Hacerse un test de autodiagnóstico al presentar síntomas compatibles con el Covid-19 o después de que un contacto estrecho haya dado positivo se ha vuelto algo habitual, sobre todo estas últimas semanas en las que la incidencia se encuentra disparada por la variante ómicron y los centros de salud están totalmente colapsados. No obstante, hay un sector de la población que ha quedado al margen de estas pruebas: las personas con discapacidad visual.
Todo el proceso que se debe hacer es inaccesible para ellas, desde conocer las instrucciones, pasando por la realización del test en sí, hasta llegar a la lectura del resultado, de modo que necesitan la ayuda de alguien vidente. Por este motivo, la Organización Nacional de Ciegos Españoles (ONCE) se plantea proponer una solución a nivel nacional: que las farmacias les hagan los tests de antígenos sin ningún coste adicional.
Invasión de la privacidad
Según ha explicado a Crónica Global la responsable del Departamento de Servicios Sociales de ONCE Cataluña, Dolors Luna, la dirección general de la corporación plantea extender esta opción en todo el Estado para aquellas personas que presenten algún impedimento a la hora de hacerse un test de autodiagnóstico.
Reconoce que podrían pedir ayuda, pero lo descarta y pide “no caer en el buenismo” por dos cuestiones. Por un lado, recuerda que se supone que la persona que se somete a un test es un posible positivo, por lo que estaría exponiendo al virus a la persona que se ofreciera a hacerle la prueba. Asimismo, esta misma dispondría de unos datos médicos privados, pues “nadie tiene por qué saber si alguien está contagiado o no”, ya que podría considerarse una invasión de la privacidad.
Piden no pagar más por su situación
Así pues, Luna cree que la solución está en que sean los farmacéuticos los que les hagan el test, como ya hacen con los niños –se les ofrece un test de antígenos rápido (TAR) cuando hay un positivo en su clase–. “Ellos lo harán con los conocimientos necesarios y, en caso de dar positivo, podrán notificarlo directamente en el sistema informático del Departamento de Salud”, señala.
La opción de que sea el farmacéutico quien realice la prueba ya existe en algunas oficinas de farmacia del territorio, pero el precio suele rondar los 20 euros. Precisamente esto es lo que la ONCE quiere pedir que se modifique, pues creen que sería injusto hacerles pagar más cuando, por su situación, no pueden hacerlo solos.
Descartan la adaptación de los tests
Según los datos más recientes del Instituto de Estadística de Cataluña (Idescat), en 2020 había 34.078 personas con discapacidad visual en la comunidad, de los cuales Manuel Antonio Martí, el presidente de la Asociación de Discapacidad Visual B1+B2+B3, estima que hay unos 2.000 ciegos totales. Él es uno de ellos y, aunque ha contado a este medio que “la región está haciendo un gran esfuerzo” para alcanzar la accesibilidad universal, en aspectos como este no les queda otra que aguantarse.
“Vamos por buen camino, pero queda mucho por hacer e incluso hay muchas cosas que no van a llegar a ser accesibles nunca”, lamenta. En este sentido, señala que no pueden pedir cosas puntuales –como los tests de autodiagnóstico Covid–, pues cree que “no merece la pena y es mejor centrarse en cosas factibles, por lo que hay que ser conscientes de qué es realmente importante a la hora de pedir que se destinen fondos a adaptarnos algo”.
El mismo problema con los tests de embarazo
Esta opinión la comparte Txell Aymerich, de la Asociación Catalana para la Integración del Ciego (ACIC), que también apoya la propuesta de la ONCE, ya que tanto ella como su pareja son invidentes. Por ello, cuando hace unas semanas hubo un caso positivo en la guardería de su hija, su marido –que estaba resfriado– tuvo que acudir a la farmacia y pagar los cerca de 20 euros que cuesta hacerse el test para descartar el contagio. Así pues, como existen estas alternativas, ve “muy complicado” que se aceptara adaptar los tests de antígenos a los ciegos.
No obstante, señala otros tests en los que sí considera importante y necesaria su adaptación: los de embarazo. “Es una cuestión muy personal porque el resultado puede alegrarte o no, de modo que tener que depender de una persona vidente para conocer el resultado te pone en un compromiso porque quizá no quieres que nadie lo sepa, pero no hay otro remedio”, expone. Teniendo en cuenta que no es algo excepcional y que existen los tests digitales, cree que no sería muy complicado crear una prueba de embarazo sonora para que los invidentes pudieran vivir ese momento en su intimidad.