Dos personas en fase de enamoramiento / DONI SHALA (PIXABAY)

Dos personas en fase de enamoramiento / DONI SHALA (PIXABAY)

Vida

Cómo hacer que la relación sobreviva más allá de la fase del enamoramiento

¿Cuáles son las causas que conducen a tener pareja sentimental? ¿Dura para siempre el amor? Nos lo explica Sebastián Girona, psicólogo experto en vínculos

14 febrero, 2022 01:14

Supone una revolución en el cerebro y en la vida de la persona que lo vive, y podríamos decir incluso que es adictivo, como las drogas. “Los que están enamorados quieren que este estado nunca termine. Los que se enamoraron alguna vez quieren volver a estarlo y a los que no les pasó nunca ansían experimentar esa sensación que muchos describen como maravillosa. Y es que estar enamorado es de las experiencias más únicas que una persona puede vivir en su vida. Pero como es un bien tan escaso, por ende, no puede ser para siempre”, señala Sebastián Girona, psicólogo experto en vínculos.

Revolución cerebral y sexual

“Cuando nos enamoramos, ocurre una revolución en nuestro cerebro. El enamoramiento nos hace tener una sensación parecida a la que se produce cuando una persona consume una droga. Hay una descarga de adrenalina y unas ganas frenéticas de estar con la otra persona. Sexualmente, nos acerca a una de las sensaciones más valiosas y diferentes que podemos experimentar en la vida”, añade este profesional de la salud mental, de origen argentino.

Etapa mentirosa

En esta primera etapa de la relación, “el juicio crítico que todos tenemos en el día a día está apagado, lo cual sucede porque se desactivan provisoriamente la amígdala y el corte frontal, que hace que disminuyan los pensamientos negativos o juicios críticos sobre mi pareja. Teniendo en cuenta que predomina lo ideal en lugar de lo real, y que el que nos gusta o la que nos gusta no tiene ningún defecto, podemos tachar a esta etapa de mentirosa. La clave está en el nombre: enamora-miento. Además, durante el enamoramiento se activan regiones relacionadas con la recompensa y la motivación: el hipocampo, el hipotálamo y el córtex del cíngulo anterior. Esto hace que todo lo que suceda alrededor de nosotros nos parezca maravilloso y sensacional. Por otro lado, el cerebro de una persona enamorada presenta niveles muy altos de dopamina, serotonina y oxitocina. Esto genera, por un lado, mucho placer, y, por el otro, dependencia, por eso cuando no podemos ver a la persona amada nos empezamos a preocupar o alarmar”, explica Sebastián Girona.

Pero efectivamente, como todo lo bueno de la vida, su duración no es eterna. Algunos estudios científicos estiman la duración del enamoramiento en 6 meses, aunque “lo cierto es que es subjetivo de cada relación y cada vínculo. A veces, efectivamente, dura 6 meses, a veces 8 y otras, 1 año. No se sabe cuánto dura, lo que sí se conoce es que termina y está muy bien que así sea, aunque este final sea difícil e implique un trabajo para la pareja”, considera Girona.

Un hombre y una mujer enamorados, mirando el mar / ELG21 (PIXABAY)

Un hombre y una mujer enamorados, mirando el mar / ELG21 (PIXABAY)

“El estado de enamoramiento es un estado de embriaguez emocional y afectivo y una revolución en el cerebro de la persona enamorada. Desde este punto de vista, si la relación quiere construir un vínculo más profundo de amor, será necesario que termine, ya que cuando estamos embriagados es muy difícil construir algo sólido. Si los dos integrantes se dan cuenta que está terminando y quieren alargarlo juntos quizás se pueda durante un tiempo, pero a la larga termina sí o sí”, afirma el psicólogo entrevistado. Hay muchas parejas que piensan, sin embargo, que despedirse del enamoramiento va de la mano de la ruptura sentimental. ¿Es posible que una pareja sobreviva al adiós al enamoramiento?

Fin del enamoramiento: ¿ruptura de pareja sí o sí?

Sí, pero no es fácil y requiere de un arduo trabajo. Cuando la etapa del enamoramiento termina “la pareja tiene que cruzar el desierto. Esto quiere decir que durante el enamoramiento la pareja tiene viento de cola y todo resulta fácil. Esta es una etapa que se caracteriza por presentar mucha intensidad, especialmente sexual y poca profundidad. Cuando termina, cruzar el desierto significa que la pareja tiene que arremangarse y comenzar a construir una relación de amor que inevitablemente perderá intensidad y tendrá el desafío de ganar profundidad. Muchas parejas no logran superar esa primera etapa y terminan”, lamenta Sebastián Girona. “No son expectativas realistas para ninguna pareja vivir en el enamoramiento por siempre, pero sí se puede sostener en el tiempo el amor romántico con el trabajo de los dos integrantes de la relación, por supuesto. No basta con que lo intente uno sólo”, añade.

Si bien nadie elige de quien enamorarse, “cuando alguien nos gusta se ponen en juego factores inconscientes, que generalmente tienen que ver con otras personas importantes de nuestra vida. O sea, que la persona de quien nos enamoramos suele tener algún rasgo de personalidad que me resulta parecido. Por supuesto que al principio no nos damos cuenta, pero con el paso del tiempo logramos entender qué nos enamoró de la otra persona. Podríamos decir que nos enamoramos inconscientemente y luego pasamos a tener una relación de amor conscientemente”, indica este experto en vínculos.

Los ingredientes necesarios para pasar a la siguiente fase

Una vez superada la revolución física y química que vive nuestro cerebro y nuestro cuerpo, toca el trabajo duro, que no llegará a buen término si la pareja no mantiene unos buenos cimientos. Y aquí es donde entran en juego aquellos rasgos de la pareja que nos atrajeron de forma inconsciente. Así lo cree este psicólogo afincado en España. “Una pareja sana tiene ciertos secretos. Tiene que existir cierto nivel de admiración entre sus miembros sin llegar a la idealización. Tiene también que haber solidaridad recíproca frente a los conflictos y además cierto nivel de amistad sin que se conviertan en solamente amigos. Será también importante la distribución del poder que existe en toda pareja para que esta sea lo suficientemente pareja. Como si todo lo anterior fuera poco, las dos columnas fundamentales de cualquier relación serán el compañerismo y la vida erótica y sexual del vínculo”, concluye Girona.