realizados en las viviendas de los principales cabecillas del grupo se localizaron 3.500 plantas de marihuana, 28 kilos de sustancias estupefacientes, 1.200 euros en efectivo y numerosos útiles para la transformación de la droga.
Los agentes los relacionan con enfrentamientos entre grupos rivales por el control de la droga y estiman que la cantidad defraudada a las compañías eléctricas entre los dos domicilios en los que se ubicaban las grandes plantaciones supera los 100.000 euros. Los arrestados pasaron a disposición judicial, decretándose el ingreso en prisión para cuatro de ellos mientras que los otros tres han quedado en libertad.