Brote en la Guardia Urbana de Barcelona: 249 agentes contagiados de coronavirus
Casi la mitad del cuerpo municipal se ha infectado desde el inicio de la pandemia
5 enero, 2022 00:00La explosión de contagios causados por la variante ómicron, mucho más infecciosa que la cepa original del virus del Covid-19, empieza a hacer mella en los cuerpos policiales catalanes, que se enfrentan a la sexta ola con especial preocupación por las numerosas bajas que están sufriendo. En concreto, la Guardia Urbana de Barcelona (GUB) atraviesa uno de sus momentos más críticos desde el inicio de la pandemia, habiendo alcanzado el punto álgido de contagios con 249 agentes infectados en la actualidad (el 7,8% de la plantilla).
Eugenio Zambrano, portavoz del sindicato CSIF en la Guardia Urbana y agente de la Unidad de Soporte Policial, denuncia que el Covid-19 está azotando a los efectivos del cuerpo en niveles muy superiores al resto de trabajadores del Ayuntamiento de Barcelona.
La mitad de la GUB ha tenido Covid
De los 16.000 empleados del ayuntamiento, 3.200 son agentes de la GUB. Desde que se inició la pandemia, el portavoz confirma que en el cuerpo policial se registraron 1.794 contagios, lo que supone más de la mitad de los efectivos. Ahora mismo hay 249 casos positivos. A estos habría que sumar cinco sospechosos y 10 agentes que permanecen aislados, ya sea por contacto directo con un positivo o por decreto.
Zambrano explica que, pese a la gravedad de la situación, han tenido que recurrir al departamento de riesgos laborales para obtener los datos oficiales, después de que el consistorio se negara a facilitarles las cifras de agentes infectados. “El informe al que hemos tenido acceso habla de 428 casos de Covid entre trabajadores del ayuntamiento, de los cuales 249 pertenecen a la GUB. Queda clarísimo que hay una relación directa del desempeño de nuestro trabajo con la pandemia”, defiende el portavoz.
Un colectivo de riesgo
Ante una incidencia descontrolada, el CSIF solicita al ayuntamiento que los declare como colectivo de riesgo y que se compense a los agentes por las bajas laborales y las secuelas que puedan derivar de la enfermedad. “Somos un colectivo de riesgo, que ha estado y sigue estando en primera línea de la pandemia. El ayuntamiento tiene que atender a la petición que hasta ahora nos ha negado”.
Además de las compensaciones y de ser reconocidos como personal vulnerable por la exposición a la que se ven sometidos diariamente durante el ejercicio de sus funciones, desde el sindicato solicitan más recursos humanos.
Solicitan nuevas incorporaciones
El CSIF denuncia la ineficacia de las políticas adoptadas por el gobierno de Colau durante los dos mandatos en la gestión de los recursos humanos de la GUB. Pese a la crítica situación que atraviesa el cuerpo, la alcaldesa continúa recortando las partidas presupuestarias. “La plantilla se tiene que ver incrementada”, asegura Zambrano. “Hemos votado en contra de la aprobación de la oferta pública porque no es una política de ampliación, sino de reposición de policías que se han jubilado”.
De los 250 agentes que solicitaba el sindicato para su incorporación en 2022 solo lo harán 150. Estas plazas, aprobadas por el ayuntamiento, se corresponden con las 104 bajas por jubilación y las 36 restantes son las vacantes que quedaron sin cubrir el año pasado, bien porque los agentes no superaron el curso de la escuela de policía o porque, aun habiéndolo superado, no aprobaron las prácticas. En cualquier caso, esta nueva remesa no se incorporaría hasta julio de 2023. “Nosotros los necesitamos de forma inmediata, por eso solicitamos una dotación presupuestaria extraordinaria con carácter general, y mucho más, ahora con el Covid”.
Brote entre los agentes
Aunque Zambrano admite que el ayuntamiento los ha dotado de medios para evitar, en la medida de lo posible, los contagios, asegura que las medidas han sido insuficientes para frenar el brote que sacude al cuerpo. “La gente se está contagiando en el trabajo, no por sus relaciones sociales o familiares. Las estadísticas nos dicen que los contagios se están produciendo dentro del ámbito laboral”.
En este sentido, las unidades en las que el virus presenta una mayor incidencia son aquellas que están en contacto de forma directa con los ciudadanos y que tienen que enfrentarse a detenciones o situaciones complejas. Es el caso de la División de Recursos Operativos y Apoyo, con 32 infecciones durante el mes de diciembre o el de las comisarías de los distritos de Ciutat Vella y del Eixample con 34 y 26 contagios respectivamente. “Ni siquiera los EPI protegen al 100%”, apostilla Zambrano.
Precariedad laboral
Aunque la seguridad en las calles se resiente, como es lógico, desde la GUB niegan que se estén produciendo más delitos o desórdenes públicos como consecuencia de la crisis sanitaria en el cuerpo. “Los delitos siguen siendo los mismos, aunque crecen a medida que hay más actividad en la vía pública. Lo que sí sucede es que el personal no puede garantizar la seguridad como haría si contara con los recursos humanos adecuados”.
En cualquier caso, CSIF se lamenta de que a la sexta ola, que golpea con dureza al cuerpo municipal, se sume ahora la precariedad laboral, al tener que desempeñar las mismas tareas que antes, pero con un número menor de efectivos para garantizar los servicios mínimos. “El Covid ha venido a agravar una situación que ya veníamos padeciendo por falta de recursos humanos, ha venido a traernos más problemas en este sentido”.